sábado, 9 de julio de 2011

"Es el juego, estúpido"

Por Juan Pablo Varsky para canchallena.com

"Messi no sabe cantar el Himno", "Tevez vende humo", "no sienten la camiseta", "no corren", "les falta humildad", "juegan por la plata". Así de elaborado y profundo está el debate futbolístico tras el penoso rendimiento del seleccionado en Santa Fe. El equipo nacional se fue insultado de un estadio argentino. Habíamos tenido filarmónica de silbidos y hasta aplausos para el rival (0-5 con Colombia en 1993) pero cuesta recordar una escena como la de anteayer. El apoyo inicial se transformó en una hostilidad que incluyó el grito de "Diego, Diego", seguramente más cerca de México 86 que de Sudáfrica 2010. "Pongan huevos" es la consigna, avalada por los futbolistas que sobreactúan el esfuerzo al correr pelotas a las que saben que no llegarán o tirándose al piso sin necesidad. A ninguno se le puede reprochar falta de actitud o de voluntad. Corren, pero corren mal, más que la propia pelota. El problema es más complejo. Cada lector tiene su fórmula mágica: poner a Pastore, sacar a Messi, meter un nueve de área, sacar a Tevez, salir del triple cinco, echar a Batista, que se vaya Grondona. Ninguna resuelve nada por sí sola. Sólo sirven para hacer catarsis entre amigos y foristas. Tienen valor terapéutico y punto.


"Alinear es un arte que considera la configuración inteligente de relaciones. Alineamos a los futbolistas como si la inteligencia individual no tuviera dependencia de la colectiva, como si la conducta de cada cual no influenciara las posibilidades de los demás. El contexto donde cada jugador expresó determinadas capacidades no es incorporado como criterio para definir su rendimiento. Presuponemos que si un jugador ofreció un determinado rendimiento en una estructura concreta, puede reproducir el mismo comportamiento aunque se modifiquen las circunstancias. No se tiene en cuenta con quiénes se va a relacionar, en su nueva situación, dicho futbolista". Este párrafo pertenece a un libro revolucionario, ya destacado en notas anteriores. Se llama El modelo de juego del FC Barcelona , escrito por el entrenador español Oscar Cano Moreno. Si no hay equipo, esas individualidades no pueden ni de casualidad reproducir todas sus virtudes que los llevaron al seleccionado. "Sistema y jugador son realidades simultáneas. No hay anterioridad de uno o de lo otro. No se trata de comparar futbolistas pero sí la contribución de cada uno con el funcionamiento del sistema y viceversa. Simplemente, con unos somos más que con otros." Argentina repitió errores de concepto: posesión sin profundidad, traslado sin pase, despliegue sin desmarques, amontonamiento sin sociedades, demasiada distancia entre las líneas. No ha funcionado colectivamente. "Todavía no existen artilugios o instrumentos para desentrañar los porqués de las conductas de los futbolistas, ya que éstas dependen de sus estados emocionales", dice Cano Moreno. El concepto vale para el error de Milito en el primer tiempo o el tiro libre de Messi a las nubes en el segundo. Las personas dependen ampliamente del escenario donde están incrustadas. A este equipo le ha costado mucho convivir con el combo favoritismo-exigencia-localía. Acostumbrados a ambientes más apacibles, los jugadores sienten el contraste. La cara de Messi en el minuto 82 es el retrato. "¿Qué hago acá?", parecía preguntarse. Es el mejor del mundo y en su país no lo respetan. No puede salir de ese rol de intruso que se le ha asignado. Diego jamás debió luchar contra semejante adversidad: que tus propios hinchas no te quieran. Este contexto lo afecta, condiciona su rendimiento. No pudo gambetear ni una sola vez a Carlos Sánchez, que lo marcó muy bien, y se entregó. Este aspecto forma parte del fútbol. La letra del Himno no tiene nada que ver. Es el juego. Vicente López y Planes nunca estuvo en la Selección. 

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