viernes, 16 de diciembre de 2011

Una decisión sensata

Para Solos Contra Todos


La continuidad de Azconzabal ha sido motivo de debate en los asaditos de fin de año que se multiplican por estos días. En realidad, son pocas las posturas firmes, a favor o en contra, en parte por la gran incógnita que representa el Vasco, con su corta carrera y su falta de credenciales. De allí se agarran quienes no compran esta notable mejoría (10 puntos en 4 fechas, equivalente a lo conseguido por Miguel Angel Russo en 14): el juninense, es cierto, no tiene trayectoria para dirigir a un equipo con aspiraciones.

Pero Estudiantes es conocido en esto de innovar con Dts: Simeone, pedido hoy a gritos por los detractores de la experimentación, tenía en su momento un puñado de partidos en el lomo. Sabella, ni siquiera. Incluso Bilardo y Zubeldía entrenaron sin mucho currículum y lo llevaron a lo más alto. Al argumento histórico se suma una especie de anti-argumento: si no es el Vasco, ¿quién? Por estas horas pareciera un hecho que Simeone continuará en Racing. Candidatos obvios, entonces, no hay ninguno. Y es entonces donde la decisión de Lombardi y su comisión comienza a verse absolutamente sensata, coherente con lo prodigado desde la plataforma política.

Por empezar, Estudiantes debe acomodarse a una nueva etapa más austera no sólo desde lo económico sino también, necesariamente, desde lo deportivo. Alejado del frente internacional, necesitará disminuir su plantel armado para la doble competencia y traer algún refuerzo nomás. Cuando las lesiones traigan dolores de cabeza, pareciera ser la sana prerrogativa de esta comisión que se eche mano a las inferiores. Y el Vasco ha dado muestras de conocer a los pibes, que en estos 4 partidos han tenido coherente espacio: acompañados por los experimentados, ganando minutos a medida que se los requiera. En este famoso campeonato económico que también es un rumbo institucional saludable, contratar a un técinco como Azconzabal tiene mucho más sentido que traer a un DT de cartel que cobre millonadas. En definitiva, el plan de los nombres rutilantes, quedó demostrado con el DT y los jugadores contratados este semestre, no garantizan nada. El rumbo institucional debe priorizarse y en este panorama austero, el hincha deberá comprender entonces que Estudiantes tendrá equipo para pelear, pero su agenda debe pasar por otro lado: comenzar una transición que sanee la economía y devuelva al Pincha a su sana costumbre de promover lo que se produce en casa. No hay manera de competir, económicamente, con los popes del fútbol argentino. Siempre fue otra la fortaleza de Estudiantes.

Y si el éxito deportivo es importante pero no la única prioridad, tiene entonces más sentido aún la continuidad del Vasco.Continuar con la política de grandes contrataciones que dejó la comisión anterior antes de su desbande no garantiza nada más que una despatrimonialización progresiva, de la cual debe escapar Estudiantes con urgencia. Pero claro que, más allá de que a Lombardi lo de Azconzabal le cierre por todos lados, el hincha duda. El juninense no tiene experiencia y hasta el hincha con los pies más aferrados a la tierra tiene la esperanza de pelear el campeonato que viene, con la Brujita de despedida, la convicción de sus compañeros y la aparente certeza de haber aprendido de los errores institucionales y deportivos. Entonces, el hincha duda. El Vasco es querido por todos, ¿pero cuánto tiene para aportar? ¿Es idóneo? Hoy es un verdadero misterio. A su favor, mientras tanto, Juan Manuel se sumó algunos porotitos que vale la pena apuntar: además de devolverle la confianza al plantel y entablar una relación mucho más cálida que la que aparentemente tenían los jugadores con Russo (algo que, cuando queman las papas, hace que los jugadores dejen más que lo que tienen), ha ordenado al equipo: desde lo defensivo primero, más allá de que la forma física de algunos jugadores les provoca seguir errando y de que aún queda mucho para trabajar en un aspecto muy devaluado en este año; y luego en la idea futbolística, desdibujada hasta el desvirtúe en las eras Berizzo-Russo. Azconzábal devolvió la sencillez al juego de Estudiantes, primero conformando un equipo base (entre Russo y Berizzo se habían alternado como titulares una infinidad de jugadores en una infinidad de roles) a partir de un sistema táctico claro (el de Sabella, que más allá de ser el que más cómodo le queda a la mayoría de los jugadores, algo que ellos habrán agradecido internamente, es también un esquema dinámico, con mucha versatilidad y muy equilibrado); luego a partir de un retorno a las bases del juego de Estudiantes en este ciclo: posesión, rotación, toque. Estudiantes, desde un par de consignas de emergencia y apresuradas, ya sabe a qué intenta jugar. En estos últimos encuentros, a veces salió y a veces no, pero ya no se vivió esa sensación de confusión y de consecuente falta de energía que fue protagonista en gran parte del año. Todo ello es mériro del Vasco. Ahora, si le alcanza para conducir a un equipo a la gloria, es cosa del futuro, del destino. El rumbo elegido es, al menos, beneficioso para la institución y plantea una continuidad en un ciclo que sufrió demasiadas interrupciones, y una coherencia en un rumbo institucional que sufrió demasiados vaivenes. Sin los resultados, una decisión acertada.

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