jueves, 15 de marzo de 2012

Prá frente Brasil

Por Ezequiel Fernández Moores para canchallena.com


Coca-Cola, patrocinadora de la selección que se encaminaba a ganar el Mundial 94, no soportaba que Romario, figura del equipo, celebrara sus goles haciendo la "V" de la victoria, en complicidad con Brahma, sponsor personal del crack. Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), ordenó disciplina. Al día siguiente, el crack recibió a TV Globo. "¿Cómo está Romario?", preguntó el cronista. Y Romario respondió: "Muy bien, aquí en la casa de Brahma, comiendo un churrasco de Brahma y tomando Pepsi-Cola, porque a mí no me gusta la Coca-Cola". Romario, que ya hacía goles de "dibujitos animados" en Barcelona, fue campeón, goleador y figura en ese Mundial de Estados Unidos. En la Copa América de Bolivia 97, líder con 31 años, invitó a Ronaldo, diez años menor, a que escapara con él de la concentración. La versión, atenuada luego por Romario, incluyó escalera para trepar el muro, taxi al otro lado y soborno a los guardias. Fue la primera Copa América que Brasil ganó fuera de su país. La dupla Ro-Ro apuntaba como la gran atracción para el Mundial del año siguiente. Pero Romario, lesionado, fue excluido a último momento de la Copa de Francia 98. Y Ronaldo, convulsionado horas antes de la final, fue un fantasma en la derrota 3-0 contra Francia. Ahora que por fin cayó Teixeira, la dupla Ro-Ro, ya fuera de las canchas, podría conducir a Brasil a ser un buen anfitrión del Mundial 2014. Pero, otra vez, parece que no podrán jugar juntos.

"Francesco Schettino." Así le dicen ahora en la CBF a Teixeira, el hombre que se escapó sin avisar, como el capitán del Costa Concordia. El Jornal Nacional de la TV Globo, que lo protegió largos años, se preocupó el lunes por aclarar que las denuncias contra Teixeira nunca fueron probadas judicialmente. Y recordó su importancia en las conquistas de los Mundiales 94 y 2002, colocándolo casi a la par de Romario y Ronaldo, héroes de cada una de esas copas. El Mundial 2014, que proyectaba como plataforma para asumir la presidencia de la FIFA en 2015, terminó precipitando su caída. "Es el fin de un cáncer para el fútbol brasileño", dice Romario, ahora que es diputado federal por el Partido Socialista (PSB). Feliz porque contribuyó al derrumbe, Romario pide "una limpieza general" en la CBF. Ronaldo no opina igual. Ronaldo es ahora la cara principal del Comité Organizador del Mundial 2014 (COL). Al nuevo presidente, José María Marín, hombre de Teixeira, no lo conocen en la FIFA. En su discurso de asunción del lunes pasado, Marín, de 79 años, confundió a Ronaldo con Romario. Los dos jugaron en el PSV holandés y en Barcelona, ganaron con Brasil Mundial y título de mejor jugador, y se dieron apoyos mutuos en diversos momentos. Pero no jugaban igual. Ronaldo era más potente, Romario más artístico. Ronaldo cerró su carrera "traicionando" a Flamengo por un contrato más lucrativo con Corinthians. Romario en el modesto América carioca, para cumplir un deseo de Edevair, su padre. Tampoco juegan ahora del mismo modo. Romario se autotitula "portavoz del pueblo", fiscal ante la FIFA y también ante el gobierno de Dilma Rousseff. Ronaldo, ahora un empresario del fútbol, prefiere conciliar. "Romario -me dice Andrew Jennings desde Inglaterra- debería estar en el lugar de Ronaldo en el COL. Ojalá más jugadores de clase mundial se unan a su lucha contra la FIFA." Las investigaciones de Jennings fueron decisivas para la caída de "Tricky Ricky" (El tramposo Ricardito), como llama a Teixeira. "Él es sólo el comienzo, toda su banda debería ser echada. Cada contrato que él firmó debería ser auditado", añade Jennings. Pero el cronograma de Brasil 2014, avisa la FIFA, no admite más demoras. En la reunión pedida el viernes por la presidenta Rousseff, Blatter, obligado a cuidar su negocio, apurará diciendo "Prá frente Brasil". Así se llamó el film de 1982 que denunció a la dictadura que usó el triunfo de la seleção en el Mundial de México 70. Bien lo sabe Marín, sucesor de Teixeira, y que en los 70 fue diputado de Arena, el partido político creado por los militares.

La democracia obliga a otras reglas. El 8 de noviembre pasado, Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, se presentó ante el Congreso de Brasil junto con Teixeira. "A diferencia suya -inició Romario su ataque a Valcke-, yo fui votado y legitimado para estar sentado aquí. Y voy a luchar hasta donde pueda para que la FIFA no monte un Estado dentro de este Estado." Romario inició leyendo una carta en la que el propio Blatter trataba de "extorsionador" a Valcke. El diputado Renan Filho le dijo que su tiempo se había agotado. Pero Romario apuntó a Teixeira y le preguntó por qué no previó que el Mundial será pagado por el pueblo brasileño y no con la "iniciativa privada", como él había asegurado. "¿Renunciará a sus cargos si su nombre aparece entre los que recibieron sobornos de ISL?", interrogó luego a Teixeira. Y, mirando otra vez a Valcke, le preguntó: "¿Qué le parece que su interlocutor ante el gobierno brasileño sea alguien con tantas sospechas como Ricardo Teixeira?".

Otro Teixeira, el político Marco Antonio, convenció a Romario para que entrara en política. Logró 146.859 votos. Fue el sexto diputado federal más votado en las elecciones de 2010. En su primer año tuvo asistencia casi perfecta, mejor que cuando debía entrenarse. Presentó 48 proyectos y, después de reunirse con cuanto sector hizo falta, logró que se aprobaran por unanimidad dos enmiendas de ley. Romario, nacido en la favela de Jacarezinho, lloró emocionado cuando el senador Alvaro Dias lo felicitó en su discurso en la Cámara por ese trabajo. Las enmiendas favorecían a personas con discapacidades. Futbolista arrogante ("soy el rey de Río", se proclamó en 1995 tras un triunfo de Flamengo sobre Botafogo) e indisciplinado ("míreme a los ojos", le exigía el DT Luis Aragonés cuando llegaba en mal estado a los entrenamientos en Valencia), Romario, que se jactó de tener sexo antes de un partido en los vestuarios del Maracaná y que llegó a estar preso una noche por una demanda de alimentación, cambió desde el nacimiento en 2005 de la pequeña Ivy, su sexta hija, que tiene síndrome de Down.

"O Baixinho", eso sí, conserva su ego. El mismo ego que le permitió asegurar que en su carrera hasta los 42 años llegó al gol número mil. "Contó hasta los de futevolei", se burló Pelé. Irónico, Romario respondió que "Pelé, callado, es un poeta". El ego que le hizo dibujar en las puertas de los baños de su viejo bar de Río a Mario Lobo Zagallo sentado sobre un inodoro y a Zico esperándolo con el papel higiénico, ambos responsables de su exclusión del Mundial 98. El mismo ego que, según un informe publicado hace unos meses por la revista Piauí , hace que el autobús del equipo de fútbol de parlamentarios que juega con fines benéficos en diversos estados de Brasil se desvíe para buscarlo sólo a él. "¿Se imagina un estadio con miles de personas aplaudiendo a los políticos?", preguntó riéndose tras hacer dos goles y salir ovacionado de la cancha.

Andrés Sánchez, nuevo hombre fuerte en la CBF, había afirmado en pleno Carnaval, y con la esposa del ex presidente Lula a su lado, que Teixeira sólo dejaría el cargo "el día que el sargento García atrape al Zorro". Pero Teixeira, según me cuentan, se fue traicionado por los que antes lo apoyaban. Y Rousseff, durísima ante cualquier atisbo de corrupción en su propio gobierno, podría haber acordado con la FIFA una salida no traumática de "Tricky Ricky", a quien no toleraba. João Havelange debió irse por la puerta trasera del Comité Olímpico Internacional y Teixeira de la CBF. Un golpe para el deporte brasileño, especialmente ante la inminencia del Mundial y de los Juegos de Río 2016. Es el turno de la dupla Ro-Ro. Cuentan que Ronaldo ya se comunicó por teléfono con Romario. "Por respeto y cariño, por la historia del fútbol -había dicho Romario en diciembre- Ronaldo tendrá ahora un diputado federal para defenderlo. Principalmente -advirtió- si no hace cagadas."

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