El mundo ha vivido equivocado: la historia de Juan Pablo Francia

Pintaba para estrellita, recién comenzaba para él una carrera que seguramente le aseguraría el futuro. Pero, cansado, dijo basta de todo. Algunos buscan las explicaciones, indagan en el misterio, buscan motivos ocultos detrás de las transparentes razones; la historia de Juan Pablo Francia, que pasó de Girondins a Sportivo Belgrano, es una historia rara que pone de manifiesto que los raros somos nosotros.
Francia jugaba en Francia. Se había ido al Girondins con apenas 15 años, proveniente del equipo de su pueblo, el Sportivo Belgrano, y lejos del desenlace común a tanta historia de futbolista que prueba suerte y vuelve frustrado, Juan Pablo llegó a primera con sólo diecisiete pirulos, y un par de años más tarde le dieron la 10 y el protagonismo.

Francia era figura en Francia. A sus 22 años, era una pieza fundamental en el Girondins, que ponía muchas esperanzas en el futuro del habilidoso argentino. Pero algo le sucedió: cansado del run run profesional, frustrado por el sinsentido de todo, demasiado afincado a una tierra que no veía desde sus días adolescentes, decidió pegar la vuelta. Pasó del superprofesionalismo de la Primera de Francia al casi amateur Sportivo Belgrano, el equipo de su pueblito San Franciso de Córdoba, el equipo de sus afectos, de sus amigos, de su barrio, su primera camiseta. Siempre se vuelve al primer amor.

Juan Pablo Francia salió como pudo de Girondins. Adujo motivos personales para viajar a Argentina y luego, básicamente, eludió las constantes amenazas de los directivos de su club escondido en su remoto rincón. El equipo francés terminó por desistir y rescindió el contrato de Francia: seguramente haya ayudado el hecho de que el argentino no quería sacar provecho de la situación, sino sencillamente patear con los chicos a la vuelta de la casa, entre céspedes poceados y alambrados caídos.

¿Por qué dejar todo, contra todo pronóstico y consejo, realizar tanto esfuerzo para volver a las duchas frías del fútbol de ascenso? Cada vez que la historia de Juan Pablo Francia asoma, se cuestionan sus motivos, nos rascamos la cabeza. No terminamos de creer el cansancio del jugador, alejado de una vida normal desde los 15 años, arrancado de su adolescencia y de su familia, ¿y para qué? Nos resulta más fácil comprender a los miles que sufren el desarraigo, las presiones insoportables, una vida errante y un trabajo sin convicción ni sentido de pertenencia con tal de conseguir unos cuantos euros, que aquellos pocos que retornan al fin del mundo en busca del calor de la comunidad que los vio nacer y crecer, la comunidad que los contiene y que los identifica: Francia encabezó al equipo de su pueblo en el ascenso que alcanzaron en 2009 al Argentino A, en lo que fue la jornada más importante en la historia del club cordobés.

Sportivo Belgrano, mientras tanto, va por más: ahora busca, con paciencia y firmeza, continuar su crecimiento y alcanzar el Nacional B. Mientras tanto, los días históricos para el club continúan: esta noche Sportivo Belgrano enfrentará a River por la Copa Argentina. El partido será muy especial para el muchacho de Belgrano que dio la vuelta al mundo para volver a su casa, y que por primera vez jugará contra River: Juan Pablo Francia es hincha de Boca.