jueves, 29 de marzo de 2012

Juventud divino tesoro


Mucho se habló en los últimos tiempos de las inferiores pincharratas. Con el equipo peleando todo campeonato que se le cruzara, no había lugar para los pibes. Se pedían chances para los jóvenes aunque fuera en los encuentros jugados con un equipo alternativo, pero salvo alguna excepción, ninguno pisaba primera. Ante este panorama, cuando llegó a debutar alguien de la cantera, no se le tuvo la paciencia necesaria. La opinión popular se inclinaba por la idea, acertada en algún punto pero también gritada desde la ignorancia, de que no se venía trabajando correctamente en juveniles, acorde a la historia albirroja, que se ha nutrido siempre más de los de adentro, fuertemente ligados al club por lo emotivo, por la pertenencia que genera todo lo innominable que rodea a Estudiantes, que de los de afuera. El laburo en inferiores, y no la política de refuerzos, era señalado culpable de que los jóvenes de la cantera no tocaran primera. Se le endilgaba al proyecto de juveniles que no formaba pibes a la altura del momento del club.

El trabajo en juveniles tuvo en los últimos años muchas marchas y contramarchas, bastante improvisación y también mucho anuncio rimbombante y poco resultado. Pero no puede soslayarse que el lugar para el debut de los chicos era casi nulo en un equipo que siempre buscó pergaminos antes que desfachatez juvenil y que terminó pagando el abuso de esa fórmula tras los últimos dos mercados de pases, que engrandecieron el plantel en número y sueldos pero que aportaron poco y nada. El magro 2011 puso en foco tanto la política de refuezos de los últimos años como el trabajo realizado en divisiones inferiores.

Ahora, como quemados con leche, el proyecto bajado desde la dirigencia parece ser exactamente el opuesto al que se venía sosteniendo y acentuando bajo la última conducción del club: ante el vacío generado por los imponderables del fútbol, técnico y dirigentes apuestan por los pibes, que lentamente van convenciendo a los kapangas del plantel de que pueden. Los chicos se meten entre los concentrados asiduamente, y hasta le sacan el puesto a varios que vinieron con chapa. Contemos: ayer Jara fue titular, puesto que le ganó a Mariano González (en La Paternal jugaron ambos, González en gran nivel, por la ausencia de Enzo Pérez); Carrillo fue del arranque en reemplazo de la Gata, mostrando esas cositas interesantes de siempre, aún a cuentagotas. Entre ambos (junto con el Rayo Fernández) han relegado a Facundo Coria a ser la cuarta o quinta variante ofensiva del equipo. También fue de la partida el más grandecito Iberbia, producto de la cantera que jugó con todos los técnicos que pasaron, que valoran su entrega y su despliegue. El Rana, además, marcó el gol de la victoria llegando en insólita posición de 9, mostrando sus dotes de velocista.

A ellos hay que sumarle el aporte constante de un Sarulyte ya canchero, que ayer saltó desde el banco cuando las papas quemaban; Tarabini, que de a poco se convierte en una opción solvente en un lugar donde falta; Modón, el explosivo lateral-volante que entusiasma a todos; y Gil Romero, a la sombra de Braña y Matías Sánchez, pero dueño de una entrega que lo convierte en un potencial sucesor del Gigante Chapu, además de un cinco de esos que nos gustan, duros, metedores. El blondo nos había interesado ya cuando, con esa pinta inofensiva y hasta blandita, entró contra River en el verano y pegó una patadita linda. Ayer jugó apenas unos minutitos para reemplazar a un fundido Matías, ¡pero qué minutitos! Entró cuando no había zona para errores, cuando Estudiantes ya no tenía medio, y metió y metió y despertó el glorioso grito de guerra en las gradas visitantes de La Paternal.

Por supuesto, la juvenilia tiene cosas como la de Jara ayer, expresiones de verdor que de todos modos ha dado más de un veterano. Pero también, y sobre todo, tiene un gran valor institucional: todos estos chicos representan patrimonio del club, al que le darán ganancias deportivas y económicas en el futuro. El negocio, sobre todo en momentos de pasivos sorpresivamente altos, es redondo por donde se lo mire: los jóvenes son el tesoro del club, y es en ese sentido que este año ya ha traído excelentes resultados.

Hay que tener paciencia, por supuesto. Pero la realidad marca que esperando a que estos pibes exploten, Estudiantes sacó más resultados que en las campañas anteriores, donde había muchas aves de paso que, por mucho nombre que tuvieran, no aportaron ni desde el juego ni desde el compromiso ni, sobre todo, desde la tesorería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario