martes, 28 de febrero de 2012

¿Se juega mejor en la B?

El año arrancó con los candidatos de Primera desinflados, con un campeón defensor envuelto en la absurda e interminable polémica acerca de su lucimiento que finalmente derivó en conflictos internos, con los de Avellaneda desilusionando demasiado pronto, con San Lorenzo recibiendo una tremenda goleada de bienvenida al Clausura... Apenas Vélez, siempre en silencio y con el peso de la doble competencia; Lanús, que ha formado un buen equipo y continúa siendo un ejemplo de sensatez y honestidad intelectual en el intento de crear equipos competitivos desde la base y con la consigna largoplacista (al tiempo de escribir estas líneas, como para comprobar la fragilidad de los equipos de Primera, incluso de los buenos, sufría una dura derrota de local); y algo de desfachatez de Tigre, han dado un mínimo brillo y expectativa al torneo que se desarrolla.

Mientras tanto, en la B, Quilmes metía 7, Central emocionaba con sus agónicas victorias en Arroyito, River comenzaba a mostrar un juego acorde a sus refuerzos de primer nivel latinoamericano, Instituto no se caía como anunciaban desde los altavoces capitalinos, asomaba Gimnasia y otros equipos, como Defensa y Justicia, Boca Unidos o Ferro, se mantenían a la expectativa y sorprendían gratamente.
Y entonces comenzó de nuevo, tuvimos que asistir otra vez al discurso que con cierta insistencia se instala desde los medios: en la B se juega mejor que en Primera.
OTRA VEZ SOBRE LA IRRELEVANCIA DE LUCIR
Sabemos, porque lo hemos desarrollado aquí en varias oportunidades, de donde proviene este discurso: de capital, donde intentan jerarquizar el torneo del que participa River, que representa la mitad de los ejemplares vendidos de los diarios, la mitad de los oyentes de las radios, etc. De todos modos, no se puede negar que la llegada a la categoría de los equipos mencionados, todos a la vez conviviendo en un torneo acostumbrado al perfil bajo, ha efectivamente mejorado la categoría, que recordará para siempre el año donde River viajó por el país con su grupo de estrellas internacionales. Da la sensación, sin embargo, que una vez que los grandes vuelvan a Primera, el torneo caerá nuevamente en las garras del olvido, nadie sabrá quiénes disputan el ascenso hasta las últimas fechas, y poco a poco se transmitirán en las pantallas del FPT menos partidos. También da la sensación de que, si bien estos equipos se han armado para ascender y quedarse, el resto sigue preso de la pequeñez de sus fondos, de sus hinchas, etc. Salvo los equipos grandes de las provincias, el resto parece condenado, de la mano de los promedios, a despilfarrar buenos proyectos en ascensos que terminan implicando grandes inversiones en vano. La fría estadística indica que, desde el año 2000, 15 de 29 ascendidos descendieron tras una temporada, a lo que hay que sumarle que de los ascendidos en ese periodo, Huracan dos veces, Chicago, Olimpo, Quilmes en dos oportunidades, Instituto y Gimnasia de Jujuy lograron permanecer una temporada pero luego descendieron. De 29 ascensos, entonces, retornaron eventualmente a la B 23 equipos sobre 29. Son varios los casos, además (Talleres, Huracan de Tres Arroyos, Almagro, Chicago, Tiro Federal) que tras ascender sufrieron dificultades institucionales tan graves que duplicaron su descenso y cayeron a las categorías regionales. En contrapartida, vale mencionar a All Boys, Tigre, Arsenal, Godoy Cruz, clubes que se mantienen con relativa estabilidad en la máxima jerarquía.
Esta incapacidad para mantenerse en Primera de gran parte de los ascendidos funciona como un argumento acerca de la inferioridad del juego de la B respecto al de la A, pero sobre todo sirve como denuncia de que la inferioridad se sustenta en gran medida en las diferencias económicas, que si bien se engrandecen con malas administraciones y recaudaciones menores, se basan sobre todo en el reparto desigual de la torta televisiva y la cobertura mediática unitaria, que redunda en mejores contratos publicitarios y ventas de jugadores a mayores precios. Hasta la llegada del FPT, la brecha (si bien se venía achicando a medida que la presencia de equipos “provinciales” crecía) era demasiado grande para que los equipos pudieran soñar con fondos que permitieran formar grandes equipos, no solo en base a la contratación de refuerzos de jerarquía sino, y sobre todo, para evitar el éxodo temprano de sus cracks.
Ha sido así de engorroso, sabrá disculpar el lector, explicar de modo básico la complejidad de la inferioridad de una categoría sobre otra y su relación con el juego: con esto queremos decir, siempre desde nuestra perspectiva, que resulta imposible que se juegue mejor en la B que en Primera. Lo que no quita que se juegue de modo más espectacular. Hemos relativizado hasta el cansancio la relación entre estética y juego. Esta discusion es, entonces, desde nuestra perspectiva, en vano en términos deportivos: la irrelevancia de establecer si se juega “más lindo” o “más feo” en la B queda al desnudo cuando tras ascender los equipos de la B, incluso a pesar de, a veces, “intentar jugar” (es decir, de intentar ir al frente), tienen enormes dificultades para mantenerse. Aún cuando se trata de clubes ejemplares, ordenados, que no venden humo con contrataciones costosas e inefectivas. El equipo ascendido choca así contra la realidad de un juego menos lucido pero más exigente. Es el famoso “arribo a las grandes ligas” tan tematizado en los filmes clásicos estadounidenses.
LOS VALORES DEL NACIONAL
Pero para no dejar al lector sin terminar el debate planteado en el título (sin comenzarlo siquiera, en verdad), luego de este extenso marco que limita el objeto en discusión notablemente, hipoteticemos igual. Sí, en efecto, es más atractivo el fútbol del ascenso. El motivo más aparente es cierto amateurismo en relación a la Primera: menos exposición mediática, menos divismo individualista, menos primas, implica en lo inmediato mayor facilidad para formar grupos fuertes, sin recelos, que trabajan no para salvarse con un pase sino para conseguir, todos juntos, el ascenso glorioso. La dureza del eterno torneo fomenta además el endurecimiento del equipo: subir lomas hermana hombres, decía Martí. El torneo no ofrece encima premios consuelo: la loma hay que remontarla solo para ascender, no hay clasificación a copas que premie buenas campañas. El objetivo es claro, y el poco éxodo hacia las mieles europeas que, hasta la llegada de River, ha tenido el torneo, invita a comprometerse con la causa para no tener que estar el año siguiente en la misma situación, en lugar de intentar la salvación personal. Admito tras estos argumentos románticos que he vivido enamorado de la mística de la categoría, sus céspedes poceados, sus jugadores marginados de la grandeza, su enorme dignidad laburante (hacemos un parate y recomendamos para los amantes del torneo más federal, los libros del Doctor Juan Manuel Herbella, cirujano especialista en tobillo).
La llegada de River a la categoría ha generado una excitación general, además, que afecta a los rivales: los chicos quieren mojarle la oreja a los grandes, y eso genera hermosos marcos a lo largo y a lo ancho del país, motivo por el cual se permitió la entrada de hinchas visitantes a los partidos justo en coincidencia con el descenso millonario. Del negocio no se quiere perder nadie, ni AFA, ni River ni los rivales, y si la medida inicial de impedir el acceso visitante era absolutamente restrictiva y no solucionaba nada, retirarla sin reflexión ni cambios habla de la ambición que impera en las decisiones futboleras. Todos miramos con cierto morbo los partidos de River, la cancha llena en el interior, la enorme expectativa en los pueblitos que reciben al Millo, los numerosos equipos que se le han plantado noblemente al gigante (cuando Estudiantes bajó en 1994, debutó con Chaca ante un marco espectacular que esperaba una goleada; y arrancó perdiendo. “Bienvenidos al Nacional B”, le dijo Russo a sus dirigidos en el entretiempo). Y a partir de ahí, y de los partidos de equipos que están, evidentemente, para otra categoría (Quilmes, Instituto, Central, es decir, los equipos que son transmitidos usualmente, que disponen de una base de hinchas numerosa y que han sacado 7 puntos de diferencia al segundo pelotón) se generaliza en la opinión pública que el fútbol de la B es mejor que el de Primera. Esos partidos, que para colmo suelen ser poco parejos y abiertos porque los rivales se tientan de hacer la heroica para la TV nacional en su momento bajo los reflectores (y predisponen así a la goleada del más poderoso), son los que determinan la opinión sobre el estado del fútbol de la B Nacional. En ese sentido el Nacional se beneficia del manto de la ignorancia que supo también maquillar la realidad del fútbol argentino, cuando la transmisión era privada y no se televisaban todos los partidos. Hoy, con la oferta de los diez partidos de fútbol de Primera disponibles cada fecha, los futboleros nos encontramos con verdaderos bodrios muy a menudo. Lo mismo sucedería con la B, y también si se televisaran todos los encuentros de la Liga Española o el Calcio. No hay fútbol que resista las expectativas que se crean al sentarse cada fin de semana a mirar diez partidos: los diez partidos no pueden maravillar, lógicamente. Que los mejores partidos de la fecha sean más espectaculares en la B o en Europa que en la Primera argentina es otra discusión.
MEDIOS E HISTERIA
Tras esta seudoexplicación socio-sicológica, llegamos al punto que, en rigor de verdad, queríamos desarrollar: la histeria. En principio, los equipos de la categoría están más acostumbrados al subibaja, en su gran mayoría, que los de Primera, y viven la situación de un potencial descenso con menos pánico. El pánico, se sabe, lleva a vivir del puntito y la carambola. No somos fanáticos del lirismo barroco pero el fútbol panicoso tampoco sabe vestirse para la gloria.
Colaboran con este estado de ánimo más relajado, menos presionado, la menor cantidad de hinchas que ostentan los clubes. No solamente por el hecho de que hay menos gente que putee, sino por el motivo más profundo de que, a menos demanda, menos oferta: los medios cubren, hasta este año, poco y nada el Nacional, y la menor cobertura mediática imbuye al torneo de un perfil bajo que permite que los hinchas vivan tranquilos el andar de su equipo, sin pedir tanta cabeza ni esperar tan desmesuradamente una escapada heroica hacia el título.Los medios tienen una cuota enorme de responsabilidad en la histeria futbolistica, aunque enarbolen hipócritamente la bandera del proyecto a largo plazo, porque magnifican cada noticia. Si las noticias de los capitalinos cobran relevancia circense, los chicos de Primera no zafan del seguimiento dia a dia. En cambio los chicos de la B laburan tranquilos durante la semana, mas centrados en la realidad de su juego que en ese discurso sobre su juego que se construye en paginas que hay que rellenar en los medios, donde por ende se crean noticias de la nada: se magnifica si en la práctica alguien anduvo mal, se engrandece cada gol errado, cada error defensivo, se especula sobre cada pequeño conflicto hasta desplazar el juego propiamente dicho del centro de la escena. Todo es un debate polémico porque hay que generar títulos cada día, y esa realidad, para los clubes de Primera, se torna insoportable.
Como fue sugerido desde el inicio, la cobertura mediática genera además divismos y opera de vidriera, y la vidriera es el detonante de toda una conducta: antes que el fútbol, el mostrarse, el lucir, porque lo relevante no es el juego sino figurar para salvarse. El superprofesionalismo del subdesarrollo, sin políticas proteccionistas para salvar a los clubes de la ley del más rico ni planes responsables (no salvatajes) para sanear las economías de los clubes, y atado desde ya a la realidad socioeconómica, vive subyugado al euro que consigue enfriar en cada mercado de pases el rojo incandescente de los números de todas las administraciones (no hay equipos que no deban plata en el fútbol argentino) y termina con su explotación capitalista la posibilidad de sostener los proyectos a largo plazo.

lunes, 27 de febrero de 2012

Hay poco, ¿y los DT qué hacen?

Por Walter Vargas para Ole

Maradona se queja del nivel del fútbol argentino. Batistuta se queja del nivel del fútbol argentino. Más de cuatro se quejan del nivel del fútbol argentino. De un tiempo a esta parte, el deporte nacional es pegarle al deporte nacional. Pero, ¿cuánto hay de certero y legítimo en el diagnóstico y en el fastidio que conlleva? Veamos. En principio, por más doloroso que sea, no se puede más que aceptar que sí, que en general se juega feúcho, y desde hace un buen rato. Sin ir más lejos, el propio seleccionador nacional, don Pachorra Sabella, acaba de hacer notar que están faltando entendedores del juego, futbolistas de pausa y panorama, de los capaces de salir del trámite fácil del pelotazo vil. Pero tampoco será cuestión de descargar responsabilidades en la escasez de materia prima. También gravitan de forma negativa los muchos entrenadores que predican jugar para presionar, y no al revés. Si a esta política contra natura (el pato persigue a la escopeta) añadimos las luchas grecorromanas en el medio campo, y la tómbola de la segunda jugada, del rebote del rebote, no hay nada que festejar.

Con todo, interpelada la trasnochada idea de que correr rápido y amontonar gente sean sinónimos de eficiencia, y admitida la merma de cracks y la necesidad de refundar el trabajo en el semillero, no sería justo omitir que la Argentina sufre especialmente la imposibilidad de conservar lo mejor de la casa. El 80 ó 90 por ciento de sus mejores exponentes están en ligas europeas, o en la de México, o etcétera. Imaginemos a España, Italia, Inglaterra, Francia, sin futbolistas extranjeros, y a lo mejor no tendremos un gran consuelo, pero, por qué no, una perspectiva menos apocalíptica.

viernes, 24 de febrero de 2012

¿Accidente?

Por Martín Caparrós para Pamplinas

No fue un accidente. La muerte de cincuenta personas, las heridas de quinientas –cuando un tren de cercanías no pudo frenar y embistió el parachoques de la estación de Once, en el centro de Buenos Aires– fue el efecto esperado de una larga sucesión de causas perdidas. Hubo tiempos en que la red ferroviaria estatal argentina tenía 40.000 kilómetros y 190.000 empleados; era la más extensa de América Latina y era, de algún modo, un esqueleto: el país se había ido estructurando en pueblos que nacieron a lo largo de esas vías.

Hace veinte años, en plena furia privatista del consenso de Washington, un presidente peronista decidió que su déficit de un millón de dólares diarios era demasiado y había que cerrarla casi toda –y malvender lo poco que quedara. En 2005 recorrí buena parte del interior de la Argentina; a los costados de cada carretera, en medio de la nada, las vías herrumbradas, alzadas, retorcidas eran como una instalación de arte conceptual, una obra que se llamaba la Argentina Ya No.

Ahora, en plena prosperidad neoperonista, quedan 7.000 kilómetros de vías maltrechas donde los trenes no pueden ir a más de 40 kilómetros por hora y dan trabajo a menos de 20.000 personas. El déficit, mientras tanto, subió a unos tres millones y medio de dólares por día. Es plata que el Estado entrega en subsidios a las empresas concesionarias que, con tanto dinero gratis, ni siquiera se esfuerzan por cobrar los boletos –pero tampoco hacen la menor inversión en mantener y actualizar sus equipos. La mayoría de los vagones tiene entre 40 y 50 años; las vías se ondulan, las ventanas se rompen, las puertas nunca cierrran. Y el Estado paga y paga pero no exige nada –total, los que viajamos en tren somos, en general, ciudadanos de segunda. Que sólo se rebelan de tanto en tanto: alguna tarde, cuando un tren tarda demasiado, montan en cólera, gritan; alguna vez tiraron piedras o prendieron un fuego. Pero en general no: que soporten estoicos demoras, cancelaciones, las incomodidades más extremas es otra de las ventajas del modelo.

Hasta que, esta mañana, pasó lo que todos sabíamos: ese tren que no pudo frenar es una metáfora sangrienta, burla siniestra, un grito que nos grita. Somos, en ese choque, los idiotas que soportamos casi todo. La clave, a veces, está en la palabra casi. Otras no parece estar en ningún lado.

Actualización (23/02/12, 10,30hs):

Escribí esas palabras urgentes ayer por la tarde. Desde entonces, la novedad es que casi no hubo novedades. En las veinte horas que pasaron desde esa publicación, la cifra de muertos -afortunada pero extrañamente- no cambió, aunque la cantidad de heridos creció leve, hasta 703.

Desde ayer, los medios no oficialistas rebosan de recordatorios de cómo sindicalistas ferroviarios, políticos y otros actores sociales llevan años advirtiendo sobre el pésimo estado de los ferrocarriles. Otros recuerdan que en los últimos 14 meses hubo siete accidentes de tren con 70 muertos y más de mil heridos. Uno de los directores de la empresa TBA, Roque Cirigliano, anda esta mañana por las radios diciendo que fue “un error humano”. O sea: que la culpa fue del conductor. Por el momento, las reacciones en las redes sociales van de la burla al insulto.

No hubo discursos oficiales. El único funcionario que habló del asunto debe estar lamentándolo. Un señor Juan Pablo Schiavi, ahora secretario de Transporte de la Nación, antes jefe de campaña de Mauricio Macri, dio ayer a las cuatro una conferencia de prensa según la modalidad del poder actual: sin preguntas de los periodistas.

El señor Schiavi no nombró en ningún momento a la empresa concesionaria, TBA, una de las empresas que más se han beneficiado de su cercanía con los gobiernos peronistas de Carlos Menem, Néstor Kirchner y Cristina Fernández: dos hermanos Cirigliano, que pasaron de tener un par de líneas de ómnibus en los años noventa a controlar buena parte de los ferrocarriles –sin perder por eso los ómnibus que son, curiosamente, competencia de esos ferrocarriles.

El señor Schiavi dijo que sabían que el tren chocó a 20 kilómetros por hora, que el conductor estaba y era idóneo y que tenían muchos elementos para investigar los hechos. Después dijo que los coches accidentados "están preparados para 200 o 250 personas y están llevando 2.200, 2.500 personas en hora pico”. Lo dijo en tono neutro, informativo, como si no hubiera ninguna autoridad encargada de hacer cumplir los límites de capacidad de los transportes –y esa autoridad no fuera él. Es el clásico sistema de este gobierno opositor: un gobierno que, de tanto en tanto, denuncia con firmeza los despropósitos –o ilícitos– que comete el gobierno

Pero lo mejor estaba por llegar. Fue cuando el señor Schiavi analizó algunas causas de “la tragedia”. Lo cito literal –y aquí está el video, porque sé que parece mentira–: “Los dos primeros coches… y todos los que usamos el ferrocarril sabemos que hay una cultura muy argentina de esto de ir a la punta del tren para bajar primero y llegar antes y no hacer cola y no esperar el colectivo o bajar más rápido al subte, etcétera… esos dos primeros coches estaban abarrotados de gente, tenían mucha más carga que la que habitualmente… lo cual produjo que el accidente tomara un ribete de tragedia.” Llamar "cultura" a la necesidad de miles de personas que viajan como ganado y sin garantías de horario y después corren para no llegar más tarde a sus trabajos porque el servicio que les ofrecen es pésimo, es ofensivo en sí. Decir que murieron por eso –por su “cultura”, por su apuro– es de un atrevimiento extraordinario.

Frente a eso, su segunda observación fue sólo necia: “Si esto hubiera ocurrido ayer, que era un día feriado, seguramente ese coche hubiera impactado y hubiera sido una cosa mucho menor y no de la gravedad que fue hoy, que lo constituye en un accidente extremísimo y de muchísima gravedad.”

La presidenta Cristina Fernández, que suele salir por cadena nacional a la menor provocación, no ha aparecido. Recién a las 10 de la noche de ayer, 13 horas después del accidente, dio un comunicado lacónico: "La Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, expresa su profundo pesar por la muerte de ciudadanos en la tragedia ferroviaria ocurrida en horas de la mañana de hoy, y envía sus condolencias a los familiares de las víctimas". Y declaró dos días de duelo nacional.

Puedo, como suelo, equivocarme, pero tengo la impresión -una impresión- de que este accidente es el final de algo. Por un desastre en el que tenía mucha menos responsabilidad, el incendio de la discoteca Cromañón, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires Aníbal Ibarra fue juzgado y destituido. Nada de eso, obviamente, va a suceder en este caso. Pero, de algún modo, tanta desidia, tanto desprecio terminan por pagarse.

Actualización2 (23/02/12, 15,00hs):

Llevando al paroxismo la idea del gobierno opositor, el ministro de Obras Públicas señor De Vido y su secretario de Transportes señor Schiavi acaban de decir que su presidenta de la Nación les dijo que el Estado tenía que presentarse "como querellante privado" ante la justicia por el magnicidio de Once. Como si no hubieran sido ellos, su ministerio, su secretaría -su presidencia- quienes tenían la obligación de controlar el estado de los trenes. Como si no hubieran sido ellos, su ministerio, su secretaría -su presidencia- quienes llevan nueve años engordando con sus subsidios cada vez mayores los bolsillos de sus aliados que manejan las empresas ferroviarias.

Como si no fueran ellos los que permitieron que todo esto sucediera.

Como si no fueran ellos los que gobiernan.

martes, 21 de febrero de 2012

Todavía no impone condiciones


Dos partidos, dos empates. Estudiantes enfrenta un fixture complejo en el arranque (tras Ñuls y CASLA, llega Independiente y se viaja a San Juan), pero facilitado por algunas circunstancias: Ñewell's llegaba a La Plata y San Lorenzo con mil problemas a cuestas. Encima, el equipo de Boedo se hacía un autogol insólito y todo estaba a pedir de Estudiantes: imaginábamos aquel famoso control de pelota-partido tan pincharrata, desesperación azulgrana y un segundo tiempo de contra con el picante Pérez.

Pero en todo el partido Estudiantes no tuvo claridad para atacar. Aisló a sus volantes por las bandas, fruto del poco despliegue de los laterales y del partido parsimonioso de un Benítez apagado. Como consecuencia también quedaron olvidados sus delanteros. Sin meterse atrás, no inquietó más a Champagne. Le dio vida a San Lorenzo, que encontró el empate como Estudiantes encontró el gol inicial: de regalo. Para colmo, el penal desniveló el match al provocar la expulsión de Cellay. Estudiantes se acostumbró al puntito y cuando finalmente entró Enzo, fue para presionar inútilmente la salida. El empate no es malo, pero se imponía la victoria tras perder dos puntos en casa, sobre todo ante un San Lorenzo desesperado como llegaba.

Diez de los once gladiadores del Mineirao en cancha, con algunos añitos más pero tampoco arañando el retiro, ilusionaron al hincha hoy frenado en su euforia. El Pelado tiene momentos de pibe y la lucidez de la experiencia, Cellay ha recuperado el timing, la fuerza y la velocidad y los demás han mostrado un nivel todavía seis puntos pero sin fisuras como las del 2011. La llegada de Andújar y Enzo Pérez, en un mercado de pases que pintaba mal, le da una jerarquía que pocos planteles tienen. El banco aporta. Estudiantes tiene por primera vez en mucho tiempo suplentes confiables para casi todos los puestos (exceptuando el problema de la izquierda) y algunos de ellos amenazan con pelear la titularidad.

Y sin embargo en el Ciudad de La Plata ante la Lepra, Estudiantes pudo hilvanar apenas un par de jugadas durante un vendaval de fútbol de corta duración. Antes de la salida de la Brujita ya había perdido la brújula, y después fue desordenado hasta diluir sus propias ansias de ganar en pelotazos sin sentido, errores absurdos y el cansancio lógico de un equipo que sale de pretemporada. Ñewell’s vino por su puntito, como Banfield la semana pasada, pero más allá de embarullar el partido con intensidad no fue el rival que se esperaba. Banfield dejó jugar y Estudiantes pareció fluir mejor, pero con la posesión regalada por el Taladro. San Lorenzo ofreció espacios, pero Estudiantes no pudo aprovecharlos nunca y el retroceso defensivo preocupó. Hasta ahora, Estudiantes no ha impuesto las condiciones, a pesar de haberse encontrado dos veces en ventaja, con todas las herramientas (resultado, jugadores, incluso el clima anímico, con la localía en un partido y el nerviosismo de los hinchas locales en el otro). Sin la intención del golpe bajo, desde la ida de Sabella el equipo perdió esa cuota de inteligencia que tenía sobre el resto para manejar resultados y partidos. No porque desespere, parece sobre todo una cuestión futbolística: Estudiantes simplemente no logra mover la pelota de lado a lado como antes.

¿Qué podemos esperar de Estudiantes para este semestre, entonces? Tres partidos oficiales (sumamos la victoria ante Banfield) son quizás poco para realizar un pronóstico certero de lo que se puede esperar del Pincha. El futuro dependerá en gran parte del tiempo que lleve la consolidación de un equipo que, no es un dato en absoluto menor, sigue invicto bajo la conducción de Azconzabal. Estudiantes continúa formándose, buscando soluciones a los interrogantes que se suscitan partido tras partido. Todavía no pudo repetir equipo, enfrentó a sus rivales con bajas significativas en cada ocasión y aún no sabe que esquema usar. No ha podido solucionar el ataque por la izquierda, tampoco encuentra un desborde interesante por derecha ni claridad y picante por el medio. El ataque, muy largo, carece de revolución, de intensidad (no hay que quedarse con el arribo de Enzo como solución): sin dudas esto repercute en las actuaciones individuales, pero aún así hay varios que deben levantar su nivel y la intensidad con que encaran los partidos. Sufre en defensa con dos centrales o con tres, sobre todo de contra, sobre todo a espaldas de los laterales. Tiene los elementos para resolver el rompecabezas, pero las piezas aún están sueltas sobre la mesa.

Habrá que tener paciencia, ajustar el andamiaje con la conciencia de que no hay demasiado tiempo pero, esto es vital, sin desesperar: el torneo, da la sensación, ofrecerá oportunidades. Primero, entonces, alcanzar los objetivos cortos y chicos, sin mareo: aumentar el nivel de intensidad, aún bajo durante largos pasajes, quizás con algún llamado de atención; encontrar el equipo y el funcionamiento lo más rápido posible; y luego dedicarse a sumar puntos, sin mirar la tabla. Acostumbrarse a ganar otra vez. Pensar en la Copa, en devolver a Estudiantes a los planos internacionales y sostenerlo allí, un objetivo que de este modo, lento pero firme, va de la mano con el ordenamiento del club. Y luego, cuando se acerque el final del semestre y los objetivos se hayan ido cumpliendo, esperar agazapados una chance.

viernes, 17 de febrero de 2012

TST: una cuestión central

Para Solos Contra Todos

Estudiantes juega con un 352, por ahora al menos, y el aporte de las bandas, con un timorato Iberbia y un Mercado que necesita compañía, resulta insuficiente para abastecer a los delanteros. La solución a medias podría ser, a riesgo de convertirse en un embudo que va al choque, atacar más por la franja central que por los costados. Para eso juega Mariano González de enganche, para eso se retrasa la Gata.

Pero ninguno de los dos ha conseguido clarificar los ataques. Mariano González está aún bajo, luego de su levantada al final del semestre anterior, e incluso se lo nota cansado. Para colmo, en un lugar idóneo para encarar, a menudo elige jugar seguro, probablemente por falta de confianza. La Gata, mientras tanto, ha tenido un arranque de algún chispazo, pero a menudo tiene que retroceder demasiado lejos de su zona de influencia en busca de una pelota que no le llega. El equipo, con laterales que trasladan poco y tocan mucho para atrás, se ha hecho demasiado largo, demasiado dependiente de que o Verón o Braña corran demasiados metros con la pelota, sin alguien que le tire una pared.

Como en aquel arranque de Apertura 2010, Estudiantes depende demasiado de sus individualidades. Verón es el alambre que sostiene como puede el andar ofensivo, pero alrededor no encuentra socios: el Chapu aún no consigue la claridad y el empuje que tiene, por las bandas se la devuelven siempre, no le ofrecen soluciones, y al jugar con tres centrales, se retrasa mucho para salir jugando y queda muy lejos de los dos mediapuntas con los que debe formar sociedad. Para colmo, las paredes, toques y desmarques tampoco llegan entre la Gata y Mariano. Estudiantes tiene que construir sus sociedades para atacar con claridad y variantes, pero parece atado a un sistema que no favorece el toque sino que propensa el traslado.

Enzo, dicen entonces algunos. Y si. Enzo, en efecto, en la posición de Mariano González, con este esquema, dispondría de mucha cancha para galopar. El traslado que propone el esquema, al no tener demasiadas variantes por los costados y atacar, prácticamente, solo con tres jugadores, tendría su sentido en la gambeta vertical del mendocino. Así fue en 2010. Pero recordemos que aquella vez el esquema surgió como una emergencia. Estudiantes no tenía nueve a quien centrar. Hoy hay otras variantes. Enzo Pérez, solo por jerarquía individual y además por compatibilidad con el juego dispuesto, es una solución. Pero Estudiantes tiene una riqueza y una versatilidad en sus jugadores que le permite explorar otras variantes. González, imaginan muchos, quedará marginado con Pérez en cancha. ¿Y si se prueba con Mariano por izquierda? Verón encontraría un socio en media cancha, Enzo Pérez y la Gata con un amigo para atacar, pero lo más importante es que el equipo podría pararse, con los mismos jugadores, de tres modos diferentes según el momento: 352, con González por izquierda, el doble cinco histórico y Mercado por derecha, más Enzo de enlace; 442, con Mercado pasando al lateral, Cellay (o Iberbia, en lugar de Sarulyte) de lateral por izquierda y Enzo haciendo la banda; e incluso 433, liberando a Pérez de la banda y ubicando a González más cerca de Verón, en el medio, por delante de Braña. El resultado, creo yo, de jugar con un volante más y un defensor menos, no solo redundaría en el famoso pero ambiguo “volume de juego”, sino también, al contrario de la lógica, equilibraría el funcionamiento defensivo, a veces complicado por los pelotazos a espaldas de los carrileros: con González en cancha, Mercado tendría que cuidar más su punta, jugando Estudiantes con cuatro fijos abajo casi siempre y la posibilidad del Merca apareciendo por sorpresa, que es cuando más brilla. Cuando el 14 pasa al ataque constantemente, lo toman fácil y se diluye.

jueves, 16 de febrero de 2012

Los barras y la agenda del año

Para Solos Contra Todos

En medio del entusiasmo por el inicio del torneo y de la sostenida lucha de los hinchas en los foros por impulsar de una vez la ingeniería económica que permita, en el mediano plazo, la terminación de nuestra cancha en 57 y 1, pasó desapercibido que el miércoles, mientras Enzo Pérez llegaba a Argentina, los dirigentes de Estudiantes realizaban una conferencia de prensa en la Legislatura para hacer público su pedido de ayuda a los políticos en la lucha que lleva el club contra los violentos que, por primera vez en mucho tiempo, para no ser humo, pura declaración demagógica con entradas que pasan por debajo de la mesa.

La comisión se ha propuesto erradicar a las facciones de la barra que tantos inconvenientes han generado, peleando entre ellos por cuestione sede guita y poder y poniendo en peligro al hincha e incluso al club, que estuvo muy cerca, luego del escandalete versus Banfield, de ser sancionado deportivamente (de hecho recibió una sanción económica). En aquel partido quedó en evidencia que los barras están descontentos con el accionar de los dirigentes, que han dejado de pasarles los famosos tickets de cortesía con los que entran y también revenden por unos pesitos. La barra entró a la cancha decidida a suspender el match y, a pesar incluso de la furia del capitán y emblema Juan Sebastián Verón, que puso la cara con su habitual coraje en lugar de quedarse en el molde como hacen dirigentes y jugadores en todas las canchas, consiguieron su cometido. En el siguiente encuentro de local la policía detuvo un micro con barras que cargaba armas y además carnets de socios, evidenciando el modus operandi para entrar a la cancha que utilizan los violentos, restando descubrir (aunque no cuesta mucho imaginarlo) en connivencia con quien ingresan los barras la pirotecnia y algún elemento contundente.

Pero la trama nunca es tan sencilla. El pedido de los dirigentes tiene que ver, sobre todo, con obligar a los políticos a sacarse las caretas. Las barras bravas en Argentina, se sabe, son una fuerza que mueve masas a los actos políticos e incluso funcionan como fuerza de choque. Además, de los chanchuyos alrededor del negocio de la intimidación (puestos de venta de merchandising, estacionamiento, drogas, todos alimentan los bolsillos de los líderes) han llamado la atención de las fuerzas de seguridad, que lejos de detenerlo han querido una participación, generando así una peligrosa sociedad causante de las últimas tragedias en el fútbol argentino, siempre sospechadas de liberación de zona y otras complicidades. Apenas hace tres años el jefe del CoProSeDe, tan celoso para habilitar canchas y tan negado a cambiar horarios (tan dispuesto también a cobrar por fastuosos operativos innecesarios), abría las puertas del Unico para que la barra pincha llegase a la tribuna norte y le pegara un tiro a un hincha de otra facción, el conocido Uruguayo. De aquellos choques románticos entre barras de equipos diferentes no queda nada: hoy todo es pelea entre facciones del mismo equipo, todo es por plata y nada por el equipo propio. Los barras, no nos confundamos, van detrás del negocio y no de la pasión.

Encabezados por Lombardi, los dirigentes ya habían planificado la conferencia de prensa cuando dos miembros de la comisión recibieron amenazas de muerte y hasta les tiraron bombas en la casa. Los atentados precipitaron la acción de un tema que requiere, justamente, un accionar incesante e infalible: no hay que dejarse estar. Este es uno de los tres puntos centrales que debe estar en la agenda, y los hinchas no debemos dejar que quede en el olvido.

Un elefante se balanceaba... (morbo mediático y morbo deportivo)


Durante el verano vimos como se jugaba uno de los partidos más inútiles de la historia: un superclásico con River en la B. El morbo mediatico agrandó a River, le tiró línea para tener titulares petarderos, y sobredimensionó un partido que se sabe peligroso. Si desde el arranque el atractivo eran las cargadas y las reacciones, el morbo recalentó la previa innecesariamente. Tras la cobertura mediática, ya nada importaba el resultado: si Boca ganaba gozaría, pero de perder igual gozaría a su par. En definitiva no importaba. Ser había transformado en un duelo de cuchilleros, donde River quería salvar desesperado el honor, pero en verdad no tenía forma de hacerlo (quizás ganando y callándose la boca, lo opuesto de su accionar). La desesperación y la frustración de River le dio a los diarios el circo que necesitaban para alimentar el enero siempre intrascendente en materia deportiva. Nadie se preguntó que pasaría si el que reaccionaba mal no era el Chori Domínguez sino un hincha, y todo terminaba en tragedia.

Terminado el circense enero, pura pantomima, arrancó febrero con el partido que Boca, descaradamente, pudo postergar por la Copa Argentina. Con la TV como excusa Boca zafó del partido de más durante el torneo anterior y se agregó un partido de preparación, siendo el útlimo en disputar los 32vos de final por ¡dos meses! Pero las cosas no fueron tan tranquilas para Boca, preparado para una exhibición pero madrugado por un rival con hambre. La Copa Argentina comienza así a dar muestras de lo que puede convertirla en una competición atractiva: el morbo deportivo de ver jugar, una y otra vez, a David contra Goliat. Hemos señalado algunas de sus falencias del torneo, que parece haber sido lanzado de prepo y que se acomoden los melones andando, y quizás una de las cuestiones que más atenta contra su propio atractivo es que las localías sean neutras: Boca, aunque juegue en Salta, será siempre local, y ello será negocio para la recaudación pero no será bueno para el fútbol. Mucho mejor sería sortear las localías al modo FA Cup, y si hay que ir a jugar al humilde recinto de Santamarina sin gente propia, mejor. El torneo, además, ya da muestras de que se impone una federalización mayor del fútbol: ya no existe la disparidad de niveles entre los clubes capitalinos y los del interior en que se ampararon los grandes del fútbol para limitar estructuralmente la entrada de los equipos d resto del país a las grandes ligas. El futbol es mucho mas parejo, y no se veran en la Copa Argentina las goleadas históricas del viejo nacional (alguna si, pero ya se ha visto que esto es otra cosa). Santamarina dio cuenta de ello y puso a Boca al borde del papelon, pero antes habían sucumbido varios equipos de primera.

Por supuesto, los medios insisten con vituperar a Boca y el empate no hizo más que exaltarlos. Que lo haga un medio con un director que es recalcitrante hincha de River no es novedad, lo alarmante es que los demas se dejen marcar tendencia: excepto el diario La Nacion, el resto se aprovecho del casi papelon para pegarle al futbol de Falcioni. El Ole, por cierto, publica en su tapa (titulada “El Profeta”, por Riquelme) que ya aviso Roman que la suerte se tiene que acabar: estan esperando la caida de Boca con desesperacion y usan la figura del polemista Riquelme para hacerlo.

Por un lado Riquelme deberia callarse la boca: su participacion en el titulo fue escasa e intenta jugar el rol por un lado de héroe de la conquista mientras por el otro tira palazos al Emperador por el estilo de juego del campeón. Hay allí un gran recelo riquelmiano, que no puede soportar que no se dependa de él para conseguir un juego sólido y exitoso.

Pero por otro lado, nadie deberia escuchar las constantes chicanas del matutino capitalino a Boca. Si no, para responder, caeriamos en el juego y repetiríamos la contrachicana de que, en efecto, Santamarina le hizo mejor partido a Boca que River... Lo cual, cediendo a la tentación de golpear al caído, no deja de ser cierto, no importa lo que digan las entrevistas de pagina central del diario de Farinella a jugadores de River: en dos partidos las gallinas no pudieron convertir un solo gol y ahora se tiran de las plumas exigiendo algun tipo de recompensa moral porque ellos jugaron mejor mientras continúan con la moda de agredir el estilo de juego que llevó a Boca a salir campeón dos fechas antes, invicto y con seis goles en contra. Y con su supuesto líder afuera, sin llorar por las lesiones y las suspensiones como se la pasa haciendo este super River, que se llenó de figuritas para depender del Chori Domínguez y que esperó seis meses para desquitarse moralmente, y absurdamente, ante Boca por las cargadas tras su descenso, y dilapidó su supuesta oportunidad, que en verdad nunca fue tal.
El tema de la supuesta suerte de Boca, mientras tanto, roza lo absurdo: a Boca le sobraron dos fechas, y hasta pudo regular algunos partidos (como contra Racing y Vélez) para conseguir el título. Le sobró todo. No le hizo falta lucirse o depender de inspiraciones individuales en partidos trabados. Pero los diarios ningunean y hay que encontrar excusas: es entonces cuando se empieza a hablar del culo de Boca. Fogoneados por los medios, salen a hablar los propios protagonistas, todos ligados a River: Almeyda, que hasta cuando se calla se hace el moralmente superior (¡cuanto humo! ¡cuanta hipocresía!), Ramon Díaz, y varios jugadores de River se prendieron en la movida de que se le va a cortar la suerte a Boca. Quizás ellos también se creen el artilugio mediante el cual, por momentos, los multimedios nos hacen olvidar que River transita por su peor momento deportivo, en la B Nacional y sin nada que le sobre a su propio juego, a pesar de las rutilantes incorporaciones, como para andar hablando de los demás. La verdad sigue estando en la cancha y nunca en los discursos que venden los titulares.
Lo “curioso” es que también algunos jugadores de Boca hablan, y hablan mal, ninguneando su propio campeonato incluso. ¿Hasta cuando podrá sostenerse la lucha interna por el poder xeneize, sobre todo siendo que los reflectores del Mundo Boca magnifican todo y vuelven paranoicos y susceptibles por demás a sus habitantes? Falcioni parece, con el título en el lomo, querer tensar las riendas, pero más de uno no está dispuesto a entregar el mando... Boca se balancea en su telaraña de intrigas y como todo funambulista con exceso de peso corre el riesgo de, antes de que lo derroten en la cancha, autodestruirse fuera del vere césped.

viernes, 10 de febrero de 2012

TST: El tema del esquema

Para SolosContraTodos.com.ar

Hasta el jueves el tema sobrevolaba los debates pinchitas: ¿qué esquema usar? Los jugadores manifestaban su comodidad con el sabelliano esquema de 3 defensores y dos laterales volantes, pero había sido advertido ya que el Rana Iberbia ocupaba un rol para el cual no calificaba del todo. Para colmo, en un puesto vital para el funcionamiento del esquema, que precisa apertura de cancha y llegada desde los costados además de espaldas seguras gracias a un arduo despliegue (que el pibe si cumple). La ineficiencia del Rana en ofensiva redunda en un juego demasiado anunciado: Iberbia nunca encara, falto de confianza, y solo se la pasan luego de mucho preámbulo. Sin sorpresa por las bandas (Mercado aporta más pero el juego se recuesta demasiado por una banda) el juego pincha se volvió con Banfield un mix de centros anunciados y choque por el medio, donde existe una esperanza si se elevan los niveles de la Gata y Mariano González. Allí el segundo asterisco al esquema propuesto desde el inicio del match el sábado: tampoco Mariano González, con su potencia y sus muchas variantes, consegue clarificar juego y limpiar rivales con la comodidad del Enzo 2010. Es cierto que su dupla con Fernández merece un tiempo, permitir que se aflojen las piernas y el fútbol fluya. Pero el pasaje al 433/442 durante el match con Banfield (con la salida de Sarulyte y la entrada del Rayo, que jugó más de volante que de delantero) naturalizó el juego: el Rana como lateral, sin tantas obligaciones para pasar al ataque, los dos volantes ofensivos rompiendo constantemente las líneas y sin tanta necesidad de retroceso y la sorpresa de la Gata por el centro, capacitado para asociarse por todos.

Pero desde el miércoles el panorama ha cambiado. Enzo Pérez volverá a vestir la gloriosa albirroja, y sabido es que hacerlo recorrer la banda, si bien ha dado frutos (Enzo fue parte del campeón de la Libertadores jugando como 8), es un desperdicio de su explosión. Se imponen alas para el siete, dejarlo volar, soltarlo para que le complique la vida a todos. Con Enzo el esquema sabelliano consigue una pieza clave para su funcionamiento, pero a la vez continúa con el problema ya manifestado desde este espacio: el problema de la izquierda. ¿Reconvertirá el Vasco a Mariano González en un todoterreno por izquierda, como sucediera con Galván en 2006? Por potencia y calidad puede, pero el estado físico del ex Porto quedó en evidencia ante Banfield, cuando salió absolutamente extenuado a 20 del final de un partido de 80 minutos. Otra posibilidad es el 4312, con Enzo suelto y un mediocampo formado por Braña como cinco, con Verón y González como laderos y el necesario aporte de los laterales por las bandas. Opción que ilusiona con el vuelo que podría llegar a levantar el equipo.

El partido con el Taladro, de todos modos, merece varios asteriscos. No todo lo malo puede aplacársele al esquema: la propuesta defensiva del equipo de Da Silva, desde el minuto 1, impidió el fluir del juego bajo cualquier circunstancia. Estudiantes, con las piernas aun agarrotadas por la pretemporada, intentó no arriesgar demasiado, y la combinación muralla defensiva-previsibilidad casi opera como un coctel mortal. Finalmente se rompió el cerco de tanto ir y con el partido empatado y abierto, llegaron las variantes desde el banco que, más allá del cambio de esquema, dieron aire a un equipo cansado por los 40 grados de calor. Estudiantes aun se busca: busca sus sociedades, busca su funcionamiento defensivo, aún nervioso por momentos (en algún momento nos tocará hablar de eso: mientras tanto celebramos el regreso de Cellay a su nivel). Busca también su esquema. Lo importante es que consiguió ganar, por convicción, aun en formación y sin jugar del todo bien. Que hay una idea base. Y, como resaltó Boselli pos partido, es también muy importante que exista la versatilidad y la inteligencia, de jugadores y DT, para ejecutar distintos esquemas en un mismo partido. Falta. Pero vamos.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Víctima, no culpable

Por Ezequiel Fernández Moores para La Nación


Días antes del partido se leyeron mensajes amenazadores vía Twitter. "Hoy los vamos a matar", decía una pancarta que recibió al equipo al llegar al estadio de Portsaid. Los jugadores no pudieron calentar dentro del campo, agredidos por una lluvia de piedras. El clima se hizo irrespirable. Se evaluó suspender el partido en el entretiempo, pero fue descartado porque Al Ahly ganaba 1-0 y se temió que la decisión empeorara el cuadro. Al Masri sorprendió y terminó ganando 3-1. Primera derrota de la temporada para el Al Ahly, que busca su octavo título seguido. Un sector de los "hinchas" locales celebró la inesperada victoria con un asesinato masivo. "Esto no es normal. Acá hay un plan malvado y siniestro, cuidadosamente armado y ejecutado por expertos, y todos sabemos quiénes son", dijo al aire, en plena trasmisión televisiva del partido el arquero retirado Nader al-Sayed. "Todo el año pasado vimos atentados obvios de desestabilización y permanecimos en silencio, pero ahora ya no podemos hacerlo más", agregó. Los matones irrumpieron montados en camellos el 2 de febrero de 2011 en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. Llegaron con armas de fuego y espadas para reprimir a los manifestantes que acampaban desde hacía una semana exigiendo la caída del dictador egipcio Hosni Mubarak. Volaron bombas molotov, gases lacrimógenos, balas de todo tipo y piedras. Fueron dos horas y media de combate. Se la llamó la Batalla del Camello, como un histórico combate librado en el 656 por Aisha, la viuda de Mahoma. Los agresores fueron derrotados y Mubarak cayó nueve días más tarde, tras permanecer casi 30 años en el poder. Un año después, el 1° de febrero de 2012, algunos héroes de esa batalla que defendió la plaza fueron asesinados. Murieron acuchillados, decapitados, pisoteados, arrojados desde una tribuna y por asfixia. Algunos cuerpos fueron profanados. Son parte de los 74 "mártires" de Portsaid. Otros mil hinchas del Al Ahly, el equipo más veces campeón y más popular de Egipto, fueron heridos, acorralados por los fanáticos locales del Al Masri. Víctimas en un estadio de fútbol con luces apagadas, portones cerrados y policía inmóvil. La cacería brutal llegó a los vestuarios. Mohamed Abo Treika, un Maradona egipcio, figura del Al Ahly, sacó en brazos a un joven muerto. El hecho, que conmocionó al mundo la semana pasada, fue interpretado por muchos como un nuevo ejemplo de fútbol salvaje. Pero la pelota, en rigor, fue una víctima.

En realidad, no todos estaban en silencio desde que la junta militar asumió en lugar de Mubarak, bajo la promesa, cada vez más dudosa, de celebrar este año elecciones democráticas y libres. "Mesh Nasyeen al-Tahrir" (No olvidamos plaza Tahrir), cantaron durante buena parte del año "los Ultras" del Al Ahly. "Abajo con la junta militar", decía otro de sus cánticos. "Los Ultras" estaban por supuesto en las nuevas manifestaciones populares de julio pasado y de fin de año en la plaza Tahrir. Portsaid sucedió en el primer aniversario de la caída de Mubarak. Contra un grupo que reclamó todo el año sus promesas de democracia al poder militar, cercano al ex dictador. "Todo hace pensar que Portsaid fue una trampa, una venganza", me dice el periodista James Dorsey, autor del formidable blog "El turbulento mundo del fútbol en Medio Oriente".

Dorsey ofreció en octubre pasado en el Congreso Play the Game, en Colonia, Alemania, un magnífico informe sobre el rol de "los Ultras" del Al Ahly y los "White Knights" (Caballeros Blancos) del Zamalek, clásico rival, en la lucha para derrocar a Mubarak. Al Ahly (El Nacional) fue el club creado en oposición a los colonizadores ingleses y sus hinchas siempre confrontaron con los del Zamalek, el equipo del poder, probritánico y promonárquico. Ambos grupos, sin embargo, lucharon juntos un año atrás en la plaza Tahrir. Fueron la "infantería" que no retrocedió ante las balas y los gases, que derrumbó camellos, y cuyo entrenamiento y organización por años de batalla en los estadios fue clave para resistir la represión. Antes de la suspensión del campeonato por la masacre de Portsaid, ambos clubes debían enfrentarse ayer. Sus ultras ya habían acordado una tregua, conscientes de que su rivalidad podía ser aprovechada para montar el desastre que, finalmente, estalló el miércoles pasado en Portsaid. Los Ultras Green Eagles del Al Masri denunciaron la presencia de matones infiltrados. La dirigente Diaa Salah, de la Federación egipcia, cree que los militares provocaron el desastre. "Les dicen a los hinchas: «Piden democracia y libertad, pero miren lo que hacen entre ustedes»." "Cuando estás en medio de una revolución, todo es político", escribió Wendell Steavenson en The New Yorker . Dorsey contó en Colonia que la politización de los hinchas del Al Ahly y del Zemalek los llevó a enfrentarse también contra dirigencia y jugadores de sus propios clubes. "Los apoyamos en todos lados, pero en los tiempos difíciles no los encontramos", dijeron hinchas del Al Ahly en una pancarta en pleno partido a los jugadores, casi ausentes en el proceso político.

Los jugadores fueron combativos, en cambio, al protestar contra la nueva política de topes salariales. Hubo reclamos de sueldos anuales de 800.000 dólares, en un país con 30 millones de pobres, 20 por ciento de desocupación y donde la mitad de la población vive con 2 dólares diarios o menos. Los hinchas apuntan ahora contra la FIFA, que exige el retorno de la vieja dirigencia de la Federación, desplazada tras la masacre de Portsaid. Dorsey se rió cuando le conté en Colonia que en la Argentina también se había formado la agrupación "Hinchadas Unidas Argentinas", pero para viajar a los Mundiales y seguir lucrando en sociedad con el poder de turno. Lejos de la Ultra Tahrir Square formada por los hinchas egipcios.

Los métodos violentos y la falta de agenda política de los ultras egipcios los alejó, sin embargo, de sectores de la sociedad. Pero la masacre de Portsaid volvió a ponerlos en el centro de la escena porque sus cuerpos siguen expuestos en primera fila en la lucha por la democracia. Estarán en las calles el sábado, celebrando el primer aniversario de la caída de Mubarak. "La revolución egipcia -escribió en su momento el filósofo israelí Avishai Margalit- nació en los campos de fútbol del Al Ahly." "Mientras las mezquitas fueron refugio del fundamentalismo islámico, en los estadios del norte de Africa se reclamó por derechos étnicos, femeninos y religiosos", dijo Dorsey en Colonia. "No es sólo su aptitud para el combate, sino que también su caos sirve para despertar a una clase media que sigue adhiriendo al mito de la estabilidad", escribió hace unos días en Jadaliyya Ashraf El-Sherif. El profesor de la American University de El Cairo dijo que los ultras aportan "dinamismo", "flexibilidad" porque dan libertad a sus miembros, una "actitud positiva", un rechazo a los jerarcas porque combaten contra sus propias dirigencias, "mentalidad de grupo" y "rebelión". "No serán santos, pero yo les debo la vida porque me salvaron en las protestas y tienen un enorme sentido de la camaradería", dijo a su vez Sarah Carr en el blog The Arabist, escrito por periodistas free lance de Egipto.

Mohamed Gamal Beshir, autor del libro The Ultras Book , escribió que "los Ultras" arribaron tarde al fútbol egipcio bajo la influencia de hinchadas italianas y sin la idea de ser un grupo politizado. Sí lo fue siempre el fútbol en Egipto. Lo recuerda David Goldblatt en su libro The Ball is Round, en el que cuenta de qué modo política y fútbol fueron siempre de la mano en Egipto: colonizadores ingleses, independentistas, el rey Faruk, el ex líder Gamal Abdel Nasser y el propio Mubarak se subieron siempre a la pelota. Al menos 16 equipos de la Liga egipcia pertenecen al gobierno, los militares y la policía. Compañías militares construyeron 22 estadios en un país de 80 millones de habitantes, el más poblado del mundo árabe y en cuyas riberas del Nilo, el segundo río más largo del mundo, cuentan algunas versiones que se jugaron los primeros partidos de fútbol. "Éste es un día de luto para el fútbol", lamentó Joseph Blatter la masacre de Portsaid. El fútbol fue simplemente víctima. El luto fue para la democracia.

martes, 7 de febrero de 2012

"La victoria no es lo más importante; lo es TODO"

Por el Dr. VL
Robado de Laboratorio Pincharrata


¨Si no importa quién gana o quién pierde,
entonces ¿por qué carajo ponen el marcador?¨ 
Vince Lombardi




Amigos del Laboratorio Pincharrata:

Les dejo aquí una semblanza de quien en vida fuera VINCE LOMBARDI, considerado unánimemente por los críticos especializados el más grande entrenador de la historia del Fútbol Americano, cosa en la que están de acuerdo hasta los que lo odiaron mientras vivió. (¿A quién les hace acordar).- Siendo como soy hincha fanático de Estudiantes de La Plata (ORGULLO NACIONAL), un lunes de 1992 estaba mirando ESPN y por casualidad empecé a mirar un partido de futbol americano. No sabía nada del juego, entendía menos y me parecía aburrido al extremo. Pero evidentemente en lo que a mí concierne, los caminos de Estudiantes y los Green Bay Packers estaban destinados a cruzarse para siempre.-

En esa transmisión ví por primera vez en mi vida un partido completo de futbol americano, los Green Bay Packers jugando contra su más odiado enemigo, los Osos de Chicago. Ahí me enteré que los Packers son el único equipo deportivo profesional en cualquier deporte en todo Estados Unidos que no tiene dueño. Tiene una figura jurídica igual a los clubes deportivos de Argentina, que son asociaciones civiles sin fines de lucro. Hoy por hoy, los Packers tienen más de 114 mil dueños, ya que al comprar una acción una persona pasa a ser lo más parecido a un socio de un club en nuestro país. Y las acciones de Green Bay no se pueden vender, ceder, transferir, nada. Es sólo simbólico, no reportan dividendos ni ganancias de ningún tipo. Por eso es muy común ver a sus hinchas con cartelitos que dicen “Yo soy dueño de los Packers¨ Ningún hincha de ningún equipo de ningún deporte que se practique en Estados Unidos puede decir lo mismo. Nadie puede tener más de 200 acciones, para evitar que algún millonario pretenda adueñarse del equipo.

Pasado el tiempo me hice fanático de este equipo, que cuyo último título ganado fue el Super Bowl correspondiente a la temporada 2010 (ayer se coronaron los Giants de Nueva York como los mejores de 2011, ganándole la final a los Patriots de Nueva Inglaterra).

Por último, son 32 los equipos que juegan todos los años la temporada de la NFL. Treinta y uno pertenecen a ciudades de más de Un millón de habitantes (New York, Washington, Boston, Milwakee, Miami, San Francisco, Denver, Houston, Atlanta, Baltimore, Kansas City, Tampa Bay, New Orleans, Seattle, Chicago, Saint Louis, Dallas, Pittsburgh etc.). Nótese que son ciudades enormes en cantidad de habitantes y en cantidad de recursos económicos. La ciudad de Green Bay tiene sólo 120.000 habitantes. Es un pueblito al lado de las demás y sin embargo los PACKERS son: a) El equipo con más títulos nacionales de la historia (13) y b) uno de los 2 equipos más populares, conocidos y con más hinchas en Estados Unidos (el otro son los Steelers de Pittsburgh).- Esto ha sido objeto de estudio en colegios, universidades, charlas, convenciones, tratados, libros, ensayos, debates académicos, etc. Nadie entiende aún cómo un equipo que proviene de una ciudad de 120 mil habitantes es el más grande e importante de este deporte, que a su vez es el deporte nacional en Estados Unidos. (¿No es parecida un poco a la historia de Estudiantes hasta que Mariano Mangano llamó OSVALDO JUAN ZUBELDÍA?)





Hice esta pequeña introducción para que se tenga una mínina noción del equipo al que en 1959 llegó como nuevo entrenador un señor que se llamó Vince Lombardi.

El equipo venía de DIEZ (10) años de temporadas negativas, esto es, más derrotas que victorias. Era un equipo perdedor.

Cuando se fue en 1968 Green Bay había ganado 3 campeonatos nacionales y los 2 primeros Super Bowls. Cinco títulos nacionales.

Así recibía al comienzo de cada temporada a los jugadores nuevos que venían al equipo, sean novatos o súperconsagrados. Lean porque es de colección:

"Buenos días: mi nombre es Vince Lombardi, le doy la bienvenida a los Green Bay Packers. Los Green Packers son un caso sin precedente, han ganado tres títulos mundiales consecutivos. Los Green Bay Packers ganaron cinco campeonatos mundiales en los últimos diez años. A usted lo hemos elegido, lo hemos invitado aquí, porque pensamos que usted tiene el talento necesario y la habilidad para hacer el trabajo. Si tiene la dedicación y tiene también el orgullo necesario para formar parte de este equipo construido en el orgullo, será uno de los nuestros. El equipo también se basa en la confianza, demuéstrenos que tiene la ambición y el sentido competitivo para que sucedan las cosas y créame que será un Packer. El futbol americano es un juego espartano que exige cualidades de sacrificio y esfuerzo. Es un juego también de encuentros violentos y por ese violento contacto, requiere una disciplina personal que poco se encuentra en otras situaciones en este mundo moderno. Vamos a pedirle a usted que trabaje más duro que en toda su vida pasada, porque toda la historia de la liga de futbol americano prueba que muchos juegos se ganan en los últimos minutos del partido. Y suele ser el equipo mejor preparado el que gana el juego. Vamos a exigirle 100% de esfuerzo todo el tiempo, algo menos que esto no sería suficiente. Es un juego también de grandes lecciones, requiere exhaustivo trabajo al punto de ser rutinario. Es un juego que brinda 100% alegría al ganar, 100% de felicidad al triunfar y que exige 100% de resolución al perder. El éxito del individuo, sin embargo está siempre sujeto a la satisfacción que reside en formar parte del éxito del grupo. Es un juego parecido a la vida, ya que enseña que la perseverancia y la dedicación, el trabajo competitivo y duro, el sacrificio y el respeto por la autoridad, son el precio que debemos pagar por lograr las metas más valederas."

Lo dijeron al mismo tiempo Lombardi y Zubeldía, podríamos cambiar algunas palabras y detalles, pero la sustancia y el fondo son lo mismo. Pensaban igual sin haberse conocido y sin tener puta idea uno de la existencia del otro y casi casi en los mismos años de trabajo.- INCREÍBLE.-

Para finalizar, les dejo algunas frases de VINCE LOMBARDI:

¨Ganar no solo es un pensamiento, sino es todo en lo que hay que pensar. Usted no gana de vez en cuando; usted no hace las cosas correctas de vez en cuando; usted las tiene que hace bien constantemente. Y esto le crea un hábito que lo llevara a la victoria.¨

 ¨Un hombre puede ser tan grande como quiera ser si usted cree en usted mismo y tiene el valor, la determinación, la dedicación, la competitividad y si está dispuesto a sacrificar las cosas pequeñas de la vida y pagar el precio por las cosas que requieren más trabajo.¨

¨Creo firmemente que la hora más grande de cualquier hombre y su satisfacción mayor es el momento cuando trabaja con el corazón en una buena causa y está tendido exhausto sobre el terreno de juego después de la batalla de la cual salió vencedor.¨

¨Solamente en el diccionario es el único lugar que el éxito viene antes que el trabajo. El trabajar duro es el precio que debemos pagar por el éxito. Pienso que usted puede lograr algo si está dispuesto a pagar el precio.¨

 ¨La confianza es contagiosa. La carencia de la confianza también lo es¨

¨Yo nunca pienso en lo difícil que puede ser un obstáculo, simplemente lo supero¨

¨El compromiso individual para un trabajo en equipo es lo que hace el logro del equipo. Lo mismo es en una compañía, una escuela, y en la familia.¨

¨No sea usted el que se queda a criticar, sea el que se levanta a ganar¨

¨Los líderes se hacen, ninguno nace. Son hechos por el esfuerzo, que es el precio que todos debemos pagar para conseguir cualquier objetivo que nos proponemos alcanzar¨

¨El trabajo en equipo en los Green Bay Packers era todo en lo que se trabajaba. No para la gloria individual. Lo hacíamos para el equipo porque lo amábamos¨

¨La diferencia entre una persona exitosa y otra que no lo es no es la fuerza de voluntad, ni la falta de conocimientos. Es la falta de voluntad de querer tener éxito¨

¨El logro más grande no es el NO caer, pero SI es el después que se ha caído levantarse inmediatamente¨

¨Los ganadores nunca renuncian y los inconstantes e inseguros nunca ganan¨


Más información en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Vince_Lombardi

viernes, 3 de febrero de 2012

TODOS SOMOS TECNICOS: El problema de la izquierda

Para SolosContraTodos.com.ar

Arranca el año para el Pincha con un partido del año pasado, cosas a las que nos habituamos ya en este fútbol nuestro, manoseado. Y en los entrenamientos ya se esboza un equipo, un esquema y un modo: el Vasco se inclinó desde el campeonato pasado por el esquema sabelliano, y los jugadores, que se sienten en su mayoría cómodos con las posiciones que les toca ubicar en ese esquema, le respondieron levantando notablemente su nivel.
Asconzabal insistirá lógicamente con esa idea, que permite atacar y defender con equilibrio aunque quizás le traiga algunos dolores de cabeza. El desbalanceo del plantel en cuanto a cantidad de jugadores y cantidad de puestos que pueden ocupar los mismos se vuelve más notorio en este esquema que, supongamos, en un clásico 442, modelo que ciertamente es más previsible y ata a algunos jugadores a hacer un trabajo sucio, un recorrido exhaustivo por la banda, pero que tiene la virtud de esconder particularmente el problema de la izquierda.
En rigor de verdad el desbalanceo es algo que viene de arrastre, que ya había advertido Sabella, que convirtió a Marcos Rojo y a Mercado en laterales-volante contra todo pronóstico pero también por obligación y que pidió hasta el cansancio, además del famoso nueve de área, un lateral zurdo. Estudiantes enfrenta un vacío por izquierda hace ya un par de años, reflejo también de la carencia de zurdos y de laterales que sufre el país en general debido a la deficiencia en la formación de base. El Vasco tiene dos opciones para el puesto: Iberbia o Domínguez, el primero voluntarioso y de gran despliegue pero algo limitado a la hora de pasar al ataque, el segundo notoriamente ofensivo, pero tampoco una luminaria por el lateral que amerite dejar la espalda al descubierto. Las bandas son una de la clave del funcionamiento del esquema y si por un costado no se defiende o no se ataca, el equipo queda peligrosamente rengo, desbalanceado, obligado a centralizar el juego de ataque y mano a mano en el fondo.
Descartado quedó Modón: durante un par de fechas el DT intentó improvisar con el pibe por izquierda, pero el mendocino era una tromba por derecha y una sombra por izquierda. La movida dejó en evidencia lo que quizás fuera un error del Vasco, que debió probar mejor con Mercado, el experimentado, por izquierda, y el pibe jugando cómodo por donde sabe y rinde. Mariano González fue probado allí pero se desgasta demasiado corriendo hacia atrás y desperdicia aire para lo que sabe hacer. Tampoco puede cumplir el rol Coria, que ya se negó a transitar la banda en un posición que lo pinta un tanto individualista pero que en definitiva es lógica: funcionará el Mago entonces como un relevo para Mariano González (de quien se espera mucho tras la pretemporada, pero también sobre quien recaerá la importante responsabilidad del mediapunta que llevará originalmente, en este esquema, Enzo Pérez). Galván, que podía llegar a cumplir tanto en ofensiva como defensivamente, no convenció y se va a Olimpo. Tantas son las dudas en el puesto, que necesita una equilibrada combinación de ataque y defensa, que para el partido contra River de la pretemporada llegó a sonar con fuerza el pibe Perotti, que aún no ha debutado en primera. Está claro que por la banda el DT tiene un problema y busca soluciones en primera instancia en los nombres.
¿Y el Chino? Benítez agregó sacrificio a su juego allá por 2006 e hizo la banda en tiempos de Simeone, Sensini y Sabella, pero en un esquema donde alguien le cuidaba las espaldas. El solo no puede hacer todo el recorrido y, además, tanto el DT como él saben que su utilidad está en otro lugar: no como un corredor de largas distancias sino paradito, en el medio, tirando pases con el triángulo. El relevo ideal para el Capitán.
Arriba y abajo, mientras tanto, no parecen haber demasiados misterios: Cellay-Desabato-Re abajo, con la opción de Sarulyte y algunos minutos apra Tarabini; La Gata y Boselli arriba, con la opción de Carrillo y un creciente protagonismo del Rayo Fernández, que amenaza también con desplazar a Mariano González, aunque ello provocaría alejar a la Gata del área y ubicarlo de mediapunta. Modón le hará sombra al indestructible Mercado y el tándem del medio será de los dueños de la batuta, Verón y Braña. Pero permanece el misterio de la zurda. Para Banfield, el Rana parece ganarse el puesto: pero Iberbia sabe que es quien más cerca está de los once de ocupar el banco de suplentes y que dependerá mucho de su rendimiento su permanencia en el equipo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Reescribiendo la historia

Nadal deja corta una devolución y le sirve el punto a Djokovic, que envía la pelota hacia la esquina izquierda del mallorquín con la certeza del triunfo. Rafa perdía así la final más larga en un Grand Slam, tras casi seis horas agotadoras de tenis esplendoroso, y también caía por tecera vez consecutiva en una final de un major y por séptima vez en fila ante al serbio, estadísticas negativas que reflejan el demoledor dominio del número 1 sobre Nadal desde 2011. Rafa terminó derrotado ante un adversario que es mejor jugador, ejecuta a la perfección el libreto anti-Nadal y, sobre todo, tiene un hambre voraz. El español corrió todo el partido desde atrás (incluso cuando le tocó ir adelante en el marcador), y consiguió con su actitud inclaudicable volver incierto un pleito que tuvo un dominador claro, como siempre. Llevó a Novak al límite, mental y físico, y tras las casi seis horas de partido ambos recibieron los premios sentados: no podían mantenerse en pie.

Todos imaginaban un Nadal frustrado, después de un 2011 bastante insatisfactorio, despojado del número 1 al que no pudo hacerle sombra, y una nueva derrota arrancando el año contra su nuevo némesis. Pero Nadal pierde mejor de lo que casi todo el mundo gana, y sorprendió con su buen humor en la madrugada australiana: “Ha sido la derrota más satisfactoria de mi carrera”, espetó. Es que esta final fue distinta a las otras. Nadal pudo llevar el partido a cinco sets por primera vez desde el despertar del serbio y sintió el triunfo, su posibilidad. No porque haya encontrado baches en el juego del serbio: por el contrario, Rafa parece haber aceptado la superioridad del serbio. El año anterior Nadal perdió su corona, pero parecía creer que lo de Nole era simplemente un gran año, que no podría repetir. El había cambiado la historia, en aquellas épicas batallas con Roger Federer, y quizás sus batallas con el serbio le parecían menores. Pero la certeza de que Djokovic llegó para quedarse engrandece su desafío y reescribe el escenario, con Nadal ocupando el lugar que más disfruta: el de contendiente, el de punto. Le gusta entrar a la cancha en desventaja, con ansias de hazaña: el desafío es su combustible.

Pero enfrente está Nole, y el serbio ya es cosa seria, con condiciones con las que se escriben las leyendas. Tuvo un año 2011 increíble, pero no era solo Nadal quien lo consideraba un número uno del presente, terrenal, y no material para los mitos del tenis. La victoria sobre Rafa en Australia, sin embargo, puso en evidencia que lo de Nole no es un reinado pasajero, que se alimenta sobre la decadencia y el cansancio de quienes eran considerados legítimos dueños del trono (Roger y Nadal), sino un imperio que amenaza con volverse tiránico. No tiene rival, y no porque los otros no estén en su máximo nivel, sino sencillamente porque es el mejor de todos. Tuvo que convertirse en el mejor de todos para destronar al jugador perfecto, el suizo Roger Federer, y a quien había conseguido desbancarlo: “Federer y Nadal me hicieron mejorar, me obligaron a convertirme en mejor jugador”, admite Novak. Dominaron el circuito durante siete años, y para conseguir lo que ambicionaba el serbio tuvo que abandonar malos hábitos y un compromiso volátil y adolescente que lo hacía depender del talento y las rachas. Apuntaló sus condiciones con trabajo, ordenó sus prioridades y su tenis explotó.

Djokovic es hoy implacable y parece invulnerable. Ya no es un tenista que tuvo un gran año, sino un aspirante serio a los libros de historia. Todavía sin los títulos para apuntalarlo, debido a su “tardío” despertar (si lo comparamos, claro, con el hambre precoz y voraz del mallorquín), muestra un nivel notoriamente superior al del número dos, y juega un deporte distinto al que juegan los demás. Si vence al resto con relativa facilidad, los duelos con Nadal lo obligan a empujarse al límite: allí es donde sorprende. El festejo casi hulkiano tras la consagración retrata perfectamente el éxtasis de esas victorias agónicas, en las que se roza la muerte; y también la transformación que sufrió el juego de Novak cuando Nadal lo hizo rozar el fin, cuando lo llevó a caminar por la cornisa: entonces el juego del serbio estalló en una arremetida final que resultó mortal para un Nadal que se relamía.

La mirada ahora está puesta en la temporada de polvo y en la aún lejana pero decisiva batalla por la corona de Roland Garros. Nadal se juega mucho, prácticamente todas sus chances de reconquistar el uno, y tras la final del domingo llegará con otra mentalidad, dispuesto a elevar su propio tenis en lugar de esperar la decaída del juego de Djokovic. Enfrente estará Nole, implacable, con un hambre que no amaina a pesar de las victorias constantes, un hambre que recuerda a la del joven Nadal. Apenas le lleva un año, pero Rafa parece el león viejo, paciente y sabio aunque algo cansado, y el serbio el león joven, voraz e incansable. Los leones saben que la contienda entre ambos es inevitable. Se empujan, se desafían, se llevan a superar sus posibilidades. Ya no es un duelo más, ya es una rivalidad a muerte.