jueves, 31 de marzo de 2011

Pressing vs. tenencia

Es cierto que tras la metamorfosis bestial del inicio del ciclo del Toto, hubo un retroceso hacia el pragmatismo sabelliano. Mérito del entrenador, sin dudas, deponer su orgullo, escuchar, laburar con el plantel y no en el mundo de los discursos. Gran mérito, a la vista de la recuperación del orden y, a partir de allí, de la confianza, del carácter y de los éxitos para terminar con tanto luto.­

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Empieza a entrarse ahora, hecho este paso evolutivo que esperamos definitivo, en cuestiones más finas. Ayer, en apariencia, se jugó "a lo Sabella": un equipo espectante, punzante con la pelota parada y armadito atrás. Pero en la práctica hubo diferencias clave. El Toto plantea un pressing que, si bien en los minutos iniciales se mostró efectivo y le dio protagonismo al Pincha en tierras colmbianas, con el correr de los minutos, y tras la mano estúpida de Benítez y el envalentonamiento posterior de Tolima, que volvió a la vida, provocó un estado de agotamiento colectivo y consecuentemente aparecieron los espacios para el Tolima, a espaldas de los fusilados pinchas que no podían volver tras salir a presionar arriba.­
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Sin dudas que la mano cambió todo, y que sin ese penal probablemente Estudiantes hubiera controlado el partido, con o sin pelota. Sin embargo, no todo fue culpa de Nelson: la insistencia con una práctica tan desgastante en este tipo de partidos es algo a debatir. ¿Conviene seguir corriendo todo el partido, con las aspiraciones dobles de Estudiantes, con su plantel ya diezmado por el cansancio (justamente, cansancio producto de correr tanto)? ¿O es preferible esperar un poco más atrás y, una vez recuperada la pelota, tenerla, cuidarla, tocarla y descansar? Está claro que según los partidos, los rivales y los momentos, presión y posesión serán opciones válidas (también se debe tener en cuenta el plantel, y son varios los jugadores que se han visto perjudicados por esta tendencia al pressing: Mercado sufre que el equipo no acompañe sus subidas y no llegue con pelota dominada, depende de un uno contra uno que no tiene, y el vértigo lo obliga a perder mucho sus espaldas; Rorro y la Gata no son jugadores de presión, más bien son pícaros que saben cómo molestar y cuando pescar alguna pelota; Enzo tiene que correr mucho sin pelota, intentando tapar la salida, y el resultado es que va menos de medio semestre y se lo nota dolorido y agotado; se comprende el terreno ganado por LG, presionador por naturaleza). Se nos ocurre que en un partido que se jugó tras tremendo viaje, con jugadores cansados y mucho lesionado, con el resultado clasificando a Estudiantes, convenía esperar más atrás, manejar la pelota, enfriar el partido, tocar seguro, para los costados si hace falta, y correr mucho menos.­
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Se reguló poco. Hubo que esforzarse mucho para conseguir el empate clasificatorio. Gran responsabilidad tiene el mamarracho que se mandó Nelson (pobre, le hemos pegado duro y parejo). Pero no fue quizás el modo preferible, el más inteligente, seguir yendo a buscar arriba y dejando espacios, generando semejante desgaste en un plantel que no se permite parar y aspira a pelear todo. 

Toda la cobertura del partido vs. Tolima en Contra Todos

miércoles, 30 de marzo de 2011

La reproduccion (II)

Ya hablamos en alguna ocasión de los intentos de copiar al Barcelona sin más. “Una solución europea a los problemas argentinos”, reza el subtítulo de la revista justamente denominada como el equipo de moda, y eso es lo que intentaron hacer desde la Selección y varios equipos del medio local (Gimnasia, River y Racing así lo han declarado, por ejemplo). En aquella oportunidad tratamos las imposibilidades estructurales de realizar tal mímesis. Ahora repetiremos un poco lo dicho allí, aunque hablaremos un poco más puntualmente del juego, en ocasión de los soporíferos empates del team Batista, aunque resulte imposible deslindar juego de estructura profunda, como se verá.
En verdad, lo único que imitó la Selección al Barcelona es el puesto en que puso a Messi. Poco, después, le ha salido como planeó y, para colmo, contra Costa Rica se ha visto que el equipo, sin Messi, es puro pase lateral e insignificante. Lejísimo del funcionamiento aceitado del equipo blaugrana, donde entra cualquier y cumple, donde todos son punzantes y pensantes con la pelota. Por supuesto, acá le daremos a Checho un poco más de crédito, porque ha tenido poco tiempo de laburar (¿es el mejor modo de jugar, dados los tiempos cortos de preparación?) y porque, en verdad, nos importa muy poco.
En cuanto al estilo, poco ha tenido de barcelonés, y mucho se ha parecido a eso que se cree buen juego en estas tierras: la famosa “nuestra”, llena de pausa y pase lateral, muy displiscente, dependiente de raptos individuales y sin ningún tipo de fluidez a la hora de atacar; ni hablar de un sistema de relevos y desmarques de la complejidad del Barsa, donde todo el tiempo se es protagonista y en ningún momento se pierde el equilibrio. Nada tuvo en común la movilidad de los albicelestes con la de los blaugranas, constantemente generando espacios y opciones de pase a partir de sus desmarques (lo cual explica bastante el picnic doble que se han hecho por Champions con el Arsenal, que marca en línea con una exasperante ingenuidad). Los jugadores, por más talentosos que fueran, jamás se encontraron: la inmovilidad y el deseo de cuidar la pelota llevó al mencionado sopor y a una falta de profundidad absolutamente opuesta a lo que propone Barcelona. La Selección juega en pausa.
Los jugadores sin dudas pueden interpretar el sistema (si bien es un sistema para la clase alta, también es cierto que es bastante democrático y se basa en la sistematización y el laburo), pero hace falta práctica, coordinación, automatización de pases, de paredes. Y también presión sin pelota y solidez y solidaridad en la marca: Argentina no tuvo nada de esto y se vio increiblemente desbordado por dos rivales menores.
Muchos espectadores se frustran porque sus jugadores predilectos (Pastore, Di Maria, Sosa, el propio Messi) no juegan según su potencial y se pierden en este nivel deslucido general. Pero sin desmarques, sin sociedades laburadas, no hay modo de engranar en algo que mas que un equipo, es la imitación superficial de un estilo, simplemente toqueteo, tiki tiki sin sustancia, para pasar el tiempo. Hay cuestiones de fondo, de crianza y de tiempo, está claro. Sin embargo, cabe la pregunta: bajo las condiciones que imperan, reales, ¿no será mejor imitar al Inter? ¿Por qué se supone que se trata de una indignidad? Hemos dado una respuesta en el pasado, aunque con la ceguera imperante… creemos que se queda corta.

martes, 29 de marzo de 2011

Las heridas


Fue un golpe al corazón. De todos, hinchas y jugadores: una poderosa angustia se apoderó de nosotros, que confundimos con bronca. Así sucedió al plantel, habitualmente medido, pero que desgarrado salió, en esta circunstancia como nunca antes salió a expresar públicamente su disgusto con la decisión que había tomado Don Alejandro Sabella, padre adoptivo de una criatura bestial, ganadora. Bajo su tutela el equipo había encarrilado su hambre voraz y se habia puesto al servicio del equipo a partir de una entrega emotiva que lo llevaba a jugar en cualquier condicion, en cualquier cancha.
Pero su salida (no especularemos acerca de los motivos) fue abrupta, y dejo una herida abierta en el pincharrata. El cuerpo de su capitán fue, durante unos meses, la fisonomía del equipo: herido, cansado de tanto andar, harto de tanta ignorancia, aunque siempre orgulloso y valiente para ponerle la jeta a la cosa. Y con el corazón sangrante se repuso a pura garra, a pura voluntad, a un momento terrible en la historia del club, “el peor momento de su carrera”, según graficó el enorme león Rodrigo Braña.
Hace un par de días nomas la Brujita habló por los medios y contó que se había acercado a Pachorra, intentando cerrar las heridas que dejo su salida. Luego hubo aquel encuentro público, con motivo del homenaje a los campeones del Mundo y del Apertura 2010. Sabella fue quien habló en aquella oportunidad, pronunciando tibias palabras que alientan aún más la esperanza de reconciliación y retorno. Caramelos para el corazón y curitas para las heridas de la familia pincha, que se encontraba entristecida, más que nada, por sufrir un conflicto en el seno de su familia, algo a lo que no acostumbra este equipo. Hace bien.
Los medios se quedaron con el título de tapa, relamiéndose en el morbo, comentando si Pachorra le dejaría preparar el supuesto asado reconciliatorio a Verón o consideraría que le quería quitar protagonismo, y otras cuestiones tan absurdas por las cuales a veces, como bobos, nos dejamos llevar.
Pocos levantaron el comentario que, el mismo dia de aquellas palabras de la Brujita, y acerca del mismo tema, realizaba el gladiador Braña. El Chapu, ídolo de todas las familias, confesó que la partida de Sabella había sido el golpe más duro de su carrera, para sorpresa de muchos, por sobre Abu Dhabi, por sobre la Recopa, por sobre aquella lesión que lo privó de ser mundialista. Y cuando le preguntaron si se marcharia del único club, verdaderamente, de La Plata, dijo que si bien se sentía cómodo, era algo para pensar, dado el fuerte desgaste que venia sufriendo.
La declaración preocupa. El Chapu, se sabe, es fundamental. Todo hincha de Estudiantes detesta al jugador que, obnubilado por unos billetes, por las vedetes y las tapas de los diarios, se va a cualquier club de los capitalinos o al Artico, abandonando proyectos y pensando que progresa. Decisiones de ese tipo dan bronca. Pero no es el caso, éste, el de Braña. Partícipe de las tres conquistas de la era Verón, el Chapu vivió una seguidilla verdaderamente endemoniada con este plantel. En 2008 se propusieron dejar de ser el eterno club expectante y llegaron a la final de la Sudamericana. La derrota obligó al orgulloso León a redoblar la apuesta y a apuntar todo a la Libertadores. Pero claro: Estudiantes arrancaba en repechaje y no hubo vacaciones. Resultados adversos obligaron a que, con el cambio de timón de Astrada a Sabella, Estudiantes jugara varios meses ambos torneos con la misma base, intentando conquistar la ansiada lata y salir del último puesto del Clausura. La conquista significó tocar el cielo con las manos para estos muchachos, pero luego el recambio no fue el adecuado y se afronto un semestre duro, que una vez más termino más tarde que para el resto, con la corajeada en Abu Dhabi.
Vacaciones, hubo pocas. En año de mundial, todos los fixtures se acortaron. Para colmo, Estudiantes, guapo como es, apostó a todo o nada y jugó cada tres días partidos donde se definía un pase de Copa o las chances de campeonar en el torneo. El cansancio, al final, nos dejó con “nada” al final (si eximimos de lo productivo la demostración de temple y osadía de aquel equipo). Entonces, empezaron las críticas de los que siempre andan agazapados, y también de los inconformistas de siempre. Los hay en cualquier club, es cierto. Pero parecían particularmente ingratos en este caso.
El Chapu no pudo jugar el final de aquella doble competencia: lo lesionaron, y lo sacaron también del Mundial. A su edad, fue sin dudas un golpazo. Llegó bastante justo a la reanudación de las competencias, donde soportó las duras caídas en Recopa y Sudamericana, y la lluvia de criticas y certificados de defunción que provocaron esas derrotas. Hay mucho periodista, se sabe, esperando, deseando que Estudiantes vuelva a mediocrear. Pero el año culminó con un trofeo, glorioso, místico, ganado contra todo, a lo guapo, y las sonrisas volvieron a las caras de un plantel estresado. Todo había valido la pena.
Si jugadores de más de 30 años soportaron el trajín, las críticas, el estrés de pelear todo, y jugaron lesionados, cansados, trabaron con la cabeza y concentraron cada tres días, perdiéndose de estar con su familia y vivir una vida cómoda como la que viven la mayoría de los futbolistas, fue, sin dudas, por el hambre de gloria que tienen estos tipos. También, claro, por el club y por sus carreras. Pero el que dirigió esa intensidad, el que indicó el rumbo y convenció a todos de seguirlo, fue Sabella. Pachorra encontró, cuando llegó al club, un grupo ganador y ambicioso, pero tendiente a la desconcentración y a la interna. Y les dio lo que necesitaban: una causa, por la cual luchar, por la cual dejar la vida. Estos jugadores eran tipos predispuestos al esfuerzo sobrehumano, y fue con Sabella quien los empujó a ese límite de compromiso. Fueron momentos verdaderamente emotivos para todos, para ellos y para nosotros, los hinchas, que sentíamos esa cofradía aún (o sobre todo) en los momentos de derrotas y frustraciones.
Pero entonces Sabella agarró y se fue. Sus razones permanecen envueltas en un manto de misterio, pero entendemos que seguramente ha tenido razón en cuanto a los argumentos (era un señor pensante, Don Pachorra), no así en cuanto al momento (mucho más, sin información, no puede decirse). Durisíma estocada al corazón pincha.
¿Y qué habrán pensado los tipos que dejaron la piel por la causa que les indicó Pachorra, que se infiltraron, que jugaron 8 partidos por mes, que pusieron siempre la cara, cuando a días del comienzo lo vieron partir? Podemos solo especular, pero seguramente, como dijo recientemente el Chapu, se trato de una decepción enorme: si quien indicaba el camino que justificaba el sacrificio, salta del barco antes de la batalla… quizás el camino no valiera tanto la pena. Sin dudas, han visto a partir de la salida de Sabella relativizadas sus creencias y han sentido que tal nivel de sacrificio no valia la pena, en definitiva. En palabras menos rebuscadas, seguramente varios deben haber pensado que era para largar todo, disfrutar con la familia, irse a jugar anónimamente, sin ningún tipo de presión o copromiso, a algun club de Mexico o de la Europa invisible.
A los rumores de una Brujita frustrada con la ola de trascendidos y todo el puterio mediático (del cual somos responsables, en parte) se suman estas declaraciones del Chapu. No deben tomarse como señales del Apocalipsis: el Chavo y el Chino se quedarán seguramente a vivir, la Brujita extraterrestre tiene varios partidos antes de volverse para Melmac, la Gata está chocho y muy místico albirrojo y hasta es probable que el Chapu se quede, una vez que se salga de la vorágine de los partidos cada tres días y pueda pensar (y le charlen). Ojalá también la refundación del equipo a la que asistimos le dé motivos y esperanzas dentro de la cancha.
Por lo pronto, el corazón del equipo se encuentra nuevamente herido, producto de la sobrecarga de minutos (ruptura fibrilar: tiene para 3 semanas, es decir, 5-6 partidos…), y no viaja hacia tierras colombianas, donde Estudiantes se juega mucho (inclusive, la posibilidad de tomarse con soda el último compromiso del grupo: parece menor, pero está claro que el nivel de competición en que se maneja el club recibe cada minuto extra de descanso, físico y mental, como una bendición). La delegación que partió a tierra cafetera lleva apenas dos delanteros, debido a la lesión de Gastón Fernández: pronto también el veterano Rorro y el sacrificado González comenzarán a sentir el cansancio y mermarán, mas allá del riesgo de lesión, su rendimiento. Entre los convocados no estará Roncaglia, suspendido, y Ré se halla apenas recuperado y no va de titular: como resultado volverá a experimentarse con Nelson Benítez en la zaga central (la defensa no tiene, entonces, más recambio que echar mano a juvneiles). Estudiantes no es un equipo que tenga la posibilidad de juntar planteles largos y de jerarquía, y la doble competencia que elige, con valentía, por hambre de gloria, afrontar, como se ve es sumamente desgastante física y mentalmente.
Me gustaría entonces que se tome todo lo balbuceado aquí como una razón para, durante este semestre, duro emocionalmente y de transición técnica, apostar solo por una competencia, y relajar asi las pesadas cargas físicas y sicológicas que vienen sufriendo los referentes. Hace 5 años clasificar a la Copa era casi utópico, y hoy no se puede bajar del cuarto puesto... Preferible sería una apuesta a la rotación a partir de la incorporación de los interesantes juveniles que han ido surgiendo (Cardozo, Hoyos, Auzqui, Carrillo y algunos otros todavía muy jóvenes), aceptando una merma en el nivel y en las expectativas, pero recibiendo a cambio la maduración de los jugadores que enriquece al plantel y, de cara al mercado de pases, permite que no se necesite incorporar tanto y, de paso, que en algún momento entre dinero en el club.
Y ojalá todo esto sea tomado en cuenta por algunos hinchas (que en mi opinión no representan en absoluto al hincha medio pincharrata, solo que son los mas “visibles”) para bajar su nivel de exigencia, dejar de llamar quejosos a las radios y de escribir iracundos en los foros con nimiedades de la cotidianeidad, que no aportan absolutamente nada salvo descontento; y simplemente apoyarlos (se lo han ganado con creces), ir a la cancha, aplaudir a los nuestros, y disfrutarlos. Disfrutar este momento no implica relajarse en los laureles. Los jugadores de Estudiantes, se sabe, son incapaces de ese relax.

Columna publicada en www.edelpcontratodos.com.ar

miércoles, 23 de marzo de 2011

La impostura del DT lirico

Esta obsesion por volver al enemigo el peor de los peores y dividir la vida en dos bandos no es un invento del diario Clarin. Lleva siglos de practica, y es, de hecho, la marca de lo que se conoce con cierta ambigüedad (y a partir, una vez mas, de una división dicotómica) como “sociedad occidental”. Siempre en la historia occidental el enemigo ha sido el barbaro que interfiere con la civilización (que es, desde ya, la civilización y el conjunto de valores propios, nunca ajenos). Juntar adeptos para estigmatizar a las minorías resulta sencillo, sobre todo cuando la opinión emitida se hace desde los canales legitimados (medios, libros, inclusive muchas veces la ciencia). Nunca traen demasiado bien estas dicotomías, y en general generan matanzas en nombre de ideologías que esconden intereses siempre económicos (por ejemplo, la guerra civil yanqui o la campaña contra los indios acá). Y sin dudas el peor mal que provocan es que, en un arma de sutil dominio, generan en el “otro” una elección falsa, entre defender y resignificar su “barbarismo” o aceptar la superioridad natural del otro. Asi funciona el futbol también, analizando todo a partir de una falsa dicotomía y siempre desde el lado de los buenos. Verdadera estulticia la de los medios, violencia que genera la defensa simbolica de nuestra cultura, sucia y guerrera. Daremos batalla, claro, aun cuando sepamos que somos mucho mas que la manga de inadaptados que quieren hacernos creer que somos.
Como influye toda esta perorata en la realidad? Bueno, en casi todo (hemos visto ya muchos aspectos del futbol ensuciados por esta lógica destructiva). El rubro DT no queda exento: resulta que los clubes han tenido, desde la pelea entre Menotti y Bilardo, dos opciones a la hora de contratar técnicos. Podias traer un tipo menottista, complacer diarios y parcialidades que gustan de ser políticamente buenos y bellos y seguir la moral cristiana. Las marcas de este tipo de DTs era, y sigue siendo, desmerecer el laburo y privilegiar el talento (y la suerte, que también sirve de excusa en la derrota). La otra posibilidad era traer a un tipo bien pragmático y ganarse el antagonismo de todos (incluso de los propios) aun en la victoria. En nombre de la coherencia y la justicia, diremos que si bien en un caso se necesita mucho mas material humano que en otro (lo cual significa que hay que comprar jugadores y gastar mas dinero), de ambas maneras se puede ganar con trabajo y convencimiento (mas teniendo en cuenta el nivel del futbol local).
Y entonces apareció el recambio, los técnicos jóvenes que llegaron de la mano de los nuevos dirigentes. El nuevo milenio. El fin de las dicotomías de la mano de dirigentes que maman lo estético y lo practico por igual, adecuados a los tiempos del superprofesionalismo pero, moral pequeñoburguesa de por medio, creyendo importante regalarle al hincha un rato de hermoso futbol (es decir, distraerlo de su realidad en lugar de enseñarle a mirar futbol, en sus distintas formas, y de paso dar un ejemplo de rebeldía contra el status quo; modo guerrilla zurda off, el tema ha sido tratado en extenso recientemente). Líricos, que laburan. Hijos de Holanda, los Bielsa, los Guardiola. Bien europeos, sitio donde el fútbol espectáculo se necesita para atraer espectadores teatrales a los estadios, pero ganar no deja de ser importante, dado que, gracias a dios, se come menos vidrio que aca en los aspectos que hacen al deporte.
No dejamos de verlo como una mejora. Pero, por que, en el momento en que algunos medios ya se dan cuenta de lo insostenible del discurso lirico fundamentalista, la solución tiene que ser esta especie de síntesis falsa? La nueva ola de técnicos jóvenes con discursos excesivamente verbados y correctos y nociones pacifistas y bondadosas es una clara demostración de que se ha impuesto, a la fuerza, una solución que nada soluciona. Se agregan, inevitablemente (“el progreso”, es decir, la eterna mania de copiar lo europeo sin analizarlo demasiado), cuestiones tácticas a la labia de la estética por el hincha, y eso debe ser una especie de síntesis ideal. Pero los equipos siguen sin aprender a defender, intentan jugar bello y guapo y continúan, claro, perdiendo contra equipos que además de realizar la misma apuesta, la realizan con mejores jugadores (los que hace un tiempo jugaban para ellos). Nadie ve la falta de paridad que hay en las ligas europeas? Gracias a dios la condición orillera nos permite evadir bastante “el progreso”, aunque lamentablemente no se genere al mismo tiempo un avance de una condición futbolera sudaca bien peleadora y contrahegemonica, sino una mezcla de progresismo bienpensante (el bielsismo, digamos) y berretez y mediocridad defendida como talibanes. El camino no es, sin dudas, uno que sigue perpetuando las mentiras de siempre que permiten que ganen siempre los buenos. El futbol no tiene ninguna obligación de ser bello, y el respeto del hincha se consigue dejando la vida como amateurs, y no toqueteando gozadoramente para nada. El deporte forma valores en el esfuerzo y la hermanacion, no en la mentira y el escudo discursivo, no en la rendición ante los obstáculos o ante el rival “naturalmente superior”. Estos supuestos “valores” que surgen de la estetizacion del futbol continúan ampliando brechas en lo que es la sociedad del futbol, entre ricos y pobres, y continua, lo que es peor, desinformando, anti-educando, desvirtuando el futbol y estupidizando al espectador, que de un hincha que participa activamente en la política de su club, que mira y desglosa partidos y que aprende cuestiones técnicas, se va convirtiendo cada vez mas en un espectador teatral que sabe poco del juego y espera no ganar sino ver ese taquito hermoso que va a tirar el 10 en algun momento.

martes, 22 de marzo de 2011

Estudiantes busca su Mangano

Recientemente los hinchas recordaron emotivamente al gran Mariano Mangano, presidente y arquitecto del Estudiantes campeón de todo, al cumplirse 99 años de su nacimiento. Sé que mucha gente lo tiene presente constantemente y lo recuerda con orgullo y tristeza: sin embargo, también se que muchos apenas lo conocen de nombre y poco saben de su ejemplar obra y su bonhomía. Un olvido que ya da sus frutos.
Las dirigencias de este milenio no han sido el monumento a la catástrofe que algunos pintan. Sus políticas en materia económica han sido conservadoras y coherentes, y bajo ellas el club ha crecido estructuralmente de modo sostenido durante esta década, reviviendo un club de edificios abandonados y números en rojo. Se le reclaman algunas cuestiones en materia deportiva (el tema de los refuerzos, puntalmente, y de ciertos gastos que en el contexto de una economía austera se debieran haber evitado), cuestiones que siempre son bastante relativas y eternamente las mas discutidas por su visibilidad; y también se le reclaman varias turbiedades que, gracias a la oscuridad que rodea el futbol, se basan en presunciones y rumores a menudo y generan un clima desestabilizante, que quizás sean el objetivo detrás de quienes dicen estas cosas en voz baja y corren para no ser identificados. Se reclama también, a menudo, la comodidad con la que el club se ha instalado en el Estadio Ciudad de La Plata después de un lustro donde el hincha se banco, con su plata y su tiempo, viajes y el exilio pensando que luchaba para conseguir su cancha. Finalmente, cansado, también el hincha se  contentó con poder jugar sin viajar.
La construcción de un estadio es, desde ya, un gasto capaz de fundir un club si no se realiza de modo responsable. En el corto plazo, aun si no mediara una decisión judicial que impide que las obras se lleven a cabo, es irrealizable. Los dirigentes se han amparado en esta imposibilidad económico-judicial para, directamente, bajar los brazos, sugiriendo para colmo una falsa dicotomía: para hacer el estadio, necesariamente debe perjudicarse el proyecto deportivo. Ningún plan que permita la recaudación a largo plazo del dinero necesario y que no ponga en riesgo la economía del club se ha propuesto. Si el fallo judicial resulta favorable, recién entonces comenzara la planificación concreta, si es que no se declara imposible e inútil antes de empezar.
Estudiantes habrá perdido entonces todo este largo periodo en el exilio por nada,  dado que ninguno de sus dirigentes, que saben que no estarán en sus cargos para ver terminada la cancha, ha sido capaz de sortear las trabas y proponer desde el ingenio el modo de asegurar en el futuro la terminación de las obras en 1 y 55.
Y entonces, volvemos necesariamente a Mangano. Mariano Mangano fue un tipo ambicioso e innovador visionario. Levantó a Estudiantes de la mediocridad a partir de la implementación de un ambicioso proyecto de inferiores que culminaría sirviendo de base para el equipo de Zubeldía. La masa societaria creció exponencialmente. Y fueron ellos los que pagaron por parte del predio de City Bell, sueño delirante del presidente vuelto realidad gracias a una ingeniosa estratagema. La otra parte la pagó, con su propio dinero, Mangano.
Durante su vida, aquello no fue más que una estancia prácticamente pelada. Pero su invaluable aporte es parte del patrimonio del club, gracias a que supo apostar al largo plazo. Mangano fue un presidente comprometido con el presente, pero también con el futuro del club, y todo lo hizo en pos de que el club continuara creciendo aun sin él. Hoy, Estudiantes necesita un presidente que no se pierda en la trifulca política o en los tecnicismos del número e ingenie soluciones concretas para el futuro en pos de continuar creciendo. Un tipo comprometido y de bien, como Mariano.
Inmediatamente, uno piensa en Sebastián. La Brujita, hace pocos días, prometió que intentaría cumplir el sueño de todos: el regreso a casa. Los rumores de siempre, en los pasquines de siempre, han puesto varias veces en duda su deseo de construir la cancha. Verón comprendió la imposibilidad del regreso en el corto plazo a uno, pero no por eso olvido que allí esta su hogar. Sus palabras no pueden sino ilusionar al hincha.
Pero para que Verón se convierta en dirigente falta tiempo. Aun tiene mucho por dar en el no tan verde césped en el que jugamos, y luego, si el estatuto se reforma, tendrá que esperar un periodo para postularse. Seguramente ganara, aunque sería importante que lo hiciera sin la compañía, por ejemplo, de tipos como Pires, con el sencillo objetivo de trabajar de modo transparente y de no alimentar rumores que perjudican, antes que nada, la estabilidad del club. La Brujita, ser luminoso y multiplicador de panes, apasionado pincharrata, inteligente e ingenioso, tiene el potencial para completar su obra como el ser más preponderante en la historia de Estudiantes convirtiéndose en el presidente que necesita Estudiantes, un tipo comprometido, ambicioso, osado, como lo es Juan Sebastián Verón. Y pareciera designado por el destino a guiar al club de vuelta, después de largos años de odisea y aventuras, a nuestro humilde hogar, la que tiene la cancha inclinada, la que vio jugar a los Profesores, a los campeones de Don Osvaldo y del Doctor, la que nos vio ascender con toda la gloria, la Tierra de Campeones. Mientras tanto, será menester no recordar al ilustre Mariano Mangano solo un día al año, sino tenerlo presente siempre, como ejemplo que es de cómo deben actuar los dirigentes de Estudiantes de La Plata.

Publicado en Contra Todos

lunes, 21 de marzo de 2011

CONTRA TODOS: el manifiesto

Señores, nace un nuevo sitio del Pinchita que me involucra: CONTRA TODOS. Ergo, todo lo que sea seguimiento de partidos, seguramente será, salvo en casos particulares, posteado allá. No así las columnas, que reproduciré acá sencillamente por una vanidosa necesidad centralizadora. Aquí, la columna de apertura. NOTA: LA VAMOS A DESOCER TODA.



Hace ya un tiempo, un equipo caminaba por un túnel que retumbaba, hacia un estadio que bramaba de ira. Las paredes atenuaban el sonido ensordecer de la multitud iracunda, pero el túnel terminaba, y los esperaba un clima de fin del mundo. Decenas de miles, cuando saltaron a la cancha y sintieron el poderoso griterío histérico en su total potencial, los escupían, los puteaban en ingles, o en un idioma incomprensible hecho de saliva y balbuceo. Rabiosos, enardecidos con el vil, monstruoso, tramposo enemigo del cual escucharon hablar por radio y del cual leyeron en los periódicos amarillistas: allí estaban los barbaros, los sudacas sucios. Los malos de la película.
“Animals!”, clamaba la multitud. Las bestias daban flores a los hinchas y recibían insultos, ciegos por la desinformación, ciegos al punto de ver lo paradójico de su comportamiento, tan lejos de los buenos modales que pretendían defender frente a estos barbaros de casaca blanca acostumbrados ya a estos tratos, a la hostilidad, a la incomprensión. No los conmueve entones la caldera infernal que es Old Trafford. No hay por qué estar intranquilos, además: se laburo como nadie para llegar donde se llego, desde donde se llego. Y Don Osvaldo ya les dijo que el partido terminaba empatado en uno y la copa viajaría en avión con ellos, hacia nuestro hogar.
Todos los hinchas del futbol piensan que sus clubes son únicos. Pocos lo son. La mayoría, en las buenas y en las malas, acepta su lugar y se acomoda a las convenciones del futbol. Acepta la supremacía de varios equipos, esporádicamente saca pecho y mete alguna victoria de tapa de diario y olvido posterior, y muy de vez en cuando se lleva algún titulito que nada perturba. Perpetuán así los mitos creados desde los medios para atarlos a la derrota, a la sumisión, a la inferioridad. La mayoría no discute el poder; ni siquiera discute de futbol.
Pero Estudiantes si es distinto. Es distinto porque discute con los grandes. Y porque discute, es un equipo con fama de peleador, de sucio: porque molesta, se ha ganado la enemistad de todo el mundo del futbol. Estudiantes es el malo de la película. Sus condiciones naturales no lo hicieron bueno y bonito, y entonces se rebeló: su rebeldía no fue discursiva sino real, tangible, llevo a un equipo chico por primera vez a la cima del país, y luego a lo más alto del mundo, rompiendo la hegemonía de décadas y convirtiéndose en un equipo absolutamente irritante, subversivo. Más aun, cuando sostuvo sus actuaciones a lo largo del tiempo, robándose a menudo glorias destinadas a los grandes y buenos. Y lo hizo a puro tesón y trabajo: su arma, como la de cualquier villano, no son sus poderes especiales, sino su inteligencia. Estudiantes, desde Osvaldo hasta acá, ha estudiado el futbol, sus modos, sus estrategias, para lograr imponerse a pesar de sus falencias. Estudiantes es una escuela en el sentido más literal, menos metafórico del término: es un club donde se enseña y se aprende futbol, en lugar de adherirse a los mitos convencionales que explican que el futbol es improvisación y magia inexplicable. Las enseñanzas de Don Osvaldo sirvieron para la emancipación de los menos afortunados del mundo, fueron, verdaderamente, una revolución. Y entonces la amenaza que representaba Estudiantes de La Plata llegó a un punto insoportable, resultando en campañas de difamación verdaderamente burdas que aún hoy, cuando este equipito capitalino les roba todo el protagonismo a los corruptos clubes capitalinos, siguen vigentes.
Y si desde Osvaldo hasta hoy hubo momentos donde se extravió el camino, donde se multiplicaron jugadores de paso que poco sabían de estas cuestiones y técnicos en absoluto idóneos, aun entonces el germen de este ideal que nos hermana hasta la muerte permaneció durmiente, expectante.
Y si así fue, es porque el hincha de Estudiantes también es diferente. El hincha albirrojo mira futbol, no resúmenes; conoce de tácticas, analiza partidos y estudia a sus rivales. No soporta el “ole”, y sabe que las defensas son la clave para el éxito en un equipo que no puede robar estrellas ascendentes a clubes más pobres: atesora en su corazón el arte de la defensa, y explota en un alarido de júbilo cuando se suceden una, dos, tres trabas violentas. “Estudiooooo, Estudiooooo”… Él ha protegido, cuando no lo hizo la institución, el legado del club. Él transmite a sus hijos el patrimonio que hace a este club único y orgulloso.
Y cada nueva epopeya sirve de ejemplo, alimenta la leyenda, mantiene la llama viva. Y como los padres transmiten a sus hijos las historias épicas que, no por casualidad, son llamativamente numerosas y cada vez más emotivas, así, del mismo modo, las generaciones de jugadores viejas transmiten a los nuevos que significa Estudiantes, esa familia que es Estudiantes. El Doctor y Manera se lo inculcaron a chicos como Russo, Sabella, el Tata, por allá en el 82. Ellos hacen lo propio hoy, mientras adentro de la cancha los Verones, los Desabatos, los Alayes, no permiten que las historias se conviertan en nostalgia bohemia de cafetín. Y cuando ellos no estén en la cancha, y quizás haya habido un descalabro institucional, y los pibes más jóvenes den sus primeros pasos en la cancha viendo equipos absolutamente berretas y deprimidos, entregados a la superioridad de los otros, entonces el hincha será el encargado de proteger el sagrado patrimonio de la inteligencia, la humildad y la hermandad, la historia de Estudiantes de La Plata.
Y mientras todos continuemos hermanados, cofrades infames custodiando la mística, daremos batalla en cualquier lado del mundo. Aunque los pasquines nos den por perdedores y nos insulten con motes ignorantes, aunque los árbitros señalen siempre hacia nuestro arco, aunque los estadios bramen y escupan lava. Y siempre será así. Estudiantes contra todos.

Publicado en CONTRA TODOS

domingo, 20 de marzo de 2011

Libia: un comentario zurdito-conspiranoide. Yanquis go home, PUTOS

Estallo "la guerra". Es decir, la invasion unilateral que realiza un pais sin intereses (blanqueados) en los asuntos de otro, con el supuesto objetivo de restablecer la libertad, de liberar al pais cual mesias de su cruel dictador, el mismo que hace poco fuera carismatico socio.

He vuelto otra vez a pensar como un adolescente, todo el tiempo, “yanquis putos”, con una iRRRRitacion total y cegadora. Porque pensemos que Gaddafi es realmente el nuevo Hitler que los medios multinacionales quieren pintarlo. Supongamos que no son ellos los que lo pusieron ahi, y los que hicieron negocios petroleros con el y toda la bola (inclusive Libia fue miembro de la ONU, si no me equivoco, hasta reciencito), antes de satanizarlo y volverlo el peor enemigo de la humanidad. Supongamos tambien que el levantamiento popular es absolutamente genuino, que estallo en todo el norte de Africa a la vez de forma espontanea, como los saqueos de diciembre de 2001, y que de casualidad la poblacion tenia en sus casas aviones, ametralladoras y demas, es decir, supongamos no solo que estos rebeldes no estan siendo financiados sino que supongamos que son guerreros pacificos y justicieros de la libertad. Supongamos que una vez derrocado el gobierno de este señor malo, las tropas aliadas van a retirarse en lugar de instaurar un gobierno “amigable” y “democratico” para “pacificar” y “reconstruir” el pais (discurso estandar para colonizar), y que la reconstruccion no van a realizarla las empresitas de siempre, y que los prestamos para la reconstruccion no van a hacerla los banquitos de siempre, todos curiosamente anglo-norteamericanos. Supongamos que la deuda contraida para la reconstruccion no va a deribar en tratados extorsivos por la explotacion del petroleo libio. Supongamos todo esto.

Pero por que carajo tienen que ir estos tipos, todos indignados, a proteger los derechos humanos a la loma del orto? Quien los nombro los justicieron de la paz, los protectores de la humanidad? La pelele ONU, para colmo, titere de Estados Unidos como decia Peretti en Los Simuladores, increiblemente estuvo de acuerdo con el ataque! Con que fundamentos? La ONU jamás jamás desaconseja este tipo de invasiones absolutamente ilegales, hechas sin fundamento y sin ningún tipo de pertinencia, porque que tienen que ver los asuntos de Libia (obviados durante como 40 años) con EE UU? Una sola vez recuerdo que la ONU, quizás porque ya era mucho bochorno, no acordó una invasión yanqui. Era contra Irak, creo. Invadieron igual… y la ONU no hizo nada. Creo que es claro que si no seguís las reglas de un organismo regulador, tenes que dejar de pertenecer a ese organismo.

Hoy por hoy, Estados Unidos es sin dudas el pais que mas infringe los derechos humanos, sobre todo en estas guerras absolutamente ilegales y eufemisticas. Mas que cualquier lider carismatico, mas que cualquier dictador “designado por dios” (muchos de los cuales son aliadas, inclusive financiados mientras someten a su pueblo, por diferentes chanchuyos relacionados con explotacion y guita, pla-ti-ta). Ellos, estos yanquis putos, como pueblo tambien se creen designados por dios (lo prueban los nombres absolutamente mistificantes de sus operaciones -esta se llama Odisea del amanecer, ja!-) pero tienen armas y te van a hacer cagar si te interpones en su camino divino. Y me parece evidente que hay un grupete conspirativo de personajetes oscuritos que andan manipulando todo ese morbo mesianico para sus propios intereses. Pla-ti-ta.

lunes, 14 de marzo de 2011

La tercera via

Hemos hablado mucho del modo aristocratizante que domina la apreciación del futbol, y los motivos (económicos, pero también ideologicos) que generan un efectivo contagio de estas ideas entre todos los sectores de la sociedad. Mas de una vez hemos afirmado nuestra simpatía hacia una ambigua oposición, pero hoy procuraremos no solo escindirnos de ese lugar opositor y comenzar a sentar las bases hacia una tercera via, la que lleve hacia la irrealizable utopia de un futbol hecho nada mas que de pelota.
La via opositora nace como una consecuencia natural a lo opresiva que resulta la ideología aristocratizante, que pretende dominar todo y a medida que progresa su dominio, vuelve el dominio de los clubes grandes mas irreversible. La oposición es por ende radical, violenta y orgullosa, peleando por la liberación de los mitos del futbol. Y es ese nuestro punto de partida. Sin embargo, producto de la confrontación, también su apreciación del futbol se ha vuelto absolutamente fundamentalista, ciega a ideas nuevas, tan conservadora como los modos de ver y perpetuar el status quo de la rancia aristocracia del futbol. Por supuesto, han entrado en terrible batalla ideologica: si la oligarquía, amparada por los grandes medios clarinistas (Ole, Clarin, TyC), promueve un futbol de mitos y desconocimiento, un futbol-espectaculo de taquitos para la gilada,  la oposición pretende que se hable de futbol y nada mas (el canal cabecera, Fox, transmite bastante mas futbol que su par clarinista, sobre todo pos Futbol para todos), y en el proceso se vuelve resultadista[1], exitista, simplista en cuanto a que las verdades las maneja quien gana. En verdad, la ideología opositora se vuelve tan extrema que, por supuesto, genera otro mito, relacionado con el imaginario burgues (importancia del tiempo, del dinero, el éxito como medida) por lo cual, por supuesto, es entendible la guerra sin cartel que se sucede entre ambos sectores, pugnando por el poder. Muchos se pliegan, simplemente, por cansancio de la impostura mistificadora aristocratica, en reacción a su opresión simbolica.
El problema surge cuando el publico cree que, porque son los únicos modos de apreciar el futbol que pueden verse por televisión, son los únicos sistemas de apreciación existentes. Es decir, rápidamente el espectador simpatiza con uno o con otro extremo, se alimenta de mitos que deforman la interpretación del futbol. El mesianismo de ambos grupos resulta en fuertes presiones para ser parte de una de ambas ideologías (mi futbol o el apocalipsis), pero sin dudas el peor aspecto es que las presiones, en verdad motivadas por cuestiones económicas y de poder (lo cual es redundante aclarar), se realizan en nombre “de la gente”, del interés de los clubes, de las instituciones: ya hemos hablado sobre la peligrosidad de este procedimiento y los intereses que oculta. Los únicos intereses que se defienden son los propios, y en este caso, el interés de la hegemonía burguesa no reconoce a menudo proyectos y abandona el apoyo en la derrota: en ese momento las cámaras de TyC y de Fox por igual invadirán concentraciones, analizaran a matar cada error pequeño y transformaran circunstancias en crisis, solo porque vende. Sus intereses no son los nuestros, sino los intereses propios del mass media: trabajar con calma bajo esta ideología se torna, en definitiva, insostenible para clubes mas chicos, a los cuales les resulta complicado hilvanar una seguidilla de victorias. Si no hay ideología (es decir, si impera la ideología del resultado), no hay proyecto posible.
La guerra ideologica entre burguesía y aristocracia lleva siglos (aun cuando, finalmente, hermanan sus objetivos y todos forman parte del poder hegemonico), atraviesa muchos aspectos de la sociedad hoy: por ejemplo, la oposicion entre inspiración y trabajo, entre civilización y barbarie y demás mitos fundantes de una identidad; no solo en Argentina, sino en todo occidente es común esta dualidad originaria. Pero es importante resaltar que ambos son modelos clasistas, con potencial para someter por igual a los pobres, de obligarlos a practicar un futbol improductivo, para entretener a una audiencia burguesa/aristocratica y amasar fortunas, o para alcanzar un éxito intrascendente, momentáneo, que no cuestiona de ningún modo el estado de cosas.
El único modo de evadirnos de estas lógicas (en la medida de lo posible, pues nos atraviesan a todos) es a partir de la educación. Mirar futbol, estudiar futbol y apagar los programas de opinión y desinformación que guian la interpretación y desvían la atención de lo importante, lo estructural. La educación es la herramienta de la emancipación.


[1] Me gustaria realizar una distinction basica acerca del concepto de “resultadismo”. brevemente, existen dos nociones en principio similares pero en verdad opuestas, a las cuales se les atribuye el vocablo: por un lado, el citado resultadismo exitista, que analiza el juego a partir del resultado final; por el otro, el resultadismo desmitificador, que busca de cualquier forma alcanzar el resultado. Mientras el primer concepto funciona como modo de cesgar la interpretación, de disminuirla a su minima expresión, de volverla sencilla pero irreal; el segundo concepto funciona como motor de los equipos para explorar todo tipo de herramientas, aun las moralmente condenadas, en su búsqueda por alcanzar el objetivo final del juego, que es el resultado. La primera es una herramienta interpretativa cercana al fundamentalismo, y no debe confundirse con la segunda, que no es un modo de apreciar el juego sino un modo, desprejuiciado y contrahegemonico, de jugarlo.

domingo, 13 de marzo de 2011

El opio de las masas


Hemos repasado en numerosas ocasiones ya los modos aristocraticos de concebir el juego, y nos centraremos ahora en su relación con el espectáculo. En un articulo reciente describíamos el espectador que pretenden los poderosos para este nuevo futbol mercantilista, de palcos y estrellas de cartel, donde el juego interesa mucho menos que las ganancias. Por lo tanto lo que se vende no es el juego, sino el espectáculo: los casos del Real Madrid y los equipos ingleses alimentados de narco y petrodólares son manifiesto claro de que lo que se busca es vender camisetas y publicidad, y no alcanzar la gloria.
El futbol espectáculo es un negocio, sencillamente: el espectador debe pagar la entrada, comprar el souvenir y atender al show. La lógica del deporte queda deformada, y no extraña entonces que las interpretaciones (periodisticas o personales) se deformen y confundan continuamente cuestiones estéticas con cuestiones deportivas.
Y entonces el futbol muestra la hilacha: su potencialidad de espectáculo, de “futbol-espectaculo”, ha facilitado el uso del futbol por parte de la política. Se trata del conocido “pan y circo”, el dominio de las masas a partir de las distracciones. Si hoy en dia los estudiosos en la materia nos alertan sobre el alto contenido de simbolismo nocivo y aristocratizante en películas y videosclips, cabe decir que sucede lo mismo en el futbol, y en cualquier espectáculo masivo.
El espectáculo, la apreciación pasiva en busca de un beneficio frio, estético, es sin dudas el opio de las masas. Se opone diametralmente a la educación. Las propagandas bienpensantes y progresistas que hoy en dia muestra Futbol para todos muestran un ideal estructuralmente opuesto al modo en que el futbol es utilizado por el Gobierno: por mas que haya clubes que fomentan la educación, el sistema fomenta el espectáculo. En lugar de promover el deporte, que es un modo valiosisimo de formar a los jóvenes en valores sanos, de sacarlos de las calles, de dotarlos de herramientas para afrontar la vida (es ese el valor del deporte, y del futbol, frente a la sociedad, en definitiva), promueve la visualización pasiva del deporte, el Futbol para todos seguido de su profundización, el Deporte para todos. Y en lugar de aprovechar potenciales ganancias publicitarias para reinvertir en el deporte y su desarrollo, se usa el espacio publicitario para promover al propio gobierno, lo cual demuestra a las claras este lazo entre espectáculo y política[1]. El espectador pretendido entonces es el espectador que no analiza sino que mira, el espectador pasivo, que no participa. La influencia del deporte en la ciudadanía genera (sobre todo a partir del nuevo programa de futbol) un ciudadano pasivo, opiómano.
El futbol espectáculo genera, entonces, no solo el mencionado destierro del hincha tradicional de los estadios y la formación de un espectador teatral, sino también los llamados “self appointed defendors of the status quo”: aquellos que defienden la ideología del establishment sin saberlo, por motus propio e imaginando que se defienden a ellos mismos, a su integridad y a su “gusto personal” legitimado por el “arte”, por la belleza del espectaculo. Estos defensores pueblan los medios y los bares, y discuten a muerte, inclusive insultando las perspectivas que no incluyen la belleza y el espectáculo en su modo de ver el deporte. Pronto hablaremos de la oposición fundamentalista y su funcionalidad al plan hegemonio: lo primordial es abandonar la postura belicista, confrontativa, fundamentalista que acorta nuestras visiones. Y hablemos de futbol, pensemos el futbol, el deporte, el proyecto, eduquemos nuestras mentes y nuestros hijos, único modo de emancipación de este circulo vicioso. El abandono total de las creencias será siempre imposible, pero por eso mismo debemos ser abiertos y humildes, escuchar: creemos haber descripto los peligros que entrañan las conciencias creyentes en sistemas cerrados de interpretación. El peligro de perpetuar el status quo.


[1] El opio funciona como metafora perfecta, dado el conocido uso de la droga que hacen los paises poderosos sobre los paises pobres, vaciandolos de future a traves del trafico sistematico.

viernes, 11 de marzo de 2011

La dominación simbólica

La propagación de los valores aristocraticos se hace siempre “en nombre de los intereses del pueblo” o, mas sencillo, “por la gente”[1]. El futbol no esta exento, y bajo la muletilla “el futbol que le gusta a la gente” se fuerza a la sociedad a asimilar los propios conceptos que los someten. Pensamos que si jugásemos realmente bien, de modo artistico, podríamos ser dignos y competitivos: por supuesto es una falacia. Eso es lo que pensamos desde nuestro punto de vista establecido (de establishment), hegemonico, y es desde ya un modo ingenuo de ver lo que en realidad es un espiral de polarización de la riqueza, los recursos y la dominación.

Esta dominación simbólica que deviene material se perpetúa a partir de la culpa que genera no ser "dignos" en el "arte" del fútbol, habitual proceder de los sometedores (incluso de los abusadores). La culpa empuja al club chico a la autonegación de sus posibilidades (es decir, a mantenerse sumiso e indigno) y aceptar toda penuria que corresponda a su estado dominado (desde la explotación de sus divisiones inferiores hasta las derrotas constantes y la falta de competitividad) por su "indignidad". También empuja, claro está, a intentar ser digno y caer en manos de quienes más recursos manejan y, por ende, más se benefician cuando el juego se torna acerca de las individualidades. 

 La operación incluye la condena y expulsión del otro futbol: se convierte en el anti-futbol, el no-futbol, y esta condena, por un lado, veda la utilización de estos métodos “anti” y genera, por el otro, una confrontación fuerte. El enemigo se vuelve rápidamente igual de fundamentalista y entre ambos alimentan el fuego de un deporte ya tensionado por los tiempos y las presiones del dinero y el éxito, y las presiones sociales que sufren las hinchadas: las tensiones seculares se transforman, mediante la inserción de esta falsa dualidad ideologica, en tensiones propias del deporte que deben defenderse como se defiende a la madre.

Por qué hablamos de falsa dualidad ideológica? Porque es evidente que el modo de jugar promovido desde los medios masivos no es el que ha aplicado históricamente la aristocracia, que ha sido, históricamente, el ejemplo que demuestra la eficacia del fútbol-espectáculo. Si hoy por hoy quienes mantienen estas posiciones pueden decir, oportunistas, que haberse desviado del camino ha llevado a los grandes a su calamitoso estado, no hace falta más que inquirirles sobre el actual estado de Huracán, de maravilloso despliegue estético en el primer semestre de 2009 y descenso en el horizonte apenas dos semestres más tarde, para hacerlos ver su contradicción y, de paso, hacerles notar que el "estilo" de juego, centro de todo debate, es solamente la punta del iceberg. En cuanto a aquellos grandes equipos del  fütbol de antaño: pegaban patadas a lo loco (todos recordamos a los históricos y número cinco o centrales de Independiente o River), y lo que es peor, lo hacían amparados en ser jugadores de instituciones capitalinas que, por cuestiones ya tratadas, no recibían la misma pena (ni, claro, sus patadas recibían la misma relevancia en los medios: no es lo mismo pegarle a un equipo que transita el bando de la justicia que pegarle a un equipo que transita el bando de la fealdad, acto más que justificado, pareciera). La historieta del paladar negro comienza a disolverse si revisamos los verdaderos criminales que operaban de guardaespaldas de los equipos capitalinos, que hasta el día de hoy no son considerados "mala leche" sino "pintorescos". Todos los equipos ganadores saben que a veces hay que defenderse y raspar, y si no que le pregunten a Boca (que desde ya, jamás nadie considerará "antifutbol": serán llamados "sólidos", "inteligentes", etc.). El "tiki tiki" es para pasar el rato.

Los enemigos del estado han sido históricamente medidos mediante esta vara ambigua y acomodaticia. Estudiantes fue siempre sinónimo de maldad, inclusive cuando desplegaba un fútbol virtuoso, con tres volantes ofensivos y exquisitos, halla por el 83: la pelea por el título con Independiente, equipo que como todo capitalino manejaba grandes talentos y grandes rústicos también, se construyó en términos de "los buenos vs. los malos", pero no reflejaba en absoluto lo que se veía en las canchas (dos grandes equipos compitiendo con similares modos). En aquellos tiempos sin televisación era bastante más fácil, parecería. Sin embargo, la interpretación se antepone a todo, incluso a la evidencia empírica. Por ello, tras el partido entre el club de La Plata y el Barcelona, nadie habló de la patada que debería haberle valido la doble amarilla a Messi (autor en definitiva del gol). La opinión pública, de análisis absolutamente liviano, se concentró en las armas utilizadas por Estudiantes: no solo eran indignas (nadie consideró que jugaban un humilde equipo sudamericano contra el mejor de la historia) sino que encima eran las causantes de su merecida derrota, no por el juego (que nadie se molestó en analizar, pero en el cual Estudiantes consiguió anular al equipo blaugrana, en detrimento de su estado físico y, en toda la segunda etapa, sin ver la pelota), sino sencillamente por haber incurrido en semejantes indignidades. Discurso absolutamente ingenuo, proferido por personas que no se daban idea alguna de la magnitud de las diferencias de fuerza o del tamaño del esfuerzo realizado por aquel equipo para igualar las condiciones y estar a dos minutos de quedarse con todo.

Peor resultó el bombardeo mediático tras la eliminación del equipo de los buenos en manos del Inter de los malos. Nadie se encargó de recordar que el Inter vapuleó al Barsa en Italia y que en España el equipo de Mou jugó siempre con uno menos, en una mezcla de localismo, defensa del interés hegemónico y artimaña circense (válida pero, no se trata de una indignidad) del jugador barcelonés para fingir un codazo y hacer echar a Motta: las mañas del equipo inmaculado son obviadas, no merecen opinión (del mismo modo que no merecían opinión las patadas de Schiavi, Astrada et al).

Todas estas opiniones de importante miopía parten desde la necesidad de tranquilidad. El Barcelona es hoy el estandarte del orden ideal que defienden quienes son sometidos ("self-appointed defendors") por la apreciación hegemónica del deporte. Una derrota suya implica una ruptura del orden, que debe ponerse en su lugar, al menos, desde lo discursivo. Se trata, meramente, de buscar el modo de poder quedarse tranquilos, conformes con el estado de cosas, con que en el fondo, es justo. Un discurso verdaderamente sumiso.



[1] Sirve e ilustración el ejemplo de la señora que invita gente a comer todos los mediodías: a menudo hace preguntas atroces (por ejemplo, le preguntó a Piazza si el matrimonio gay no iba a generar casos de abuso en los niños) amparándose bajo una de sus muletillas preferidas: "Yo pregunto porque la gente quiere saber", suele avisar antes de inquirir una barrabasada. 

lunes, 7 de marzo de 2011

Una raza diferente

Reproducimos abajo dos notas de la gloriosa Animals! publicadas en su web tras el inolvidable match de ayer, textos que denotan lo diferente que es Estudiantes a todos los clubes, a todos los hinchas, a todos los jugadores.

CAPPA, EL GRAN MINIMIZADOR
Las declaraciones de un técnico rival no deberían ser objeto de observación por parte de la Revista, pues la concepción de Animals! es enfocarse casi exclusivamente en lo que va de Estudiantes. A no ser por dos hipótesis de excepciones: que ese entrenador cometa exabruptos que merezcan el repudio o que utilice un discurso reiterada y pretendidamente hiriente. Y este último es el caso de Angel Cappa, que excede la coyuntura como DT de Gimnasia.


Cappa se ha transformado en un personaje cuya vocación discursiva se impone tanto a sus virtudes como entrenador (que las tiene) como a sus defectos (que también los tiene). Y entonces resulta toda una fiesta periodística el momento de la conferencia. El periodista sabe de antemano que las declaraciones del hoy entrenador del Lobo girarán alrededor del siguiente menú: a) hoy jugamos como le gusta a la gente; b) no pudimos jugar como le gusta a la gente porque el rival, que no jugó como le gusta a la gente, no nos dejó; c) nosotros propusimos el juego que le gusta a la gente y el rival no, y entonces no mereció el triunfo… En raras ocasiones Cappa encuentra méritos del equipo contrario.


Más todavía: muestra una capacidad acaso única para transformar las virtudes en defectos. Y esto es lo que ha hecho ayer tras la victoria de Estudiantes. Opinó: "Gimnasia propuso, tuvo la pelota y creó situaciones. Fuimos mucho más en el desarrollo del partido. Estudiantes no propuso, esperó a que nos equivocáramos y nosotros nos equivocamos dos veces".Más allá de la aseveración de que su equipo fue más en el desarrollo del partido (y de que se equivocó sólo dos veces en el partido), afirmación que más que llamarle la atención al público en general y al periodismo, debería preocupar al hincha de Gimnasia, lo concreto es que lo que se infiere de la frase entera es esta lógica de minimizar las virtudes del rival para acomodar o disimular las propias debilidades. Si paralelamente se leen las declaraciones de Eduardo Berizzo, y las coincidentes de algunos jugadores (el Chavo, Enzo), se caerá en la cuenta de que la estrategia de Estudiantes fue muy acertada: efectivamente, esperó el error del rival.

Lo extraño es que para lo que uno es un defecto, para el otro es una virtud. Entre Desábato y Pérez reconstruyen la estrategia: “Eduardo nos lo había dicho, miramos videos de cómo defendían y cómo cerraban los centrales” (el Chavo); “Eduardo dijo que si nosotros cortábamos en la mitad y salíamos rápido de contra podíamos lastimar” (Enzo).

Se desprende de las confesiones post partido dos verdades tácticas y estratégicas que Cappa no advirtió: que el error de Gimnasia era casi una fatalidad, iba a suceder; y que en función de eso Berizzo trabajó para forzarlo. Un hecho basta para probarlo: la Gata Fernández jugó siempre al límite del offside pero no por casualidad; lo hizo porque sabía que podía recibir un pase preciso que lo dejaría mano a mano.


El discurso de Cappa atenta contra el sentido común. Piénsese la siguiente hipótesis: que el DT de Gimnasia hubiera advertido que había un par de defensores de Estudiantes que fácilmente perdían la marca en la pelota parada, y que por ello dispuso que se procuraran faltas cerca del área para que cabecearan el centro sus mejores cabeceadores; y que por esa vía conseguía el triunfo. ¿Quién podría negarle méritos a esa estrategia? Solamente Cappa.Por supuesto que las explicaciones de Cappa también omitieron hacer mención sobre la calidad individual del rival, sobre la capacidad para afrontar este tipo de partidos, sobre la incapacidad propia para generar situaciones de gol (por el contrario, dijo que creó ¡siete u ocho!) y otras tantas verdades. Pero no era esperable ni indispensable escucharlo. Sí es deseable, en cambio, que por lo menos los  méritos no sean transformados en defectos, una práctica que subestima la inteligencia de propios y extraños.


UN BESO MUY ESPECIAL

En una entrevista exclusiva con Animals.com, esta mañana en el Country, Gastón Fernández explicó cuál ha sido el significado del beso al escudo de la camiseta, en el momento del gol ante Gimnasia. Y también marca el contrapunto con la filosofía de Angel Cappa tras las declaraciones desconcertantes del entrenador. 
--¿Qué quisiste significar con el beso al escudo?
--Mostrar mi identificación con el Club. He besado la camiseta de River porque creía que iba a ser mi único equipo en la Argentina. Después, con el tiempo, adquirí experiencia, y si lo hice es porque el sentimiento hacia Estudiantes es muy grande, ha superado todas mis expectativas. En este tipo de partidos trato de demostrarlo con hechos para que la gente sepa que estoy identificado de verdad.
--¿El gol y la actuación eran lo que te faltaba?
--En los clásicos anteriores no había tenido buenas actuaciones y necesitaba sacarme esa espina. Más allá de eso, el equipo dio una muestra de carácter.
--¿Y era lo que le faltaba al equipo, ganar sin gente propia y sin Verón?
--Esta experiencia la habíamos vivido contra Nacional, pero esto era distinto porque se trataba de un clásico. Era una linda posibilidad para reafirmarnos como equipo.
--¿Creés que hubo algo de sobreestimación de Gimnasia y subestimación de Estudiantes, al menos por parte de la prensa?
--De la prensa, sí la hubo. Pero no lo creo de los jugadores de Gimnasia. Ellos sabían lo que es Estudiantes y lo que puede dar.
 --¿Entendés la paradoja de que para Cappa lo de Estudiantes fue un defecto y para ustedes una virtud, como lo fue estudiar los errores de Gimnasia y aprovecharlos?
--Lo de Cappa es un discurso que a muchos puede gustarles y a otros, no. Es su manera de pensar. Desde este lugar vemos el fútbol de otra manera y no nos ha ido mal en estos últimos años. Todo es respetable, y nosotros vamos a morir con la nuestra, que es lo que nos lleva a estar arriba.
--¿Puede sintetizarse con que Cappa entiende una sola manera de ganar los partidos?
--Puede ser que sea así. En Estudiantes creemos que hay muchas formas de ganar un partido; nos adaptamos a lo que pide el partido. A veces el equipo puede ser vistoso y a veces, no. Pero eso es una virtud, no un defecto.

domingo, 6 de marzo de 2011

Estudiantes de La Plata, CARAJO

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Treinta mil almas lo esperaban para intimidarlo. Los once rivales que saltaron a la cancha venían bien, de un triunfo visitante e importantes loas mediaticas. Confiado, confiadísimo llegaba el Lobo. Que tenia todo para ganarlo, la mesa estaba servida: la vuelta de su ídolo al club y su ultimo clásico, la explosión de Neira y la contatacion de un DT de alto perfil, una cancha toda para ellos, euforia colectiva y un rival que llegaba confundido, con su DT cuestionado y, claro, sin un Peladito que los tiene de nietos. Era el clásico de Gimnasia. Asi parecía en la previa, en los diarios en las radios en todos lados. Porque todo, todo estaba en contra de Estudiantes. Pero Estudiantes… hace falta repetirlo, otra vez? Estudiantes vive para estos partidos. Estudiantes es una cofradía que silencia. 

El Pincha, esa cofradía que silencia...
Los muchachos se juramentaron ganar, aunque no estuviera Veron, el emblema, el que absorbe la presión, el que ordena la confusión. Berizzo flexibilizo su postura, y de un punto medio entre lo que pretende el técnico y la cancha que tienen estos jugadores para jugar este tipo de partidos absolutamente adversos (“mas adversidades no pudimos tener”, dijo el Toto post-match) salió lo mejor del equipo, en un segundo tiempo donde hubo olorcito a goleada. Sin entrar en una euforia desmedida, ni siquiera en un análisis futbolístico que hoy no interesa (si, quizás, mañana) no hay lugar a las palabras del mal perdedor, que adjudico la derrota a un pelotazo aislado. El pelotazo fue pase, y fue buscado, porque se sabe que el fundamentalismo cappista nada sabe de no adelantar la defensa en línea. Ademas, una obviedad, claro: el partido tuvo 89 minutos mas antes y después de aquel gol del superhéroe felino (Gata, hijo de puto, me vas a hacer llorar), y los dueños del buen juego no llegaron ni una sola vez al arco de forma colectiva. Apenas un centrito y algo de tole tole rebotero, nada mas. En esos minutos Estudiantes, con muy poco (casi, solo con su inteligencia para administrar) le hizo otro (excelente ejecución del Picaro Enzito) y casi lo golea, en un segundo tiempo de puro aplomo, de pura chapa, muy estudiantedelaplá. Dicen que no propuso, que fue cobarde, que quiso empatar; pero gano, y “el que quiso ganar”, el bueno y valiente Gimnasia, no pudo, no lo dejaron, y encima perdio. El humo no era de las bengalas y provoca llanto.

Los contrastes.

Gata, hijo de puto, me vas a hacer llorar.

 El equipo jugo el partido que tenia que jugar en el segundo tiempo (sobre todo tras el gol), ejemplar por lo sencillo de la propuesta, la paciencia y la solidez recuperadas. Pero sobre todo, jugo el partido que necesitaba. Para confiar, para regalarse el triunfo que merecía este grupo corajudo y forajido. Un partido que es un punto de partida. Un partido donde Estudiantes demostró su fuerza colectiva que es parte de su herencia. Un partido donde los chicos dejaron de cargar la responsabilidad en Veron y le pusieron el pecho a todo, donde los que vienen de afuera entendieron de que se trata la mistica. Un partido memorable, para silenciar a todos.


Pícaro Enzo.
Estudiantes venia chueco, desconocido: poco pincharrata era el andar mediatico de cuestionamientos, puterios, idas y venidas que se había desencadenado desde la pretemporada. Todos necesitábamos algo asi, algo bien bien Estudiantes de La Plata: y otra vez este equipazo, de hombres que ponen huevo y no excusas, respondió para erizarnos la piel y orgullosos decir, golpeándonos el pecho, ESTO, esto es Estudiantes de La Plata, CARAJO. 




Estudiantes: SOLOS CONTRA TODOS

viernes, 4 de marzo de 2011

"Amores de Estudiantes, flores de un día son"

"Amores de Estudiantes, flores de un día son"

…….Quitó la pelota Esparrago autor del único tanto aquí en Lima, entregó para Cubilla que escapó de Pachame de Malbernat y tambien de Aguirre Suarez, entro al área, tiró el centro para Artime………, gooool de Nacional Artime, Gooooool de Nacional Artime; gran pero gran jugada de Cubilla, genial, de esas que salen sin pizarrón, dribleando hombres, se la colocó en la cabeza de Artime como diciéndole, “tomá, ahí lo tenès, hacèlo que no lo podes errar”.

De esa forma recuerda mi mente hoy imperfecta por aquel entonces infantil haber recibido el relato del maestro Don Carlos Solé en el momento del segundo gol, era el tercer partido final disputado en el Perú y Nacional derrotaba en 1971 a Estudiantes de la Plata y se consagrándose así por primera vez campeón de América, destronando al “Pincha” que llevaba tres al hilo.



Ese día supimos en el Río de la Plata de que el invencible “Pincharrata” también podía perder, que si se hablaba de romper mitos nadie para ello mejor los uruguayos, pero también aprendimos por el respeto en el festejo de los vencedores, de que con esa derrota nacía una eterna leyenda admirada por algunos, pero respetada por todos: “El Gran” Estudiantes de la Plata.

Eran tiempos donde los hombres de futbol no hablaban de “códigos” pero los defendían con su sudor y hasta su sangre, donde el Tango todavía inundaba las radios de ambas márgenes del Estuario platense, tiempos donde en cualquier casa que llegaras la forma de brindarte su amistad era diciendo: ¿nos tomamos unos mates?

Tiempos en los que siempre había lugar para un plato más en la mesa, o donde si estabas “pelado” siempre había una mano amiga para prestarte unos “mangos” y sacarte del apuro hasta que cobraras, eran esas casi siempre las mismas manos que te defendían en la cancha si se armaba lio, formando rueda y hombro con hombro, “y que vengan los que quieran”.

Para usted que me preguntó en la radio si Estudiantes era un equipo tan grande en la Argentina, por que en mis palabras al anunciar que se había coronado de nuevo campeón adivinaba mi emoción, a usted que me prometió leer la respuesta en mi blog, le digo que no soy hincha de este equipo, pero que gracias a Estudiantes los uruguayos no protestan cuando se habla del “estilo del futbol rioplatense”, porque reconocen en él la garra que antiguamente se creía era solo patrimonio de los orientales.

Orgullosos y felices también hoy porque otro uruguayo como mis amigos de pasado “pincha” Luis Malvárez, Daniel Martínez o Adrian Paz, salió desde el banco en el último encuentro frente a Arsenal para meterse con dos goles en la historia grande del “Rey de la ciudad de las diagonales”.

Rodrigo López les dio el quinto torneo argentino de una vida de records inigualables, porque Estudiantes fue el único equipo que salió tres veces campeón de América, cuando recién había salido solo una vez campeón en su país.

Pero este raro espécimen futbolístico es mucho más que eso, es la familia de los jugadores concentrados en un hotel todos juntos, mujeres y niños, cuando los atletas estaban en otro esperando una nueva final de la Libertadores.

Según me conto el inmortal Profe Kirstenmacher que trabajara primero en el club y luego en Peñarol, si algún niño de la “familia” se enfermaba el mismo Profe acompañaba al jugador-padre hasta el “segundo cuartel de concentración” para ayudarlo a resolver la situación.

Estudiantes es Patricio Hernández, que cuando lo llame para decirle que lo sacaría al aire después de las 2 de la mañana me contesto, si es para hablar de Estudiantes pongo la alarma para la 1:45 y llámame tranquilo a las dos, después quedó al aire casi por una hora tratando de explicarle a nuestros oyentes lo que yo ya sabía desde niño, ¿Qué es Estudiantes de la Plata?

Estudiantes es Juan Ramón y Juan Sebastián Verón, es Zubeldia, es Bilardo, es la memoria de Eduardo Lujan Manera, es la fineza irreverente de Sabella jugador, y la humildad y perfil bajo del mismo hombre como Entrenador.

Es el gol de “la bruja grande” en 1968 contra el Manchester en la final de la Intercontinental, en el mismo Old Trafford donde más tarde jugara su hijo mayor con la camiseta de aquel ocasional y grandioso rival. La “brujita”, que inexplicablemente y solo para reforzar su historia personal clubista y familiar, pego la vuelta cuando todavía tenía hilo en el carretel para seguir “robando” en Europa, con el solo motivo de llegar a ser Campeón de América con la misma camiseta que lo había hecho su papá.



Todavía recuerdo cuando a Estudiantes se le había ocurrido comprar a mi hermano César y Danubio no lo quiso vender aumentando el precio del pase dos veces en la misma noche. Cenábamos con el “Cacho” Malbernat en el Forte di Makale allá en el viejo Parque Rodó de Montevideo, en un momento el ex marcador y Técnico de la época de la Institución me preguntó, ¿Qué saben ustedes de la historia de Estudiantes?, porque para jugar ahí hay que conocer la mística de nuestro club.

Entonces sin titubear le conteste: Alberto Polleti, Oscar Malbernat, Ramón Aguirre Suarez, Raúl Madero, Hugo Medina; Carlos Salvador Bilardo, Carlos Pachame, y Néstor Togneri; Felipe Ribaudo, Marcos Conigliaro, y Juan Ramón Verón, mientras mi hermano que hablaba animadamente con el Presidente y parecía no escuchar, dijo fuerte desde la otra punta de la mesa: a Medina lo expulsaron junto con George Best; el Entrenador se emociono y le dijo al dirigente, “cómprelo ya”.

Eso querido amigo es Estudiantes de la Plata, un pedazo de historia y de vida en la existencia de todos aquellos que de alguna forma u otra hemos estado vinculados al futbol y que fuimos niños u adolecentes en la década de los 70’, hace rato que “El León” dejo de ser de Argentina para pasar a ser un grande de América.

Por eso mucho tiempo después de la bendita e inolvidable “primera vez”, este “Pincha” modelo rastrojero 2010, besa la Copa continuando un romance con la historia que empezó hace casi medio siglo atrás.


....."Si anduve siempre en amores, que me van a hablar de amor"

Leo Vega / Escritor y Periodista Uruguayo
Publicado originalmente en su blog,
reproducido luego por el blog PorEstudiantes,
de donde nosotros lo saqueamos 

martes, 1 de marzo de 2011

El antimodelo

En tiempos de jeques, magnates rusos y banca privada, los Empacadores, ganadores del Superbowl, son la única franquicia sin fines de lucro en la NFL, la liga más millonaria del deporte mundial. Por Ezequiel Fernández Moores  


Ciento once millones de personas estaban esa noche ante la TV. Récord absoluto en la historia de Estados Unidos. La transmisión mostró el homenaje previo a Ronald Reagan. Enfocó en sus palcos a George Bush y Condoleezza Rice. Y apuntó varias veces al palco del patrón millonario del equipo derrotado. No pudo hacer lo mismo con el del ganador. Los Green Bay Packers, los Empacadores de Green Bay, flamantes campeones del fútbol americano, carecen de un dueño único. Son propiedad de 112.000 ciudadanos del estado de Wisconsin. Joe Buck y Troy Ackman omitieron el dato en su trasmisión por Fox. Hay que decirlo: la National Football League (NFL), la liga más millonaria del deporte mundial, coronó campeón a la única franquicia sin fines de lucro en el deporte de elite de Estados Unidos. En tiempos de jeques, magnates rusos y banca privada, el sistema de los Empacadores es el antimodelo. 


Cada vez son más los equipos del fútbol europeo que tienen un millonario detrás de ellos. Hasta el modesto Birmingham City, que el domingo pasado le ganó al Arsenal la final de la Carling Cup inglesa, su segundo título en 163 años de historia, tiene como patrón a Carson Yeung, un millonario de Hong Kong que usa al equipo para hacer negocios en China. Un ex ministro tailandés procesado por la justicia ganó fortunas al vender el Manchester City de Carlitos Tevez a un brazo inversor del emirato de Abu Dhabi. El emirato de Qatar quiere copiarlo ofreciendo 2400 millones de dólares por el Manchester United, propiedad del magnate estadounidense Malcolm Glazer. 


La TV mostró también este domingo los festejos eufóricos en su palco del empresario indio Ahsan Ali Syed, de 36 años, nuevo patrón del club español Racing de Santander. Lo compró por 30 millones de euros, un vuelto para su fortuna de 8000 millones de euros. Syed siguió los pasos del jeque Ben Nasser al Thani, otro aristócrata petrolero del Golfo Pérsico, sobrino del emir de Qatar, nuevo patrón del Málaga. La poderosa Juventus de Italia, que este lunes anunció pérdidas por 40 millones de euros, precisa 150 millones para pagar deudas y fichar refuerzos. La familia Agnelli, mecenas histórico, avisó que sólo aportará 50. La "Vecchia Signora" no podrá recurrir a otro de sus principales accionistas, la firma Lafico. Su dueño es Muammar Khadafy. 


Los millonarios patrones de la NFL se ganaron un crudo retrato en Un domingo cualquiera , el film de Oliver Stone sobre la violencia y los negocios del fútbol americano. Charlton Heston hace allí de dueño arrogante del equipo que dirige Al Pacino. El Charlton Heston real es hoy Dave Snyder. El millonario dueño de los Washington Redskins demandó en 2009 a una abuela de 72 años, hincha del equipo desde 1962, porque no pudo pagar el abono, víctima de la recesión económica. Snyder y sus colegas fueron forzados en 2009 por el Congreso de Estados Unidos a modificar reglamentos para atenuar la violencia del juego. Dos semanas atrás, Dave Duerson, bicampeón del Super Bowl, economista y representante sindical de los jugadores, se mató de un tiro en el pecho. Tenía 50 años y sufría encefalopatía traumática crónica (CTE), una enfermedad progresiva que mata las células del cerebro y que parece haberse expandido en la NFL. Es la contracara del gran show. La transmisión del último Super Bowl se deleitó exhibiendo al estadio de los Cowboys de Dallas, el más lujoso del mundo, que costó 1200 millones de dólares y albergó a más de 103.000 espectadores. Unos 1250, que habían pagado un promedio de 900 dólares por su boleto, se enteraron media hora antes del partido de que no tenían asiento. La NFL lo sabía desde mucho antes. No quiso hacerlo público. El negocio ante todo. 


Fundado en 1919 por empleados de la Indian Packaging Company, el equipo de los Empacadores quedó al borde de la quiebra en 1923. Más de cien mil hinchas pusieron dinero de su bolsillo para salvarlo y mantenerlo como uno de los equipos más antiguos, populares y regulares, con 13 títulos (cuatro Super Bowls más nueve ligas previas). Sus accionistas no reciben dividendos. Ni siquiera boletos gratis para ir al estadio. Sólo un papel que dice que son codueños del equipo. Eligen un comité ejecutivo de siete miembros y un manager general (Ted Thompson) que ejecuta las decisiones, por impopulares que sean, como cuando en 2008 echó al ídolo Brett Favre para darle espacio al entonces inexperto Aaron Rodgers, figura del último Super Bowl. El sesenta por ciento de la recaudación de los negocios dentro del estadio va para obras de caridad. La cerveza es la más barata en la NFL. Tiene boletería vendida por dos décadas en el estadio para 73.000 espectadores y cuando cae nieve sus hinchas van a limpiar el campo. 


"Como equipo que tiene por dueño a una comunidad sabemos que jamás habríamos podido ganar el Super Bowl sin el apoyo de los hinchas." El comunicado de los jugadores Brady Poppinga y Jason Spitz, firmado también por otros cinco ex miembros del equipo, usó la conquista del Super Bowl como excusa. Salió en defensa de los trabajadores que marchan desde hace semanas por las calles de Wisconsin. La protesta, una de las movilizaciones gremiales más fuertes en Estados Unidos en las últimas décadas, se incrementó horas después de la conquista del Super Bowl. El gobernador republicano Scott Walker declaró febrero "el mes de los Packers". Y luego convocó a la Guardia Nacional para imponer un nuevo presupuesto que recortará históricos derechos laborales. La tensión alcanzó un pico este martes, bajo la amenaza de una huelga general. 


De tradición demócrata, progresista y de fuertes sindicatos, Wisconsin tiene uno de los gremios de empleados públicos más grandes y poderosos de Estados Unidos, con 170.000 afiliados. El índice de desocupación y el déficit están por debajo de la media en Estados Unidos, pero el republicano Walker, dicen los analistas, busca una demostración de fuerza para convenios colectivos de trabajo. El salario medio semanal de un empleado sindicalizado es de 917 dólares. El de un no sindicalizado es de 717. Los reclamos fueron iniciados por estudiantes y docentes de la Universidad de Wisconsin, centro de duras protestas anti-Vietnam en los 60. "Es un honor para mí defender a las familias trabajadoras de mi comunidad", se sumó Charles Woodson, él sí una de las principales figuras de los Empacadores. "Shut up and play" (Cállate y juega), le respondieron los defensores del recorte. Woodson integra el sindicato de jugadores. Comparado con los salarios de docentes y empleados de salud, los jugadores ganan millones, aunque viven veinte años menos que la media en Estados Unidos y sufren la tasa más alta de lesiones. 


Los jugadores libran estos días su propia batalla. La NFL, que distribuye sus ganancias en partes iguales entre los equipos, es un negocio de 9000 millones de dólares. Los dueños de los clubes ganan 4000 millones anuales de la TV y recibieron 6000 millones de fondos públicos para construir sus estadios. Quieren agrandar la torta y amenazan con un lockout patronal si el sindicato no acepta el nuevo contrato laboral. El periodista estadounidense Dave Zirin, autor de numerosos artículos sobre el fenómeno de los Empacadores y las protestas de Wisconsin, fue invitado hace unos días por la radio WORL-FM para hablar de su último libro sobre los patrones del deporte en Estados Unidos. No pudo hacerlo. Le recordaron que el dueño de la radio, Rich DeVos, es también patrón de los Orlando Magic, de la NBA. Y que él (Zirin) se había preguntado irónico en su libro si acaso los hinchas de los Magic apoyaban las invasiones a Irak y Afganistán porque DeVos tiene fuertes vínculos con Blackwater, la compañía privada de mercenarios que ejerció controles militares en ambos países. Zirin fue vetado. Igual que el antimodelo de los Empacadores. Ninguna otra franquicia podría imitarlos. Está prohibida la participación de equipos sin fines de lucro. Lo establecen los reglamentos de la NFL.