viernes, 5 de agosto de 2011

Las reservas del fútbol argentina

Les dejamos una nota bastante vieja de Gantman, pero con mucha actualidad, para inaugurar el campeonato... Por Marcelo Gantman

Canchallena.com
publicó sobre el inicio de este año un informe puntilloso e irreprochable sobre la deuda de los clubes del fútbol argentino. La nota ofrecía cifras globales y particulares sobre el estado de las cuentas de los equipos de primera división . Algunas reconocidas por sus directivos y otras avaladas por el silencio de los que prefirieron no hacer comentarios. Por la misma época se conocieron los números, tambien alarmantes, de los clubes de primera y segunda división de España y el avanzado estado de insolvencia de varios equipos de la Premier League. Se ve que con el nuevo año y la temporada ya partida al medio (el negocio del fùtbol tiene su propio calendario que va de junio a junio), la necesidad de chequear los saldos es imperiosa en todos los mercados futboleros.

Así vimos que el fútbol argentino tiene un déficit estimado en 1.000 millones de pesos. El balance de Boca figuraba en el informe a la cabeza con un pasivo de 135 millones de pesos. En España el Real Madrid marcha al frente con 527 millones de euros y en la Premier League, el Manchester United y el Liverpool son los gigantes deudores del fútbol inglés con 3.000 millones de libras en rojo .

La sacudida economía de los clubes argentinos reconoce como habitual este estado de situación. La prensa deportiva insume mucho tiempo para describir la penosa contabilidad de los equipos de primera división, sin ahorrar calificativos para los dirigentes que manejan los fondos de los clubes. En cualquier tira radial de las 7 de la tarde, ahora un poco más en la televisión y en las páginas y sitios deportivos muchas veces hemos visto lo que se suele decir de los dirigentes del fútbol:

-Que tienen que actuar como dirigentes y no como hinchas pasionales

-Que siguen con la fiesta como si acá nada hubiera pasado

-Que hacen en los clubes con dinero ajeno lo que no harían en sus empresas con dinero propio.

-Que son corruptos y ladrones.

-Que tienen que ser profesionales y no amateurs, porque en Europa ya trabajan desde la mañana y en los clubes a esa hora no hay nadie.

-Que deben aprender de los que hacen bien los deberes

Tal vez estas premisas también tengan que regir para los directivos europeos porque el fútbol pierde dinero a borbotones en cada lugar donde el fútbol es importante. No es la intención salvaguardar a los dirigentes argentinos. Muchos se ajustan a las descripciones detalladas más arriba y algunos las registran todas en una sola persona. Pero sería bueno tratar de desentrañar porque millonarios del acero y el uranio como el ruso Roman Abramovich,la poderosa familia industrial de Malcolm Glazer a cargo del Manchester United, los jeques arabes del Manchester City y un gigante de la construcción como Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, todos exitosos en sus rubros particulares y alejados de los números del chiquitaje, son los rostros conocidos del déficit del fútbol del primer mundo. Porque a ellos en sus clubes les pasa lo que no les pasa en sus empresas.

La respuesta es una: porque el fútbol es un deporte y negocio de derroche. Se gasta ahí lo que se genera en otro lado. Abramovich consiguió con el Chelsea el roce social que sus negocios duros no le daban. Comenzó con los invitados a los palcos, refinó su gusto por la pintura y se hizo un empresario feroz pero con buenos modos. Cada uno de los poderosos llega al fútbol con diferentes deseos y necesidades, pero con el derroche como premisa para sembrar el camino. Claro que en ocasiones eso degenera en despilfarro. Las dos nociones del gasto, derroche y despilfarro, son parientes pero con diferencias. Se puede gastar sin límite y se puede hacerlo sin tener idea de para que se lo hizo. Ahí está la diferencia. El fútbol europeo siempre tuvo un ritmo de financiamiento marcado por el ingreso de capitales. Las marcas deportivas, las cadenas televisivas (dos quebradas en Inglaterra en los últimos diez años, ITV y Setanta), China, Emiratos Arabes, los bancos y las compañías constructoras se han repartido el financiamiento del fútbol en Europa. El derroche nunca se frenó.

El fútbol argentino parece haber despilfarrado lo que en su momento vendió en millones de dólares convertibles a pesos uno por uno. Luego pudo pesificar sus deudas con ventas al exterior en euros. El fútbol en la Argentina derrochó y despilfarró, tuvo todos los vicios en la misma noche. Y ahora que quiere derrochar no tiene con qué. Clubes como Boca y River, los grandes de la Argentina, se encuentran en una encrucijada inédita: se han olvidado de como se compran jugadores. Los "duermen", los engañan, les manejan los precios sin poder reaccionar. Cuando venden al exterior, les fija el precio el comprador y cuando quieren comprar en el orden interno, les fija el precio el vendedor. Las negociaciones nacen y mueren en el día.

No se puede jugar al juego del fútbol, al juego grande, si no hay posibilidad de derroche. ¿Qué significa eso? Romper el mercado con una contratación. Sacudir la modorra veraniega con el entusiasmo de un buen equipo que cautive a los hinchas. Ese derroche es el que proponen los clubes europeos sobre el filo de la liquidación de sus bienes. Pero ningún banco va a ir a reclamar los "pagarés" a la tesorería del Real Madrid. ¿Y acá sí?

La historia de los clubes argentinos, sin embargo, tiene su propia huella. Los clubes han sido màs que fútbol. Fueron formadores, alimentadores y sanadores de generaciones de argentinos. Donde el Estado no estuvo, ahì estuvieron los clubes y es por eso que en ocasiones el Estado perdona y hace la vista gorda con algunos impuestos que se deben. Quizàs lo haga por culpa. Las cosas ahora se confunden un poco porque justamente es el gobierno nacional el socio y el financista del fútbol con el contrato televisivo. Pero para que tengamos una dimensión de cuanto aporta: los 600 millones (si es que son seiscientos) representan casi la mitad del valor que tiene la cláusula de rescisión de Lionel Messi en el Barcelona fijada en 250 millones de euros . Toda la televisión del fútbol en la Argentina vale menos que el pase de Messi.

¿Cómo podría encajar el fútbol argentino en la dinámica del derroche? Es difìcil plantearlo porque su lógica ha sido el despilfarro. Los ejemplos sonantes de Lanús, Vélez y Estudiantes demuestran que es posible trazar un plan. Tambièn es más sencillo hacerlo cuando no se atraviesan las urgencias de Boca y River, siempre dispuestos a alimentarlas. No hay despilfarro cuando un club decide invertir en una Villa Olímpica o en un trabajo de inferiores que luego lo transforme en el mejor vendedor de la actualidad. Esas acciones son visibles y son proyectos concretos. Invertir todo en un "9 de área" para ver si la embocamos con un campeonato y despuès de eso vemos si reformamos la cancha, suena más a despilfarro que a un derroche planificado. El fútbol argentino parece más amigo de esta letra y música que de la otra.

Pedir economías ordenadas, administraciones saneadas y políticas austeras suena más realista para las sociedades de fomento que para los equipos de fútbol. El fútbol invita al derroche porque su dinámica mediática y de generaciòn de expectativas es la del gasto desmedido.Vean lo que pasa en este receso. La mayorìa de los dirigentes de los clubes admiten que no tienen dinero y no pueden dejar de intentar comprar jugadores. Los hinchas saben que no hay plata en el club pero piden refuerzos y la prensa no para de preguntar a quien van a traer. La compulsión por gastar es enorme aunque no se tenga el dinero disponible. Todo eso sin unplan maestro, con suerte se transformará en despilfarro.

Por eso el mercado de pases está deprimido.Los clubes se prestan futbolistas y juegan a que compran y a que venden. Cuando los clubes de fútbol se queda sin reservas, es cuando juega la reserva. Todo muy actual.

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