lunes, 8 de agosto de 2011

El éxodo

Son muchos los pibes que tentados por un par de euros, presionados por familiares y esas ratas que son los representantes, dejan sus clubes sin terminar de formarse para embarcarse en exóticas aventuras europeas de las que regresan mucho más viejos que lo que indica su DNI, frustrados, faltos de fútbol competitivo y habiendo desperdiciado momentos clave en su formación. ¿Cuántos de estos artistas del escape, que esgrimen la patria potestad para zafarse del poco control que pueden tener los clubes sobre ellos (obligados a hacerles tempranos contratos y a tener plantillas de cuarenta profesionales), realizan una carrera satisfactoria, triunfal? Casi ninguno. La mayoría se pierde en el tiempo y el espacio, y reaperece jugando Argentino A, o metiendo algún golcito interesante en alguna liga menor. Poca cosa para las aspiraciones de estos pibes cazados desde Europa, que suelen ser los habilidosos, los distintos. Resulta lógico, sin embargo, que exiliados, sin pertenencia a ningún lado, habiendo quemado mil etapas (incluso a veces forzados mediante tratamientos a crecer, algo que habitualmente termina en lesiones crónicas), obligados a una evolución súbita para adaptarse (o morir), el talento de estos chicos no llegue a cristalizarse y a veces llegue a extinguirse.

Algo así le sucedió al pibe Brian Sarmiento. Escapó con 16 veranos para Europa, pequeño y cararrota gambeteador de cuna pincharrata, empujado con vehemencia por su representante, una lacra llamada Ronald Baroni. Y al final de cuentas, ¿qué sabe uno de la vida a esa edad? Un par de euros encandilan a cualquier pibe, y también (y con menos justificación) a su familia, que en célebres reportajes dijo que Estudiantes no le pagaba a su hijo... para mantener a su familia. En fin.

Estudiantes demostró la falsedad del recurso apelado para sacar a Brian del país, y aunque ello provocó que el pibe estuviera parado hasta su mayoría de edad, nunca volvió al país o se le retribuyó al club de modo alguno.

Hoy Brian regresa al país, rescatado del olvido por Racing (Simeone lo tuvo en su paso por el Pincha), tras varias temporadas sin patear un fútbol. Regresa con la sabiduría de los tipos que han sufrido, y lo primero que dice ante los micrófonos resulta una refrescante advertencia para sus pares ávidos de platita: “Me equivoqué -dijo Brian-, estuve mal asesorado y le pido disculpas a la gente de Estudiantes. Yo actué muy mal, no tendría que haberme ido como me fui. Me equivoqué. Lamentablemente, yo era demasiado joven y me asesoré muy mal. El empresario y representante Ronald Baroni fue el que ideó todo”.

Sarmiento, hoy con jóvenes 21 años y genuina chance de tener una nueva oportunidad, muy reflexivo y seguramente bastante atemorizado de haber sentido que el fin de su carrera podía llegar, dejó un mensaje muy útil para los jóvenes que son tentados a irse rápidamente del país: “Yo actué muy mal no tendría que haberme ido como me fui. Me equivoqué. Lamentablemente, yo era demasiado joven y me asesoré muy mal. Yo les digo a los pibes se asesoren bien, que no todo es dinero”.

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