sábado, 27 de agosto de 2011

Entrada al nuevo fútbol argentino

Por Eduardo Akmar Dakno para canchallena.com

Así como vende talentos, el fútbol argentino debería exportar su inconmensurable habilidad para seguir adelante pase lo que pase. En muchos países envidiarían las salidas que siempre se encuentran aquí. Ejemplos sobran.

Cuatro años después de la muerte de Marcelo Cejas, tras el partido entre Chicago y Tigre, en Mataderos, sin que se haya esclarecido y sin que haya imputados, se archivó el veto a las hinchadas visitantes en la B Nacional, que derivó de ese crimen.

A dos meses del descenso de River ante Belgrano, no hay detenidos ni procesados por los destrozos en el Monumental y en las propiedades vecinas al estadio en Núñez. Menos, por las amenazas al árbitro de ese partido, Sergio Pezzotta, que burdamente no fueron filmadas por el circuito de TV del club.

Muchos de quienes provocaron esos destrozos, como premio, pueden viajar por el país siguiendo a River. Mientras, otra agresión con arma blanca entre socios del club en los quinchos del Monumental acaba de ser denunciada.

Un operativo récord, con 2200 agentes, no pudo garantizar el orden ese 26 de junio. Ahora sí se promete que, con los mismos protagonistas en escena, habrá seguridad.

El descenso de River motivó la injerencia del gobierno nacional. Tanto alteró la estructura del fútbol argentino, el único en el mundo en el que no se disputa simultáneamente ningún partido de primera, amagó con armar un torneo para 38 equipos y acaba de patentar la categoría de hinchas neutrales.

La entrada a este mundo ideal sigue teniendo la misma llave: la impunidad, la improvisación, los cambios espasmódicos, los intereses espurios...

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