martes, 14 de junio de 2011

Hasta pronto Astroboy

Por Ezequiel Lavinia para Contra Todos


Dotado de cohetes en sus botas y con más de cien mil caballos de potencia llegó desde Mendoza aquel invierno de 2007. Enzo Pérez, un jugador que se incorporó a Estudiantes sin resonancias, acaba de ser vendido al Benfica consagrado como un Cyborg capaz de volar. A sus capacidades técnicas logró, en los últimos tiempos, acoplarle un súper turbo que me dejó con la boca abierta más de una vez: tan sólo le bastó con controlar la pelota, iniciar la carrera y lanzarse a pura aceleración para que nadie, ni siquiera un astro, pueda alcanzarlo. 
Astroboy, o Enzo Pérez, llegó en silencio y a paso cansino mientras entrenaba y potenciaba sus capacidades ocultas en el laboratorio de City Bell. En 3 años se megaperfeccionó y vaya uno a saber por cuánto tiempo extrañaremos sus corridas por la derecha, sus diagonales inesperadas, sus gambetas cósmicas y sus apiladas de fantasía que sólo pudieron ser interrumpidas por faltas rivales sancionadas sistemáticamente con tarjetas amarillas. 

Con Enzo se va uno de los héroes en Mineirao y ante cada estela que deje en el campo durante la Copa América sentiré una mezcla de melancolía y orgullo. Cuando el campeonato se termine todo un continente lo perderá y cada noche que lo extrañe y quiera encontrarlo alzaré mis ojos al cielo esperando encontrarlo; quizás lo vea, fulgurante y vigoroso, esquivando planetas y volando por la galaxia...


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