miércoles, 23 de marzo de 2011

La impostura del DT lirico

Esta obsesion por volver al enemigo el peor de los peores y dividir la vida en dos bandos no es un invento del diario Clarin. Lleva siglos de practica, y es, de hecho, la marca de lo que se conoce con cierta ambigüedad (y a partir, una vez mas, de una división dicotómica) como “sociedad occidental”. Siempre en la historia occidental el enemigo ha sido el barbaro que interfiere con la civilización (que es, desde ya, la civilización y el conjunto de valores propios, nunca ajenos). Juntar adeptos para estigmatizar a las minorías resulta sencillo, sobre todo cuando la opinión emitida se hace desde los canales legitimados (medios, libros, inclusive muchas veces la ciencia). Nunca traen demasiado bien estas dicotomías, y en general generan matanzas en nombre de ideologías que esconden intereses siempre económicos (por ejemplo, la guerra civil yanqui o la campaña contra los indios acá). Y sin dudas el peor mal que provocan es que, en un arma de sutil dominio, generan en el “otro” una elección falsa, entre defender y resignificar su “barbarismo” o aceptar la superioridad natural del otro. Asi funciona el futbol también, analizando todo a partir de una falsa dicotomía y siempre desde el lado de los buenos. Verdadera estulticia la de los medios, violencia que genera la defensa simbolica de nuestra cultura, sucia y guerrera. Daremos batalla, claro, aun cuando sepamos que somos mucho mas que la manga de inadaptados que quieren hacernos creer que somos.
Como influye toda esta perorata en la realidad? Bueno, en casi todo (hemos visto ya muchos aspectos del futbol ensuciados por esta lógica destructiva). El rubro DT no queda exento: resulta que los clubes han tenido, desde la pelea entre Menotti y Bilardo, dos opciones a la hora de contratar técnicos. Podias traer un tipo menottista, complacer diarios y parcialidades que gustan de ser políticamente buenos y bellos y seguir la moral cristiana. Las marcas de este tipo de DTs era, y sigue siendo, desmerecer el laburo y privilegiar el talento (y la suerte, que también sirve de excusa en la derrota). La otra posibilidad era traer a un tipo bien pragmático y ganarse el antagonismo de todos (incluso de los propios) aun en la victoria. En nombre de la coherencia y la justicia, diremos que si bien en un caso se necesita mucho mas material humano que en otro (lo cual significa que hay que comprar jugadores y gastar mas dinero), de ambas maneras se puede ganar con trabajo y convencimiento (mas teniendo en cuenta el nivel del futbol local).
Y entonces apareció el recambio, los técnicos jóvenes que llegaron de la mano de los nuevos dirigentes. El nuevo milenio. El fin de las dicotomías de la mano de dirigentes que maman lo estético y lo practico por igual, adecuados a los tiempos del superprofesionalismo pero, moral pequeñoburguesa de por medio, creyendo importante regalarle al hincha un rato de hermoso futbol (es decir, distraerlo de su realidad en lugar de enseñarle a mirar futbol, en sus distintas formas, y de paso dar un ejemplo de rebeldía contra el status quo; modo guerrilla zurda off, el tema ha sido tratado en extenso recientemente). Líricos, que laburan. Hijos de Holanda, los Bielsa, los Guardiola. Bien europeos, sitio donde el fútbol espectáculo se necesita para atraer espectadores teatrales a los estadios, pero ganar no deja de ser importante, dado que, gracias a dios, se come menos vidrio que aca en los aspectos que hacen al deporte.
No dejamos de verlo como una mejora. Pero, por que, en el momento en que algunos medios ya se dan cuenta de lo insostenible del discurso lirico fundamentalista, la solución tiene que ser esta especie de síntesis falsa? La nueva ola de técnicos jóvenes con discursos excesivamente verbados y correctos y nociones pacifistas y bondadosas es una clara demostración de que se ha impuesto, a la fuerza, una solución que nada soluciona. Se agregan, inevitablemente (“el progreso”, es decir, la eterna mania de copiar lo europeo sin analizarlo demasiado), cuestiones tácticas a la labia de la estética por el hincha, y eso debe ser una especie de síntesis ideal. Pero los equipos siguen sin aprender a defender, intentan jugar bello y guapo y continúan, claro, perdiendo contra equipos que además de realizar la misma apuesta, la realizan con mejores jugadores (los que hace un tiempo jugaban para ellos). Nadie ve la falta de paridad que hay en las ligas europeas? Gracias a dios la condición orillera nos permite evadir bastante “el progreso”, aunque lamentablemente no se genere al mismo tiempo un avance de una condición futbolera sudaca bien peleadora y contrahegemonica, sino una mezcla de progresismo bienpensante (el bielsismo, digamos) y berretez y mediocridad defendida como talibanes. El camino no es, sin dudas, uno que sigue perpetuando las mentiras de siempre que permiten que ganen siempre los buenos. El futbol no tiene ninguna obligación de ser bello, y el respeto del hincha se consigue dejando la vida como amateurs, y no toqueteando gozadoramente para nada. El deporte forma valores en el esfuerzo y la hermanacion, no en la mentira y el escudo discursivo, no en la rendición ante los obstáculos o ante el rival “naturalmente superior”. Estos supuestos “valores” que surgen de la estetizacion del futbol continúan ampliando brechas en lo que es la sociedad del futbol, entre ricos y pobres, y continua, lo que es peor, desinformando, anti-educando, desvirtuando el futbol y estupidizando al espectador, que de un hincha que participa activamente en la política de su club, que mira y desglosa partidos y que aprende cuestiones técnicas, se va convirtiendo cada vez mas en un espectador teatral que sabe poco del juego y espera no ganar sino ver ese taquito hermoso que va a tirar el 10 en algun momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario