lunes, 28 de febrero de 2011

The Falcioni affaire (II): el topo

Te lo dijimos, Julio. Era previsible. Para que fuiste para el cabarulo de La Boca…
A Falcioni un tal Riquelme le piqueteo el equipo. Es cuestión de tiempo hasta que lo hagan volver, o, simplemente, hasta que JR gane la pulseada y vuelva al equipo, a ser “enganshe” y correr cinco minutos por partido.
Falcioni fue llevado a Boca sin dudas para poner mano dura a la interna, para armar un equipo solido entre tanto puterio y lograr que lo sigan a el (y no a Palermo o a Riquelme) por resultados. Los resultados no llegan, y con Roman afuera del equipo, nos espera un cirquito mediatico de “versiones” lanzadas para llenar diarios y, por supuesto, manipuladas por el propio protagonista, que hace rato vive mucho mas del quilombo y la tapita del Ole que de jugar a la pelotita, pasatiempo que tiene olvidado entre tanta dudosa lesión.
Riquelme juega para el. No siempre fue asi, pero su figura fue ganando tanta importancia, casi mesiánica (como el Diego) y ganando tantos fanáticos acerrimos y detractores talibanes, que no es ningún misterio como, a medida que pasaron años y títulos y frustraciones, Riquelme se creyo el cuento de que era el dios xeneize y armo su cofradía contra todos los que rallen. Por supuesto, muchos confunden talento con bonhomía, y Romana si se convirtió en el mártir de la prensa (camino que sigue Gio, que dio mas notas lesionado que activo), que cree que es un incomprendido al que hay que cumplirle todos los deseos y caprichos porque es superior. Tipo de personalidad magnetica, sin dudas ha juntado, sobre todo entre los mas chicos, muchos seguidores gracias a sus declaraciones determinantes, absolutistas, que lo ponen a el siempre del lado de la diversión y la bondad y al otro en el lugar del malvado opresor.
Claro, esto no es cierto. No solo porque Riquelme juega cuando quiere, solo para lucirse y contradecir a los que lo bardean (incluso, técnicos), y quiere ponerse y sacarse cuando quiere y también, de paso, elegir el DT. No es solo por eso. Es cierto porque del otro lado quedan tipos que sencillamente quieren hacer lo que consideran mejor. La discusión es mucho mas racional del blanco contra negro que se plantea: esta bien sacar a Roman en este contexto pobre de Boquita? Falcioni piensa que si. Las razones son sencillas: es un jugador sin estado físico ni compromiso con el juego defensivo. No le sirve a sus intenciones. Queda alguna duda de que lo pusieron para tomar este tipo de decisiones? Sino, que dirija Riquelme, y listo.  

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