lunes, 20 de diciembre de 2010

RASTROJERO CAMPEON: el libro (anticipo) - Estudiantes: una heterotopia

Bueno, absolutamente emocionados tras la heroica gesta pincha, hemos decidido desde la redaccion y en colaboracion con el foro de PinchaPasion, lanzar una revista virtual, de descarga gratuita, con la campaña estudiantil. No sabemos cuando estará lista y no queremos prometer, pero les dejamos este jugoso adelanto, fruto de la prosa filosa de la Profesora Blanca Rojo.

ESTUDIANTES: UNA HETEROTOPIA


Michel Foucault, en un ensayo de 1967 (año clave en la historia pincha, lo cual no puede ser casualidad: seguramente Foucault se inspiró escuchando secretamente el campeonato contrahegemónico logrado aquel año por los albirrojos del Zorro), describe la existencia de espacios heterópicos como los que “entre todos esos lugares que se distinguen los unos de los otros, los hay que son absolutamente diferentes; lugares que se oponen a todos los demás y que de alguna manera están destinados a borrarlos, compensarlos, neutralizarlos o purificarlos. Son, en cierto modo, contraespacios”. Me gustaría tomar este concepto para pensar la posibilidad de existencia de una institución como Estudiantes dentro del fútbol argentino, y de la sociedad misma.
En este sentido, hace décadas la historia en la AFA se repite. Existe, pues, un orden normal construido por los grupos hegemónicos, con el Sr. Grondona a la cabeza, y que cualquier sujeto o práctica que lo altere, pondrá en juego una serie de dispositivos para normalizarlo y reencauzarlo: un claro ejemplo reside en la obsesiva promulgación del tiki-tiki, fútbol altamente aristocrático que depende de las individualidades, de las cuales los grandes, fagocitadores compulsivos de los talentos de los chicos, siempre tienen más. Claro que para sostener esto son indispensables figuras claves como, sobre todo, periodistas (y dueños de medios de comunicación) y dirigentes, y, en menor medida, inversores, representantes, barras bravas, que legitiman las prácticas corruptas y neoliberales por medio de discursos de este tipo. En este sentido, nuestro club históricamente ha planteado una filosofía, prácticas futbolísticas y políticas institucionales que se alejan del sistema normal-mafioso porque se corren de los modos instalados para legitimar la permanencia de dicho modo de manejar el fútbol.
Estudiantes tiene una historia contrahegemónica, y basta citar los conflictos con el peronismo (basicamente nos mandaron a la B y nos saquearon el equipo en la década del 50) y la guerra eterna contra el multimedios Clarín para asentir con esta afirmación. Pero tomemos por caso la historia que comienza con la vuelta de Juan Sebastián Verón en el año 2006 al club.
Siendo éste un caso único en el futbol argentino, despliega una serie de lecturas a favor de la hipótesis central de este texto. El hecho de que un sobresaliente y exitoso jugador haya concluido voluntariamente su actividad en Europa y haya vuelto a La Plata, dejando de lado la posibilidad de ganar unos millones más, y se haya dedicado por completo a nuestra institución, jugando infiltrado y disminuyéndose el sueldo en cada oportunidad que le es dada, nos habla de Estudiantes. También nos habla, por supuesto, de él.
Sebastián es una persona muy inteligente en lo que concierne su profesión, pero también es una persona con mucha inteligencia política. Eso se pone de manifiesto cuando contamos no sólo la cantidad de títulos que ha conseguido Estudiantes en este período, sino también la cantidad de socios y socias afiliados/as en ese período, producto de su fuerte apuesta por reforzar la cuestión identitaria y cultural de nuestra institución. El sabe mejor que todos cómo es el mundillo del fútbol y que no es sin consecuencias que apuesta a la filosofía de Estudiantes: la humildad, el trabajo, el equipo, el bidonismo infame, la familia, la resiliencia constante, y la garra, ese conglomerado que hace a la mística. Ahora bien, ¿por qué esto no está presente en otros clubes? ¿Por qué esto llama la atención? Para Estudiantes, necesariamente, esto es producto de años de resistencia a la normalización.
El sistema que defiende el Sr. Grondona y sus secuaces es el sistema capitalista y el fetichismo de la mercancía. Todo lo que se critica de la sociedad, lo efímero, la cultura del no compromiso, del no respeto a la autoridad, la individualización, la infidelidad, donde el que manda es el dinero y sobre todo el poder, todas son construcciones del mundo adulto, el cual, el de presidente de la AFA ayudó a construir (no seamos ingenuos al pensar el fútbol como un juego sin consecuencias sociológicas). Así es como vemos que los jugadores van de un equipo a otro, los DT renuncian o los despiden sin respetar contratos y palabras empeñadas, la violencia, los sobornos, las ventas, la policía, la mafia de los dirigentes, representantes, inversores, como los jugadores de equipos chicos se venden a otro precio por mas buenos que sean, cómo los equipos que no son grandes no logran más que una línea en los diarios, programas televisivos o radiales, simplemente porque eso no genera ganancias.
Estudiantes es un club absolutamente enfrentado con la cultura efímera y fetichista del capitalismo. No sólo eso: al hacerlo y oponer a él un modelo exitoso, amenaza seriamente la construcción defendida a partir de discursos hipócritas y prácticas perpetuizantes. Lo acusan de ilegal, de sucio y malvado, lo condena la sociedad: estrategia casi perfecta que nace desde el centro del putrefacto sistema para condenar al exilio y a un mundo de dificultades (por ejemplo, el trato “paticular” que hacen medios, árbitros y etcéteras del andar pincharrata) a aquello que intenta subvertir el orden injusto y gatopardista.
Y nuestro club tiene un embajador contrahegemónico: Juan Sebastián. Y eso, consistentemente, genera ruido entre todos los que hablan y manejan el futbol.
Verón vino a hacer más fuertes los ideales pincharratas. Y tuvo éxito: ese es el gran problema. Por eso a Enzo Pérez le dieron más fechas de las necesarias tras aquella expulsión contra Independiente; por eso en cada partido los árbitros parecen ciegos o con un umbral de sanción por lo menos dudoso. Por eso estas injusticias no encuentran lugar en los diarios, de flaco o nulo análisis (¿alguien recuerda el absurdo análisis que hicieron de la derrota en Abu Dhabi? No solo fueron pocas las páginas, sino que se trató de un análisis absolutamente desatinado, hablando de que debería haber sido Estudiantes más ofensivo. ¡Pensar que el Real se comió cinco y estuvimos a un minuto de ganarles a los mejores de la historia! Eso es Estudiantes, le pese a quien le pese).
Pero Estudiantes no llora: sigue adelante.
En este sentido Estudiantes es una isla contrahegemonica en un mundo grondonista. Es un espacio heterotópico porque, dentro del futbol, se sostiene sufriendo pero enfrentándose a las reglas, a la norma. Y por eso sufre. Pero lejos está de caer: resiste.

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