Los defensores son los villanos por excelencia en el futbol. Y siglos de prejuicio han agravado la situación, criando defensores para ser rusticos reventadores, raspadores burros, elegidos por su altura y criados para cumplir con dos o tres funciones básicas. Tenemos que escuchar, todos los días, que a los jugadores habilidosos hay que pulirlos, entrenarlos y permitirles disfrutar: sin embargo, nadie piensa que el defensor puede disfrutar de su oficio ni entrenar su técnica. Si trabajo es desagradable, y un verdadero misterio. No recibe reconocimiento mas que de su hinchada, pocos saben comprender el funcionamiento defensivo y a un buen defensor, y a lo largo del tiempo, esto ha generado una ignorancia absoluta en el tema que se reproduce, y una desvaloracion casi hasta sencillamente olvidarse de que hay defensores jugando: al defensor no se lo mira, se mira al tiracaños, el defensor aparece solo cuando interrumpe la magia. Villano incomprendido, el defensor, ninguneado por los medios y el ya mencionado espectador teatral del futbol.
Los pases de los defensores siguen siendo baratos, y son los jugadores que mas tiempo suelen quedarse en un club: no hay vidriera para ellos, y tampoco demanda, porque la simplificación de su profesión llega a tal nivel que los DTs no piden defensores, sino que se arreglan con lo que tienen en defensa (porque según ellos “cualquiera puede ser defensor, con dos o tres pautas”) y se encargan de reforzar el ataque con los jugadores de moda. Los dueños de los clubes festejan y promueven este tipo de decisiones, ya que un jugador popular les permite vender muchas camisetas y entradas, no asi la llegada de un defensor bueno, que requiere una erogación de dinero y no retribuye mas que con juego. No es negocio.
Las defensas continúan siendo un misterio para muchos trabajadores del futbol, que siguen hablando de “un trabajo simple” y de “no perder la pelota en lugar de recuperarla”. Las buenas defensas, entonces, escasean (algo que también conviene a los dueños, y si no vean lo que sucede en el futbol español, donde llueven goles todas las semanas): necesitan mucho mas que inspiración, necesitan coordinación, intuición, necesitan tener combinar altura y velocidad, saber doblar la marca, incomodar al jugador, en fin, necesitan trabajo, un trabajo que muchos no saben hacer o no quieren hacer. El mito de la inspiración al poder se impone siempre, y de la apreciación y concepción del futbol, vemos claramente como se pasa a consecuencias en la practica del futbol.
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