domingo, 12 de agosto de 2012

TST: modas, anacronismos, errores

Para Solos Contra Todos

El ataque de Estudiantes no preocupa. Al menos, no tanto: cuando apremió el resultado y apareció la necesaria rebeldía, el equipo demostró que tiene nombres e ideas para vulnerar a cualquiera. La sociedad Fernández-Martínez, el desnivel esporádico de Núñez y lo que sume Jara, Hoyos o quien sea el elegido generó durante algunos pasajes del segundo tiempo triangulaciones profundas que desnudaron las limitaciones del rival e incluyeron un gol anulado y un mano a mano marrado por la Gata al borde del área chica. Solamente hace falta esperar que se sostenga paulatinamente la intensidad durante más pasajes y que, con el correr de los partidos, el ataque levante vuelo.

Pero lo del Pincha atrás preocupa al talibán albirrojo: ¿cómo va a tirar el achique Estudiantes? Producto de la moda barcelonesa, que volvió al sistema retro del achique en mitad de cancha inventado por la Naranja Mecánica, cada vez más equipos se paran en mitad de cancha. Ayer ya se intuía desde el primer tiempo que la defensa se paraba demasiado adelantada, demasiado al límite, para colmo marcando demasiado la línea, tentando el pase que rompa con el offside, exponiéndose así a cualquier pelotazo y pagando caro cualquier error. En el segundo tiempo pago lo insinuado: una pelota profunda dejó solísimo a Funes Mori. Gol. Volvió, 10 minutos después, a quedar mano a mano, producto de un error en una entrega: el sistema deja en evidencia cualquier falencia en el manejo y Estudiantes pagó un mal pase con un gol en contra. En ambas, los centrales le miraron el número al 9 de River, que es rápido pero no es ningún Pájaro Caniggia. Estudiantes defendió ingenuamente, avisando desde el minuto 0 que tiraría un achique de otra época, que dejaba un vacío defensivo imposible de cubrir para sus lentos centrales, básicamente invitando a que le hagan lo que le hicieron. Y tras los dos goles, siguió transitando la misma línea.
Lo que más preocupa es que Estudiantes no tiene los jugadores para ejecutar el sistema. Ayer corrieron 50 metros Desábato y Alayes, contra Funes Mori, ligero y fuerte. Con dos centrales de porte pero lentos, sumados a un lateral aguerrido pero falto de velocidad como Ré, se impone esperar cerca del área, fajarse, obligar a centros fácilmente rechazables… y no pararse tan arriba. Jugar con veteranos de guerra que nunca fueron rápidos tirando el achique es suicidio. Si el manual del DT lo insta a continuar tozudo transitando este peligroso y perezoso modo de jugar, que prefiere evitar las confrontaciones antes que fajarse y que resulta bastante simple romper, bueno, deberá considerar al menos pasar a Angeleri al centro de la defensa, el único apto para este tipo de esquemas de mano a mano.
Ningún sistema es, en verdad, anti-Estudiantes: la historia albirroja se caracteriza por la utilización de todos los esquemas según corresponda a los partidos y a las cualidades de los jugadores. Lo de ayer fue una mala lectura del partido y también de la materia prima, aunque algunos argumentarán que para que este tipo de defensa engrane hay que, como con el ataque, dejar correr los partidos. A priori, esta también parecería ser un análisis erróneo: Alayes y Desábato, dos maestros del despeje de cabeza, están sin embargo condenados a errar algún pase dejando solo a algún pescador, y, mano a mano ante un pelotazo que rompa el offside, a correr futilmente desde atrás y ser espectadores de lujo de los goles recibidos.

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