Para Solos Contra Todos
Incomprensible ir a buscar al Chino Luna.
Nadie niega sus credenciales, o que esté hecho para jugar en Estudiantes con su
tozudo estilo y contundente definición. El tema es la incoherencia entre
palabras y actos, entre proyectos y realidades: el Chino Luna no es un gasto
necesario, en un momento donde, hemos ya ahondado en el tema, lo necesario es
medir cada gasto y comprar con inteligencia.
No es inteligente comprar a Duvan Zapata y,
por una lesión que le demandará tres o cuatro fechas, traer a un jugador grande
que seguramente cobrará un contrato caro sobre su pase elevado y en dólares. La
erogación por Zapata es inteligentísima, un jugador joven con futuro en el
Viejo Continente; taparlo después de invertir en él, un acto que roza la estupidez.
No es inteligente armar un equipo con
Zapata como titular y un buen suplente como Carrillo, que sin explotar tiene
condiciones sobradas para relevar al colombiano, para, a la primera lesión de
Duvan traer un jugador que los tape a ambos. No es inteligente desde la
economía, y mucho menos desde el mensaje: a Carrillo le están diciendo sin
decirle que, aunque meta goles y corra, permanecerá segundón como uno de esos
arqueros eternamente suplentes.
¿Acaso no era el mensaje que había que
desacelerar el gasto? Al final, todos los proyectos terminan siendo presos de
la necesidad de campeonar. Estudiantes, un club que se vanagloria justamente de
su inventiva para sacarle diamantes a las piedras, mejorar planteles con el
trabajo y la táctica y comprar jugadores menospreciados para hacerlos brillar,
hace varios mercados de pases viene operando con la lógica de los demás
equipos: armar el mejor equipo posible, tentados como chicos ante cada
ofrecimiento de crapulosos representantes, y después ver qué se hace con el
buraco que deja en las arcas. Al semestre que viene, préstamo, cómodas cuotas y
la pelota sigue rodando hasta que te vacían el club. Las palabras de esta
dirigencia al iniciar su mandato indicaban un cambio de rumbo en esta histeria
consumista: los actos, aunque al menos hayan conseguido disminuir el plantel y
hasta vender a un jugador (¡aleluya!), siguen con la misma lógica.
El Chino Luna, gran jugador, no es
necesario en este plantel. Lo necesario es hacerse la idea de que, quizás,
Estudiantes no esté en principio para pelear el campeonato sino para realizar
una necesaria transición. En el nivel actual del fútbol argentino, y con los
referentes místicos y la calidad que hay en el plantel, eso no implica que, en
efecto, no se termine conformando un equipo para campeonar: pero campeonar no
debe ser el objetivo a la hora de formar el plantel, el objetivo debe ser
equilibrar al club. El DT flamante, que pidió a Luna, debía ser contratado bajo
esta premisa: los dirigentes, en todo caso, deberían haber dejado claras las
prioridades. Pero entra un poco de platita y ya hay que gastarla.
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