martes, 31 de julio de 2012

Cuento chino



Incomprensible ir a buscar al Chino Luna. Nadie niega sus credenciales, o que esté hecho para jugar en Estudiantes con su tozudo estilo y contundente definición. El tema es la incoherencia entre palabras y actos, entre proyectos y realidades: el Chino Luna no es un gasto necesario, en un momento donde, hemos ya ahondado en el tema, lo necesario es medir cada gasto y comprar con inteligencia.

No es inteligente comprar a Duvan Zapata y, por una lesión que le demandará tres o cuatro fechas, traer a un jugador grande que seguramente cobrará un contrato caro sobre su pase elevado y en dólares. La erogación por Zapata es inteligentísima, un jugador joven con futuro en el Viejo Continente; taparlo después de invertir en él, un acto que roza la estupidez.

No es inteligente armar un equipo con Zapata como titular y un buen suplente como Carrillo, que sin explotar tiene condiciones sobradas para relevar al colombiano, para, a la primera lesión de Duvan traer un jugador que los tape a ambos. No es inteligente desde la economía, y mucho menos desde el mensaje: a Carrillo le están diciendo sin decirle que, aunque meta goles y corra, permanecerá segundón como uno de esos arqueros eternamente suplentes.

¿Acaso no era el mensaje que había que desacelerar el gasto? Al final, todos los proyectos terminan siendo presos de la necesidad de campeonar. Estudiantes, un club que se vanagloria justamente de su inventiva para sacarle diamantes a las piedras, mejorar planteles con el trabajo y la táctica y comprar jugadores menospreciados para hacerlos brillar, hace varios mercados de pases viene operando con la lógica de los demás equipos: armar el mejor equipo posible, tentados como chicos ante cada ofrecimiento de crapulosos representantes, y después ver qué se hace con el buraco que deja en las arcas. Al semestre que viene, préstamo, cómodas cuotas y la pelota sigue rodando hasta que te vacían el club. Las palabras de esta dirigencia al iniciar su mandato indicaban un cambio de rumbo en esta histeria consumista: los actos, aunque al menos hayan conseguido disminuir el plantel y hasta vender a un jugador (¡aleluya!), siguen con la misma lógica.

El Chino Luna, gran jugador, no es necesario en este plantel. Lo necesario es hacerse la idea de que, quizás, Estudiantes no esté en principio para pelear el campeonato sino para realizar una necesaria transición. En el nivel actual del fútbol argentino, y con los referentes místicos y la calidad que hay en el plantel, eso no implica que, en efecto, no se termine conformando un equipo para campeonar: pero campeonar no debe ser el objetivo a la hora de formar el plantel, el objetivo debe ser equilibrar al club. El DT flamante, que pidió a Luna, debía ser contratado bajo esta premisa: los dirigentes, en todo caso, deberían haber dejado claras las prioridades. Pero entra un poco de platita y ya hay que gastarla.

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