domingo, 23 de junio de 2013

El futuro llegó


Belgrano tiene muy claras las ideas, y el gol tempranero le facilitó todo: Melano empujó una pelota que envió Velasquez, que apareció solito a espaldas de un Modón titularisimo en ataque pero caótico en el retroceso, a menudo imantado por la pelota. Modón está en la lista no oficial de prestables, pero aún con sus desobediencias tácticas, propias de un jugador que pasó su vida de juvenil como volante, jugó más que el Angeleri lateral. Porque, por caso, mandó el exquisito centro que cabeceó Carrillo para el gol, una conexión madie in Inferiores para sellar el empate que dejaría a Estudiantes con 48 puntos en la temporada. Y así, llegó el día: el Pincha arrancará, por primera vez desde la temporada 2003-2004, con una campaña sub-50 en el lomo.

Fueron varios los momentos que anunciaron este desenlace y que pedían a gritos transición y seriedad sumapuntos: pero curiosamente este momento indeseable llega en medio de un prometedor presente. Hay un técnico con ganas de hacer escuela, firme defensor del cerrojo en el arco propio y con cifras alentadoras no solo teniendo en cuenta el estado en que tomó el equipo, sino en cualquier circunstancia. Hay, además, un equipo comprometido con el entrenador, con su laburo serio, obsesivo y de punta.

Pero sobre todo porque en un panorama donde el futuro asomaba complicado, florece promisoriamente la juventud. Modón y Carrillo, claro, que quizás busquen sumar partidos en otro lugar; pero además, la seguridad de vuelo andujariano de Rulli, la fortaleza y valentía de Silva, de gran pegada, el coraje del sucesor de Chapu, Gil Romero (que ayer jugó un ratito nomás), el habilidoso y despreocupado vértigo que le imprime Correa al ataque: de ese círculo surgió ayer la arrasadora media hora de Estudiantes que abarcó los últimos 15 del primer tiempo y el primer cuarto de hora del segundo. Cada vez más afianzados, ellos serán parte de la columna vertebral del futuro inmediato, apuntalados, claro, por los gritos de Desábato, y, si los planetas se alinean, por un doble cinco de los mejores de la historia: si sigue Braña y vuelve Verón, Estudiantes enfrentará finalmente el proceso de transición como debería, los viejitos ordenando y los pibitos rompiéndola.

Por supuesto que no todo es un prado colorido en el porvenir: los 98 puntos que acumula Estudiantes obligan a no resbalar desde este instante. No será responsabilidad solamente del equipo o el entrenador: los dirigentes deberán apuntar con mucho cuidado los refuerzos, cuidandose del despilfarro pero buscando una necesaria jerarquización, y con el agregado de tener en consideración el presente de los pibes, para no volver a taparlos en la oscuridad. Porque el futuro son ellos, y el futuro ya llegó. Y llegó bastante mejor que lo que, hace apenas meses, imaginaban en calle 53.

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