domingo, 15 de agosto de 2010

Los rebeldes antifascistas

La victoria contra el Greuther Furth aseguró el segundo puesto para el Sankt Pauli, asegurando el ascenso a primera división. La fiesta, cuentan nuestros corresponsales en Hamburgo, fue descomunal, como aquellas que sucedían a menudo a fines de los 70, pleno apogeo punk, y que dieran fama al equipo.

El puerto de Hamburgo (Alemania) ha sido tradicionalmente una ciudad obrera y popular. Uno de sus distritos, el Sankt Pauli, es hogar de jóvenes y trabajadores, y se ha caracterizado por ser un lugar inquieto, descomplicado y rebelde, refugio de punks y okupas. Todo un gueto en medio de la estrictez alemana.

El equipo del distrito, el FC Sankt Pauli, es una de las muestras de su particularidad. Sus emblemas son los de los piratas, y es un equipo proclamadamente antifascista, antirracista, antisexista y antihomofóbico, postura consagrada en los estatutos del club. Su hinchada se declara de izquierda y utiliza logos antifascistas. En 1977, al llegar a primera división, entró a la élite del fútbol en pleno apogeo del movimiento punk, convirtiéndose en todo un símbolo social y cultural. Su pequeño estadio, Millerntor, se atesta de hinchas mujeres y homosexuales. El St. Pauli abre sus partidos de local con Hell's Bell's de AC/DC, y muchos músicos alemanes y europeos se han declarado hinchas del “equipo pirata”.

Su filiación le ha traído conflictos con barras neonazis, como la rivalidad surgida con el Hansa Rostock en la década de 1990, debido al gran número de neonazis hinchas del Hansa. Así mismo, se ha agudizado el hostigamiento con el rival de patio, el Hamburgo, el que también cuenta con hinchas ultraderechosos. Pero el Pauli se la banca, y estos muchachos punkitos y obreros no le tienen miedo: los enfrentamientos suelen ser monumentales, como aquel que sucediera al término del match que diera el ascenso a segunda en mayo de 2007, contra el Dynamo Dresde. Aquella noche, tras las bataholas, unas 35.000 personas se congregaron en el barrio rojo de Hamburgo para celebrar hasta altas horas de la madrugada el ascenso del equipo.

Activo en acciones benéficas y humanitarias, en 2005 el club, el equipo y los hinchas iniciaron la campaña “Viva con agua de Sankt Pauli”, con la que se recaudó dinero para dispensadores de agua para escuelas en Cuba. También fue anfitrión de la Copa Mundial FIFI en el 2006, un torneo alternativo de selecciones nacionales no reconocidas por la FIFA como Groenlandia, el Tíbet y Zanzíbar. El club participó con el nombre de República de St. Pauli. Como el St. Pauli, decenas de hinchadas del fútbol en varios países se han proclamado antifascistas, como las del Rayo Vallecano de España, Universidad de Chile, Fenerbahce turco, Celtic escocés, entre muchas otras.

Señores, otra vez, después de 8 duras temporadas y de tocar fondo en tercera, el Sankt Pauli, el equipo punk alemán, los antifascistas del norte, los que entran a la cancha con Hell’s Bells sonando a fondo, los de la cancha en la zona roja, volvieron a la Bundesliga. Seguro, sus proyectos suelen estar marcados por los vaivenes zonales, su fútbol termina resultando bastante inofensivo y lamentablemente termina significando para la hegemonía algo pintoresco, excéntrico, que incluso puede venderse. Es lamentable pero es asi: pasan los años y los jefes explotan cada vez mas la imagen, y cada vez menos la rebeldia.

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