domingo, 22 de abril de 2012

Cosas que pasan cuando las cosas andan mal



Cuando “las cosas”, ese concepto intangible con que el periodismo designa todo y nada, salen bien, ponés a Alayes a marcar a Palacio y el Flaco lo borra de la cancha. Pero cuando el rumbo viene torcido... Te ganan todos los rebotes. Te clavan cuando estas jugando mas o menos bien. Te clavan además en momentos clave: cuando arranca el partido, o cuando arranca el segundo tiempo, o cuando estás por empatar. Te clavan sin quererlo casi: te clavan porque te mandas una cagada, o les haces un penal o un tiro libre, o porque te ganan todos los rebotes. Eso: te ganan todos los rebotes. Cuando las cosas andan mal, pareciera que astros y piernas torcidas y palos malditos y mentes obnubiladas conspiran contra la victoria.
PRESENTE

Pero no se trata de mala suerte, no: sin deslindar la ausencia del favor de la diosa Fortuna en los últimos encuentros (Rafaela, Colón y Belgrano marcaron con rebotes y con dos o tres llegadas), que también supo venir y darnos puntos y sueños, y que ahora se va y nos deja rabietas, estos supuestos conjuros de la suerte son en su mayoría sintomas.


De un Estudiantes dormido hasta que le mojan la oreja, siempre reaccionando. De un Estudiantes que marca desequilibrado, y por ende comete demasiadas faltas cerca del área, donde generalmente se da el desequilibrio, el quiebre del rival que desnuda los huecos defensivos, tácticos en principio pero también frutos de desatenciones y falta de intensidad para retroceder.

Síntomas también de un Estudiantes que defiende las pelotas paradas con miedo, metiéndose solo contra su arco. La propia tension que se impone le limita la reaccion para la segunda jugada. El retroceso temeroso, ese mirar la pelota con pánico mientras sobrevuela, ubica a la defensa muy cerca de Andújar, provocando a) el error de un golero desprotegido que se encuentra con una multitud merodeando el area chica; b) que cualquier pelota que quede boyando, que no sea despejada satisfactoriamente (por la desesperación, por la falta de claridad) sea medio gol.

Si este análisis le parece algo caprichoso, una generalización apresurada o una narrativa sin basamento real, solo tiene que ver los goles que le convirtieron en las últimas tres fechas a Estudiantes: Belgrano marcó dos goles de rebote de pelota parada (uno con complicidad de Andújar), COLON??? y ayer, Rafaela conquistó su tanto tempranero tras una salida mala de Andújar y dos rebotes dentro del área. El segundo fue un golazo, sí, pero la defensa estaba, otra vez, demasiado retrasada, abriéndole el espacio para el tiro a Fissore. Como en el básquet, cuando se cierra la zona se tira de afuera: Rafaela tuvo apenas esta lucidez en el partido, casi instintiva, a pesar de lo cual marcó tres tantos. Estudiantes recibió siete goles en estas tres fechas de la debacle (y no incluimos a Boca, rival de fuste que generó que el Pincha caiga en su trampa) y los que pateaban contra su arco no hicieron mucho más que tirar bochazos y oler por oficio las hoy indisimulables falencias del equipo en defensa. Falencias que, encima, ahora se encarnan en los jugadores, que son un notorio manojo de dudas.

Entonces, el cambio de esquema termina por resultar una anécdota. Era acertado intentar soltar a Enzo: en lo concreto, pareció que quizás Mercado, o mejor aún Modón, eran más equilibrados para marcar por la banda q ue un ausente Mariano González. Jara se bancó el laburo y sin desequilibrar terminó siendo desequilibrante: dos centros suyos sirvieron para sendos descuentos. Pero todo terminó siendo irrelevante ante ciertas fallas estructurales de arrastre, y también el creciente desconcierto. Falta un rumbo claro, un plan en el que se crea aún en la adversidad: los jugadores ya no sienten el libreto del Vasco, previsible y lento en el ataque, largo entre las líneas y por ende bastante desprotegido, un equipo cada vez más partido, a medida que la intensidad decae por el cansancio y la falta de fe. Hay aún respuestas animicas, al menos por momentos, cuando no hace mella la frustración por chocar siempre contra los jugadores y los planes obvios del rival (en estas tres fechas no nos han ganado equipos cerebrales y estrategas sino autitos chocadores regularcitos). Además, a pesar de que casi no hay posesión de calidad -fluida, profunda y sorpresiva-, el equipo de Azconzabal es muy peligroso: marcó cinco tantos en los últimos tres encuentros, una gran marca que muestra que hay vías posibles a la victoria y hay jerarquía para concretarlas. Pero no alcanza, por cuestiones relativas a la suerte, a errores puntuales, y a la impúdica desnudez de los problemas defensivos de Estudiantes: sencillamente no consigue defender los tantos conseguidos. Los contrarios lo olfatean y lo buscan, y lo encuentran.

FUTURO

Pedir que el replanteo necesario implique un corte de cabeza, insistimos, no tiene sentido. ¿Quien llega si se va el Vasco? Y además, ¿cual es el proyecto? ¿Mantener a este caro plantel, incluidos varios prestados a traves de nuevos prestamos que generen una importante descapitalizacion y mantienen un plantel de jerarquia? ¿O aprovechar estos meses de transicion y apostar por los pibes y los jugadores que si pertenecen al club? ¿Un mix entre ambas, quizas? Se deberá elegir un DT acorde a la respuesta, pero a partir de junio: antes seria una paparruchada, significaría continuar con la política irreflexiva que llevó a Estudiantes a quedarse en los últimos dos torneos sin entrenador (Berizzo y Russo no terminaron siquiera un torneo), y descabezar el equipo con apenas 8 fechas por delante. Habrá que plantear que en la austera realidad, además, quizás sí sea Azconzabal el indicado para seguir al frente (si es que aún tiene banca en el seno de un plantel con soldados al borde de la rebeldía: así son los equipos acostumbrados a ganar). Porque hoy pareciera que todo es un desastre, pero ayer nomás hilvanó doce al hilo sin perder, además de encarar la necesaria renovación del plantel. ¿Puede o no seguir creciendo el Vasco, afrontar compromisos más importantes que salir de la mala y ordenar el vestuario? ¿Puede o no Estudiantes bancar, como pidió la Bruja, el crecimiento del juninense? Si el objetivo desde junio es pelear un título, a la vista de los resultados pareciera necesario apostar por otro nombre, siempre teniendo en mente que ningún DT, ni siquiera gente proba como Miguel Russo, han garantizado nada. ¿Pero si la idea del club es otra?

Por supuesto, la posibilidad de continuar dependerá necesaria y directamente de una mejoría en el andar futbolistico: así, y esto es una certeza, no se puede jugar ni para pelear un título ni para sumar para las copas, despilfarrando los goles convertidos, un plantel enorme y las muchas posibilidades que da el torneo ante rivales bastante pobres e inofensivos. El futuro del Vasco está escribiéndose en estos partidos, aunque esto no implica que deba escriturarse su final ahora sino, acorde al proyecto esbozado cuando asumió, que se haga un balance al finalizar el torneo. Este llamado a la coherencia (para nosotros un llamado a la cordura) no lo hacemos por consideracion a un historico, sino por conveniencia de una institucion necesitada de estabilidad: mejor pensar y preparar en todo caso un cambio desde ahora, que dar un intempestivo volantazo y terminar, otra vez, improvisando el camino.

Los sueños de título se alejan, las derrotas se acumulan y el colchón de puntos se afina. Las cosas andan mal. Pero es entonces el momento del análisis, de la calma y del empuje. Y no del desorden y la locura: Estudiantes no puede, futbolísticamente, institucionalmente, confundirse, perderse, desesperar y que lo claven de rebote, de chiripa, por dormilón o por dubitativo: sería el equivalente a un carísimo gol en contra. Más vale cuidar el arco propio y terminar empardados que perder por errores propios.

1 comentario:

  1. Excelente.

    Descubrí este blog hace poquito y leí algunas publicaciones viejas. Sobre todo los de etiquetas como 'Bilardo', 'Sabella' y 'Manifiestos'.
    Un placer leer cosas que pienso pero que cuesta explicarlas con tanta claridad.

    Un saludo y voy a leerlos seguido.

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