viernes, 8 de marzo de 2013

La máquina anti




Gritos horrorizados. Basanta, pincharrata, picapiedra: sinónimos para quienes se autoadjudican el paladar del pueblo y escriben en prosas decoradas críticas vacías desde la ignorancia absoluta. El tema futbolístico del día es la derrota de Boca, pero hay lugar, siempre, para tirarle un palito a un entrenador que da pocas razones para la crítica: laburante, callado y amparado hasta aquí por los resultados, Sabella los saca de quicio con su procedencia albirroja, renegando para colmo de su lugar de nacimiento, River. Y los molesta con sus convocatorias porque los obliga a trabajar, a investigar.

Pero no todos quieren tomarse el laburo de buscar quien es, realmente, Basanta. La crítica es quizás el lugar fundamental para la humanidad, pero también el refugio de quienes quieren aparentar conocimiento. Quienes critican la convocatoria, ¿cuántos partidos han podido ver del jugador? Figura en México, sus partidos no llegan a la televisión argentina, y difícilmente alguien se cuelgue de internet a ver los partidos de Monterrey. Lo mismo sucede de quienes hablan del presente de Sosa en Ucrania o de Montillo en Cruzeiro. Piden, en su lugar, jugadores como Icardi (lesionado), Insua (sin partidos en el Atlético Madrid), Fazio (de presente irregular), Tino Costa (buscando club). Se trata de nombres que atraviesan presentes complicados pero que son marketineros, suenan bien, a conocedor del fútbol. Pero la selección no debería ser un lugar para dar rodaje: pedirlos, desde los medios, corresponda a una falta de investigación. Otros, por supuesto, gritan desde Capital por los Sanchez Miño, los Ponzio o Lisandro López: presuponen que el fútbol nuestro, al cual vienen a morir jugadores seudoretirados y la descocen, es mejor que ligas de inversiones millonarias, como Ucrania o México. También allí hay ignorancia, pero porque la ideología nubla la interpretación: los argentinos seguimos aferrados al mito de que el fútbol es mejor acá, en el potrero, sin disciplina táctica y con el césped raído. También seguimos bastante permeables a lo que vuelcan día tras día los medios capitalinos sobre los clubes de esa ciudad, convirtiendo a pibes con 2 partidos en cracks de 20 palos.

De todos modos los jugadores listados han estado en la órbita sabelliana, que todavía tiene que convocar a los futbolistas del medio local (pedirlos hoy como crítica a supuestos olvidos representa o un error o, sencillamente, una difamación). Incluso, hubo cierto contento cuando se supo que Sabella miraba a Orban: de pasado en River, nadie discutió las pocas credenciales del jugador hoy en Tigre. El ruido proviene muy claramente desde un sector de la prensa, bienpensante y enojada eternamente con Estudiantes por la falsa caracterización que se ha realizado desde el 68 en delante de la escuela pincharrata. Los mismos medios le hicieron el juego y le dedicaron tapas y páginas a la labia lírica de Basile y Batista.

Por ello cuando convoca a Basanta la ignorancia arrogante de Capital se sorprende y pone el grito en el cielo: ¡otro pincha más! ¿Sabrán que Sabella nunca lo tuvo a Basanta en Estudiantes, que emigró a México en 2008? ¿Qué critican, además, exactamente? Entre los convocados están los nombres indispensables, y el resto, después de todo, es bastante relativo (Argentina no clasificará o dejará de hacerlo si se convoca a Insúa en lugar de Basanta) y pertinente a la labor del entrenador. Por otro lado, si el DT decide que, con un colchoncito de puntos, es hora de probar en la zona que más insegura se ve, la defensa, ¿qué hay de denostable en la decisión?

La tapa de noviembre de Un Caño
ninguneando el laburo de Pachorra
El sector aludido de la prensa, compuesto por medios disímiles como Clarín y la revista Un Caño, han criticado severamente el andar defensivo y la Messi-dependencia. Antes, pedían hacer eje a Messi a toda costa, “para que juegue como en Barcelona”. Cuando Sabella consiguió hacer que la Pulga juegue por lo menos en niveles altos con la celeste y blanca, el discurso se dio vuelta. ¿Y si se enferma Messi? La persecución ya roza el absurdo cuando, luego de meses de críticas atroces a la defensa, se critica la convocatoria de un nuevo jugador para probar en la línea. Estos periodistas parecen no saber que hay decenas de buenos jugadores argentinos, y que es la labor del entrenador probar y elegir acorde a sus conocimientos y preferencias. Pero, de nuevo, estos periodistas parecen no saber muchas cosas, o quizás se harán los tontos y elegirán continuar siendo eterna oposición, máquina anti: criticar, después de todo, es bastante fácil. Con un poco de ruido vacío se queda bien, sobre todo cuando el criticado tiene tan dudosas credenciales como pertenecer a la estirpe pincharrata.

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