El diario Olé ya es el agente de prensa oficial del club
River Plate. Comandado por un fanático talibán que deshonra al periodismo con
su cesgado tratamiento de la realidad y si absoluta falta de tapujos para
continuar con su cruzada, ha publicado en los últimos cinco meses alrededor de
60 tapas de River (la cifra es inexacta porque la página de Olé no reproduce
algunas tapas). Como botón de muestra, es evidente que si más de un tercio de
las cubiertas del diario deportivo más consumido del país son dedicadas a un
equipo que milita por la B Nacional,
hay un tratamiento profundamente desigual, no solamente desigual en el sentido
tradicional oligárquico (el orden de los cinco grandes y el fútbol por sobre
los demás deportes). Si para colmo sumamos las continuas tapas militantes del
Barcelona al coctel, el original porcentaje de los demás “denominados grandes”
(por la prensa de capital) en el tratamiento unitarista de la realidad
deportiva se ve notablemente reducido a un par de tapas por mes: cuando no
juega River.

River juega en
la
B pero para elidir esa fea sensación y, de paso, hacer unos
manguitos con la sensibilería barata del hincha, siempre dispuesto a inflar el
pecho en las malas (en lugar de indagar sobre los errores), el diario Olé,
junto con AFA y sus árbitros de Primera y su televisación en HD, buscan hacer
de cuenta que en realidad cada excursión del Millo es una final de Champions.
El diario de Farinella se ha transformado en un portavoz absoluto de esta
“heroica cruzada” (así la pintan) de Almeida y los suyos, al punto de que tras
cada partido Olé realiza una entrevista central con algún protagonista. Cuando
consiguen algún titular que apele desde el estereotipo menos cocinado a la
sensibilidad del pobre hincha demasiado herido en su orgullo, hacen tapa: así
tenemos la tapa del Chori eligiendo River a millones de euros justo después de
uno de sus exabruptos, constantes notas a Almeyda, muchas de ellas tapa aún
cuando no tiene ningún tipo de relevancia lo dicho, puro cassette (increíble la
tapa donde se decía que de no ascender el DT se pelaría, y se publicaban las
fotos de varios pelados notables…), además de dos de mis favoritas: “Queridos
hinchas”, una tapa de Almeyda, Chori y Cavenaghi (a la santísima trinidad se ha
sumado la última estrellita, Trezeguet, que metió varias tapas en un par de
meses) haciendo referencia a una carta que estos escribieron, ¡a través del
diario!, a los hinchas (el título juega además con la identificación de los
protagonistas con la camiseta de River), y “Gorro bandera hincha”, donde
intentaron poner fin al debate propulsado por ellos mismos sobre si festejar el
ascenso de River mediante una foto de Cavenaghi festejando el título como un
hincha en los albores del siglo, y las declaraciones del jugador en la bajada,
refiriendo que sería el título que más festejara. Esta última tapa, además de
continuar el énfasis del periódico en el aspecto épico de la campaña de River
en
la B, una
especie de expurgación de sus pecados para retornar a su grandeza natural,
ayuda a la causa del Olé de engrandecer la campaña de
la
B Nacional, que es, por si no lo olvidaron,
la segunda en importancia.

A esta campaña hay que sumarle el constante desprestigio del
torneo de Primera (ahondaremos próximamente en esta idea, ampliando el
tratamiento al medio Un Caño y su reciente edición que propone que en
la B se juega mejor) y las primeras
tapas de la historia del diario dedicadas al ascenso obviando a River: han
aparecido allí Instituto, Central, Quilmes…
De esta manera Olé instala los temas de debate futbolístico ("tematización") borrando lo deshonroso que resulta al hincha que River esté en la B y consiguiendo vender la misma
cantidad de diarios, si no más, a partir de esta construcción de jugadores
identificados y de un equipo en una cruzada. El resto de los medios reproducen
las ideas de Olé, repiten que en la
B se juega mejor (a pesar de que la mayoría de los equipos no
hace pie al ascender, a pesar de que los que se quedan no pelean, a pesar de
los últimos superclásicos que Boca ganó sin transpirar), dedican su tiempo a
River y la B como
si fueran la Primera,
en fin. Es evidente que River representa un mercado tan importante que vale la
pena esta distorsión de la realidad.
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